Capitulo 8.

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Harry siente unas increíbles ganas de vomitar.

No ha podido desayunar, almorzar y bueno, no ha podido ingerir ningún alimento desde que despertó.

Era gracioso, porque cuando por fin había podido dormir al menos 6 horas seguidas despertaba sintiéndose mal.

¿Acaso no podía tener un día agradable por completo?

Su madre le mira preocupada y Severus le suministra tres pociones continuas antes de que se den cuenta que nada está sucediendo.

Aunque, finalmente es Sirius quien se cansa de esto y envía un patronus a Regulus, quien había tenido que marcharse de improvisto a solucionar unos asuntos de su trabajo.

Harry repite que no es necesario, sin embargo puede sentir un sabor metálico subiendo por su garganta y luego de tragar acepta que llamen al profesional.

Todos creen que deberán esperar siquiera un poco, pero nuevamente se ven sorprendidos cuando Regulus llega apenas dos minutos después, apareciendo justo en la sala de estar antes de dar rápidas órdenes.

— James, lleva a Harry a mi habitación, no lo arropes, solo colócale dos almohadas bajo su cabeza — Pide primeramente, notando como el chico se acurrucaba bajo dos cobijas — Severus, necesito una poción fortaleciente que pueda inyectar y por favor no hagan demasiado ruido — Concluye, siguiendo a James hacia su propia habitación.

James coloca a su hijo de forma cuidadosa al centro de la gran cama, siguiendo las indicaciones del Black al pie de la letra.

— ¿Es grave? — Pregunta temblorosamente mirando a su pálido hijo con una preocupación creciente.

Regulus suspira, porque no tiene la menor idea de qué sucede, e incluso si él se encuentra preocupado debe permanecer en calma, así que niega y respira.

— Solo necesita descansar, lo vigilaré toda la noche, estará bien — Promete, observando cómo James besaba la frente de Harry antes de marchase.

Regulus se sienta junto a Harry, cambiando su ropa por algo más cómodo en un chasquido y tocando la frente del menor.

— ¿Por qué le mientes? — El ojiverde cuestiona inclinándose hacia el toque, contento por la sensación fría.

El Black se congela momentáneamente, no muy seguro de a qué se refería Harry.

— ¿De qué hablas? — Pregunta lentamente, alejando un par de mechones de la frente del chico.

El Potter abre los ojos, lentamente antes de volverlos a cerrar con extrema fuerza, todo daba vueltas, la sensación no era para nada agradable.

— Prometiste que estaría bien, pero no sabes eso, ¿no es poco ético mentirle a los familiares de tus pacientes? — Cuestiona lentamente, recordando haber leído eso de algún lado.

Regulus cree que intenta distraerse, así que continua la plática.

— Probablemente, pero tú no eres solo mi paciente, y no importa lo que sea, estarás bien, no dejare que te pase nada — Regaña con suavidad, acariciando la mejilla de Harry con su magia para adormecerlo, calmando al menos parte de su molestia.

Regulus suspira, porque le duele ver a Harry de esa forma, sin embargo el chico tiene razón, no sabe que es lo que le sucede, y no puede ayudarlo si no sabe como.

Se permite acariciar su cabello y rostro por unos momentos más, sabe que no duerme, sin embargo no se queja tan a menudo como antes y es un avance.

Severus entra a la habitación tan rápido como puede, dejando tres opciones y jeringas de diferentes tamaños frente a él. Después, luego de un par de miradas finalmente se va, dejándole seguir con su procedimiento.

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