Capitulo 2.

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Harry camina por el pasillo de Hogwarts de forma cabizbaja, sus dedos tiemblan un poco en inestabilidad, y su cabeza palpita de dolor.

Harry se siente morir. Como todos los días.

Hay un par de ojeras de bajo de sus ojos, el azul, morado y rojo se balancea entre ellas casi como un pequeño moretón.

Pero no le importa, ni siquiera le molestaría cubrirlas, no tendría caso, no cuando sabe que al desaparecer el hechizo estas seguirán allí. Todos se han acostumbrados a ellas de igual forma.

A Harry le cuesta dormir, porque cada que duerme sueña lo mismo.

Sueña con esperanza, con un ardor en su piel, una promesa, sueña con alguien a quien amar, sueña con felicidad.
Sueña, y a los minutos despierta con aquel dolor en su pecho recordándole que solo es eso, un sueño.

Siempre es un sueño, aquel que no puede hacer realidad, porque necesita abrir los ojos y recordárselo.

Él tiene un destino, su destino es ser infeliz, como todos aquellos con el mismo destino.

Probablemente suene algo melancólico para su edad, pero simplemente no puede evitarlo.

Pero hablando en serio.

Un destino, aquello sonaba como una película de princesas.

"Oh tu destino es ser rescatada por un príncipe en su bello caballo."

Tonterías y más tonterías.

Harry se repite que no necesita a un príncipe para estar feliz.

¿Pero como puede ser feliz con aquel vacío dentro de su pecho? Con aquella sensación de hundimiento, aquel hueco, aquel dolor.

Harry repentinamente quiere ser aurora, y solo despertar con el beso de su verdadero amor.

Pero si ese fuera el caso, él no tendría su final feliz, porque su príncipe azul jamás aparecería y él moriría ahí, esperando por algo que jamás llegara, por la salvación inexistente.

Harry suelta una pequeña risa amarga, una que quema su garganta y le hace ver al frente nuevamente.

Hay parejas por todos lados, sonrisas y miradas brillantes.

Harry no tiene nada de eso, sonríe porque tiene amigos increíbles y una hermosa familia, pero su mirada es opaca, el brillo nunca llega a ella.

Él no tiene momentos tristes entre pura felicidad, él tiene momentos felices en la tristeza de su vida.

Así ha sido desde primer año, luego de que en lugar de la marca se formará el vacío y siguiera adelante.

Pero ahora está terminando quinto año, la sensación molesta en su pecho a incrementado y en ocasiones ni siquiera tiene ganas de salir de su cama.

Harry quiere ser feliz, pero esta tan vacío que aquello parece una simple broma.

Harry ignora el llamado a su lado por un par de segundos más, perdido en sus pensamientos mientras sigue su camino, solo hasta que es removido con suavidad y despierta de su trance.

— ¡Hey! — Draco, era Draco quien le llamaba.

Harry sonríe, levantando la mirada y empujando con suavidad a su primo.

— Hola peliteñido — Saluda de forma risueña, de tal forma que incluso él se ve engañado por su falsedad.

— ¿Listo para volver a casa? — Cuestiona Draco, ignorando su apodo y deslizándose de forma divertida junto a él, solo hasta que se acercan a un grupo de alumnos y vuelve a su porte serio.

— Por supuesto, papá dice que iremos a una cabaña este año, será divertido — Salta en su lugar, mirando de reojo a su amigo Ron y lanzando una bomba fétida en su dirección.

Ambos ríen ante la forma de saltar del chico, alzándoles el dedo de en medio con una mirada de muerte,

Harry era bastante bromista, ser criado por cuatro merodeadores tenía sus consecuencias.

Y en momentos como ese Harry se sentía feliz, junto a personas que amaba.

— ¿Una cabaña? Mi padre lo mencionó creo recordar, dijo algo sobre pasar tiempo en familia y hacerme entender que debo convivir con la naturaleza — Hace una pequeña mueca de desconformidad.

— Eso suena a algo que tía Lucius no diría — Harry ríe — En realidad presiento que la cabaña será tan sofisticada como se pueda — Añade.

No era secreto que la mitad de su familia odiaba las dificultades, mientras que la otra mitad adoraba estas.

— Apuesto que lo será — Apoya el rubio — El tío Sirius llevará a Charlie tengo entendido —

— Por supuesto, mi padrino dijo que lo secuestrara de la guarida del dragón — Harry ríe, era divertido como parecía ir detrás del pelirrojo, bastante contradictorio a su pasado.

— Tío Regulus se debe sentir solo al ser el único soltero de la familia — Draco menciona distraídamente.

— Mi madrina — Harry señala, incluso si sabe que esta no está soltera por completo.

— Solo porque Daphne es menor de edad — Draco murmura — Pero es genial, el tío millonario y guapo — Draco probablemente querría serlo, pero amaba a Theo y su relación era linda.

— Ese seré yo — Harry se señala a sí mismo haciendo que Draco bufe.

— ¿Sabes? — El rubio sonríe inocentemente — Mi padrino dijo que junto a nuestra cabaña habrá otras, estilo campamento de verano — Hace una pequeña pausa esperando que Harry entienda lo que quiere decir.

— No tendré una cita con un desconocido — Se detiene abruptamente, incluso cuando la idea no parece tan mala.

Harry no tiene un alma gemela, es un roto, ¿por qué siente como si estuviera por traicionar a alguien? ¿Todos los rotos sentían eso? ¿Acaso estaban destinados a no poder estar con nadie?

Harry no conocía a ningún otro roto, así que no estaba seguro.

— No será un desconocido todo el tiempo — Draco murmura cantarinamente — Date una oportunidad — Pide con un tonto puchero.

Draco sabe que Harry es un roto, el único de su familia que lo sabe, y solo quiere ayudar, ayudarle a ver más color en su vida, qué hay una solución, que puede detener el dolor.

— Si es un idiota te golpeare y te acusare con mi padre de intento de prostitución — Amenaza con un dedo frente a él.

Draco sonríe tensamente, Harry sabe lo que hace, James es celoso con el, le protege demasiado y mira mal a cualquiera que se le acerque. Si se entera que Harry está teniendo citas furtivas por su culpa le irá mal.

— Promesa — Besa la mejilla de su primo de forma fuerte, haciendo que este gruña y le aviente una crema babosa a su rostro — ¡Harry! — Draco se quejó, intentando quitarse aquella cosa.

— Arruinas mi reputación — Harry murmura con una pequeña sonrisa, pero Draco está corriendo ahora, murmurando que esa cosa le quedará en el cabello y morirá.

Harry está solo de nuevo, en el pasillo vacío, y mientras Draco se aleja por completo todo vuelve a la normalidad.

Los colores se alejan, los grises vuelven, su corazón se aprieta y la soledad le gobernó de nuevo.

La soledad siempre ganaba.


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Hey bebés, les traigo el primer segundo capítulo, la trama finalmente comenzará.

Espero les guste, nos vemos.

Roto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora