Roto.

Capitulo 5.

Harry salta, incorporándose de la cama.

Hay una sensación incómoda bañando su pecho, siente que no puede respirar, se siente ahogar y cuando menos lo piensa las lágrimas están corriendo.

No lo entiende, nunca se había sentido tan perdido, todo se mueve a su alrededor y sale de la cama a tropezones.

Necesita agua, necesita una pastilla, necesita un abrazo.

Siente que está por caer, sus rodillas tiemblan y se sujeta de la pared del pasillo, quiere gritar, quiere caer, y quiere morir.

Harry repentinamente siente demasiadas ganas de acabar con todo. Quiere morir, sinceramente lo quiere y el pensamiento de clavarse una cuchilla en el pecho es alentador.

Esta sufriendo, el vacío es demasiado fuerte y todo da aún más vueltas.

Necesita que lo sostengan, sus piernas ya no pueden más, siente que su garganta aprieta y el aire no entra, solo se da cuenta por el ardor en su pecho.

No está respirando.

Repentinamente sus piernas ceden, cae en un sonido sordo de rodillas, pero sabe que no será escuchado, todas las habitaciones tienen hechizos silenciadores para poder descansar mejor. Y justo cuando siente que sus ojos se nublan es tomado en brazos.

No sabe quien es, no sabe cómo está allí, no sabe siquiera si es real, pero Harry se aferra al torso desconocido, el calor calienta su frío cuerpo, un olor llega a sus fosas nasales y Harry está respirando de nuevo, las lágrimas siguen corriendo.

Harry está asustado.

Había deseado morir, realmente lo había hecho.

No sabía que había sucedido, quería ocultarse en ese pecho para siempre y no salir nunca, porque tiene miedo de lo que le está sucediendo. De su destino.

Hay una suave voz susurrante en su oído, Harry la escucha pero no entiende nada, sabe que son palabras calmantes y prontamente Harry esta dejando de llorar.

Cierra los ojos, una magia le invade, se siente en calma, en paz, siente que el miedo se aleja con el paso de los segundos y no recuerda nada más.

Para cuando abre los ojos de nuevo está en su habitación, Draco le está despertando diciendo que es tarde.

Harry no lo entiende, pero se levanta, no hay rastros de lágrimas, ojos hinchados ni sensación extraña en su pecho o garganta.

Todos lucen normales al verle, y Harry siente que fue un sueño. No, no fue un sueño. Fue una pesadilla, y Harry agradece que haya sido solo eso, porque no podría vivir con aquel temor de que vuelva a suceder.

Pero no le molesta demasiado, Harry está un poco acostumbrado a vivir con miedo.

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Harry no había dormido en los últimos tres días.

No podían culparlo, tenía miedo, incluso si sabía había sido un sueño, sabía que no estaba lejos de la verdad.

Era su destino.

Su destino era morir y desear hacerlo.

Tenía miedo de dormir y despertar solo para morir.

Tenía miedo de no despertar.

En cambio Harry huía, huía al bosque, caminaba del lado opuesto de la cabaña y volvía cuando el sol salía, fingía estar dormido e iba con su familia.

Robaba maquillaje de Nymphadora y lo colocaba sobre sus ojeras, no habría magia que le delate y le relajaba aquello.

Era su nueva rutina.