Capitulo 23.

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Contra todo pronóstico (o al menos eso pensó Regulus) el primero en ver a Harry luego de la plática fue James.

Fue James porque alguien necesitaba explicarle lo que sucedía, porque Harry se alteraría aún más si veía a Regulus y este le explicaba lo que había hecho. Porque lo complicaría todo. Porque necesitaba a alguien con quien se sintiera cómodo para enterarse de aquello. Porque siempre había sido el niño de papá y sabía que este no le mentiría o manipularía la situación.

Porque probablemente se rompería un poco más, y frente a Regulus no expresaría sus sentimientos de la forma correcta.

Y fue así como al principio, y por obvios motivos, Harry no quería verlo.

Había rogado y llorado en brazos de su padre para que Regulus se fuera y no volviera. Sin embargo solo había bastado que su padre besara su frente y le pidiera que lo intentara solo esa vez, para que Harry permitiera la visita.

Porque si su padre lo veía bien algo bueno tenía que salir de ahí, ¿verdad?

Así que finalmente, y luego de más de una hora es que Regulus tiene permiso de ir a verle, habiendo estado casi matándose a sí mismo en la espera.

Claro, al menos aquello sirvió para replantearse lo que diría y hacerse una idea de cómo lo recibiría el menor.

Tal vez lo golpearía o hechizaría, tal vez le gritaría, tal vez le ignoraría.

Ninguno de sus escenarios imaginarios catastróficos se comparaban a verlo de verdad.

Y como por arte de magia apenas vio sus ojos tristes y escuchó su voz rasposa todo guion desapareció de su cabeza.

— ¿Por qué estás aquí? — Harry le está mirando, no hay sonrisas, no hay miradas brillantes. En cambio hay ojeras, labios rotos y ojos irritados decaídos con rastro de lágrimas.

Luce desilusionado y perdido, como si no conociera a la persona que tiene frente a él, y eso rompió un poco más el corazón del mayor.

— Harry...

— ¿Por qué fingiste todo este tiempo? — Pregunta esta vez, interrumpiéndole. Una parte de él sin querer escucharlo realmente.

¿Que le decía que Regulus no mentiría?

— Si me dejas explicarte, si decides perdonarme, te prometo que no te dejaré caer jamás — Pide, acercándose cada vez más. Intentando encontrar un sitio junto a el, un hueco en su barrera que le permita acercarse.

— La cosa es que ya lo hiciste — Murmura intentando que su voz no suene tan débil como se siente — He estado cayendo por años frente a ti y nunca hiciste nada para detenerlo... ¿que impide que lo hagas de nuevo? — Niega frustrado, como si se sintiera estúpido por sus propias palabras — ¿Que hay de diferente esta vez para que siquiera las cosas sean distintas? — Ríe secamente.

Le dijo a su papá que lo intentaría, pero Harry cree que es un poco tarde para realmente poder hacerlo.

— Harry, por favor — Cierra sus ojos con fuerza, alejando las lagrimas. No era momento para llorar, no era momento para rendirse — Déjame explicarte todo, resolveré cada duda que tengas, lo mereces, mereces una explicación y te la daré — No puede continuar cuando el chico finalmente se mueve, molesto, esta molesto. Sin embargo le deja un espacio a su lado.

Harry siempre tendría un espacio para él.

Regulus acaricia su pierna suavemente, sintiendo como parte de la tensión de Harry desaparecía ante su toque. Y notando de igual manera como Harry parecía aún más molesto ante ese hecho.

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