Hablemos de sabotajes.
De los propios, por dar un ejemplo.
Discutamos lo sencillo que es empeorarlo todo.
Hablemos de las emociones, claro.
¿De qué otra cosa hablaría yo?
Hablemos de lo rápido que arruinamos el sentimiento,
De lo fácil que es interpretar el papel del odiado.
Maldita sea, es que es tan tentador, tan sencillo.
Huir y excusarse es la cobardía más simple de crear,
Es que si hay odio, no hay espacios para explicaciones,
Y mentir se hace fácil.
No hay preguntas, no hay necesidad de hacerlas.
Un ego herido lo quiere todo menos entender.
Entonces, siendo tan sencillo escapar,
¿Por qué pensaría un cobarde en quedarse?
Sí, los sabotajes,
Deliciosos, exquisitos, el dulce irresistible,
El suicidio emocional más cómodo para aquel con miedo a sufrir.
No hay responsabilidades ni represalias,
Sólo se aprende a vivir con ciertas ideas,
Como por ejemplo, ser odiado por aquellos que se hacen amar.
Lidyce R.M.