No recuerdo la última vez que me dejaste pasar,
Es más, casi no recuerdo cómo hacerlo.
¿Por qué me encerraste?
Me divertía mucho tomar tu mano,
Y escribir en tus líneas con tus pensamientos.
¿Crees que la gente está confundida?
Quizás, porque, ¿quién soy yo?
Tú lo sabes, ya me conoces.
Viví contigo muchos años, muchas lágrimas.
Creí que la pasábamos bien,
Tú, yo
Y tus autolesivos pensamientos.
¿Ya te dio miedo seguir?
Lo noto en tu indecisa tinta,
En lo mucho que te cuesta pensar.
Pero, ¡vamos!
Ya no puedes negar nada, ya estoy aquí,
Tú me dejaste entrar.
Y, ya no parece que te cueste ceder,
Todo va más rápido.
Sí, parece que ya recuerdas la rutina.
¿Disculpa? ¿Qué me dices?
¿Ya me estoy soltando de más?
Lo siento, no escribiré lo que tú querías.
Debiste pensarlo antes de siquiera llamarme.
Ahora la mano se mueve sola y las palabras vuelan,
Tu mente es un caos, tus ojos ya no juzgan, tus letras ya no tienen sentido,
¡Y yo estoy aquí!
Lidyce R.M.