Tan efímeros, tan escurridizos.
Los pensamientos se me escapan de las manos.
Llegan y se van a placer.
Entran en mi cabeza y desordenan mi casa.
Ilusionan mi mente,
Crean garabatos llenos de promesas.
Desinhiben los inescrutables deseos que dormitan en la esquina.
Iluminan mis emociones...
Y desaparecen.
No me dan tiempo a reaccionar a su ausencia.
Tan solo... ya no están.
Y yo me quedo aquí,
Con promesas que ya no logro descifrar.
Deseos que ya no sé retener.
Con más luz de la que puedo controlar.
Con ganas de crear, sin saber exactamente qué.
Con ideas descabelladas,
Sin idea de cómo materializarlas.
Con deseos de todo, sin intenciones de nada.
Así que, por favor,
En nombre de la necesidad y la cordura,
No vuelvan a desaparecer así.
Lidyce R.M.