Calma, no hay enemigos bajo tu cama.
Ni monstruos detrás de la puerta.
Deja ya de correr, nadie te acosa, nadie te asecha.
Tu sombra no va a traicionarte.
El espejo no esconde ningún espectro.
¿Eso te bastará para dormir?
Ya, deja el llanto, mi burla no es tan grave.
Pero...¡Vamos! Tus miedos son patéticos.
Se burlan de tí por hacerlos existir al mismo tiempo.
Sus presencias no tienen sentido.
¿Por qué les permites lastimarte?
Sus deformes sonrisas gozan con tu dolor
Y bailan al compás de tu insegura melodía.
Los has dejado manipular tus decisiones.
¿No quieres servirles una copa de vino también?
Deja que desaparezcan, ya no temas.
Ellos no quitarán tu cobija ni jalarán de tus pies.
No te observarán desde la oscura esquina de tu habitación.
Deshazte de las voces, no tienen importancia.
Ellas no susurrarán terrores en tu oído.
Ninguno hará nada...ellos no.
No tomarán mi lugar.
Tu incertidumbre, tus miedos, tus inseguridades,
Me pertenecen.
Yo soy dueña de tus pesadillas y lo sabes, no te compliques.
No des mi lugar a cualquier sombra, no lo merecen como yo.
Yo sí haré todo aquello que ellos jamás podrán.
Así que, niña...
No le temas a nadie teniéndome ya a mí.
Lidyce R.M.
