CAPÍTULO 5: Sueño 2

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-Ven, vamos, trata de que no te caigas de nuevo, o Mamá me castigará como lo hizo hace tres años- digo luego de una risita ahogada.

¿En dónde estoy? ¿En qué parte de mi vida me encuentro ahora? Al parecer estoy fuera de mi casa, en la puerta principal, tratando de sostener a Chloe desde sus pequeñas manos cubiertas por esos enormes guantes rosados que van con su gorrito y chaqueta.

Miro hacia atrás y logro notar que el cielo se está cayendo en forma de delgados copos de nieve frente a nosotros. Las nubes cubren todo el cielo incluyéndo el sol. Su blancura ciega y su olor a agua congelada simpatiza. (Imágen disponible al inicio del capítulo 5)

Tan delicada como una flor, intenta apoyar una botita morada en el césped que se está cubriendo de nieve -Yo no lo recuerdo- dice confundida al no saber de lo que hablo -Créeme, no quieres recordar cuando te caíste, y yo menos.. ¿Verdad mamá?- pregunto mientras Mamá trata de ponerme atención pero al mismo tiempo intenta que Jonathan no se caiga mientras corre en la nieve.

-Oh sí, y te irá muy mal si lo haces de nuevo- bromea mientras toma de los hombros a Jonathan.

-Digo, no recuerdo haber visto la nieve antes- especifica Chloe, en realidad se refería a la nieve -oh sí, claro. Nevó como nunca, es raro que caiga nieve en Richmond, digo, estamos en el norte pero las veces que sucede son pocas ¿No?- pregunto de nuevo a Mamá -Tú naciste en un día como éste, más frío podría decir- se refiere a mí.

-Bueno.... me gusta- dice Chloe mientras observa detenidamente un copo de nieve que cayó en su guante. -No dirás lo mismo cuando te suba la fiebre- bromeo, pero al parecer se lo toma enserio - Eso no va a pasar- aclara Mamá.

Pero la verdad es que siempre pasa ¿No? Probablemente sólo a mí y está claro que no me agrada mucho.

De pronto, sale Papá con las gafas de contacto que usaba antes y un saco muy elegante puesto. Mamá y él comienzan a hablar, pelear, discutir... no lo sé... lo único que se me ocurre es llevarme a Chloe y Jonathan de ahí -¿Quieren hacer ángeles de nieve?- ¡Sí!- exclaman los dos.

Al parecer siempre me llevo bien con los niños. -Jonathan, tienes que hacerlo- escucho a Mamá -ya te lo dije, no necesito ir con un psicólogo, estoy bien, no es nada-.

Ya era muy grande pero no entendí mucho de qué hablan... ahora lo entiendo todo....

Después de un rato de sólo escuchar murmuros de Mamá y Papá, ella se acerca un poco molesta -¿Qué sucedió?- pregunto susurrando y despistadamente -No es nada, sólo..... sí, cuando naciste hacía mucho frío, probablemente por eso eres tan fría- intenta cambiar el tema y trata de bromear.

Pero yo sabía que algo andaba mal. Sí, definitivamente este "recuerdo" fue antes de que Papá se enfermara, ya que nos encontrabamos en un lugar más al norte de Virginia... donde vivíamos antes, sí, soy una maldita chica del campo.

En este lugar hacía mucho más frío, pero la casa era inmensa, era muchísimo más grande que la actual. Pero luego Papá enloqueció, dejando a la familia con el sueldo de una enfermera, y obligándonos a mudarnos a la ciudad, a una casa vieja pero en un vecindario agradable.

-Yo no soy fría- vuelvo al tema para, precisamente, cambiar la tensión que hay en el aire. -De hecho, soy muy buena con los niños- bromeo. -Sí, claro- dice Mamá sarcásticamente.

Diablos, en verdad los extraño...

MORDIDAS QUE CONVIERTENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora