Estaba regresando a la cabaña, no podía esperar a llegar, acostarme en la cama y dormir por días. Estaba exhausta, y tras lo que pasó con Paisley y el embrollo con Jody, me aseguraba que dormir por mucho tiempo era una solución.
Pero no fue así. Miranda se encontraba arreglando unas cosas de nuestra cabañita, pero noté que Aggie no estaba ahí.
-¿En dónde está?- dudé.
-Se quedará hoy con Sheldon- notificó con frialdad -así que no la esperes, no dormirá otra vez contigo-.-¿Por qué tiene que ser así, eh?- me disgusté -¿por qué intentas arruinar todo? Esto no es tu asunto-.
-¡¿Que no es mi asunto?! Ella es mi hija, ¡claro que es mi asunto! ¡Y no te vuelvas a acercar a ella!- exclamó con coraje.
Se quedó en el entorno un incómodo silencio -puedes pedirme que no te hable, ni que te mire, ni siquiera a Sheldon, pero no vas a alejarme de Aggie hagas lo que hagas- amenacé y me retiré molesta de la casita.
Sin saber qué hacer, comencé a llorar levemente por toda la situación, y corrí hasta el único árbol que estaba frente al lago.
Me senté adelante de éste e incliné mi rostro, estaba destrozada. De pronto escuché una voz muy peculiar, era de un hombre, identifiqué de inmediato a la voz con ánimo de Cooper, pero esta vez sonaba serio.
-¿Qué sucede? ¿Miranda otra vez?- preguntó, noté que estaba subido en un tramo del árbol. Empezó a bajar.
-Quiere alejar a Aggie de mí, de lo único que me importa ahora- comenté.Llegó al suelo y pasó su brazo por mis hombros -eso me duele- avisó bromeando. Le hice entender que no estaba de humor para bromas y lo dejó.
-¿Sabes? Es que estoy cansada de esta mierda. Hemos pasado muy malos momentos y no creo que pueda soportar- dije honestamente mientras me sentaba en el césped.-¿Soportar qué? ¿Lo malos tratos de una vieja que no tiene alguna otra cosa mejor que hacer?- Cooper se molestó -Denise, me decepcionas, eres más que eso, puedes con ella y con mucho, MUCHO más- confesó.
-No sabes por lo que he pasado- comenté un poco molesta.
-¿Crees que es fácil para mí haber perdido a mi hija? ¿Tener que dejarla atrás para seguir vivo? Tal vez no sólo tú has tenido un pasado de mierda ¿sabes?- admitió, sentándose enseguida.-¿Qué fue lo que te pasó?- dijo ya acomodándose más en el árbol.
-Mi padre... estaba enfermo de algo mental y... Mamá no pudo hacer nada- comencé a explicar -hubo una tarde, donde Papá enloqueció, y sin ninguna razón.... los... los mató a los tres- dije comenzando a llorar.-¿Los tres?- dudó.
-Sí, eh... Mamá y mis dos hermanitos... Jonathan y... y Chloe. ¡La extraño tanto!- exclamé arrepentida.
-Tú no tuviste la culpa, estoy seguro de que no podías hacer nada- aseguró.-Pude haber vuelto antes, y haber salvado a Mamá o algo...- dije con sentimiento.
-Pero no sucedió. Tal vez no habría resultado y tal vez no estarías aquí, conmigo, sentada debajo de este abeto, frente al lago- dedujo este muchacho tan peculiar.-Lograste mantener a salvo el campamento desde que llegaste, y bueno, no lo hiciste todo tú sola, pero has logrado en muy poco tiempo algo que alguna persona no podría en toda su vida- continuó -crear un hogar, un lugar donde estén las personas que te importan y se preocupan por ti-.
-Denise, tú eres capáz de mucho, y algún día se lo demostrarás a todos, algún día serás reconocida- terminó mirándome fijamente a los ojos.
-Guau, no sé que decir, me has conmovido. Y tienes razón, no sé que hago aquí en vez de poner en su lugar a esa mujer- admití -eres muy buen amigo, de verdad sé con quién cuento- dije dándole un abrazo.
No sé que esperaba él, ¿un beso? Tal vez por eso se intentó acercar a mí un poco, pero no puedo hacerlo. No es el indicado, ¿o sí? Aún así, no era el momento.
¿Y ahora qué harás?- siguió la conversación para olvidar el malentendido.
-Voy a decirle todo. Aggie me importa, me importa mucho como para ser honesta con esa mujer. No puede alejarme de la niña ¿verdad?- cuestioné.Me puse de pie y miré por último a Cooper, éste me miró en forma de afirmación.
Me dirigí a mi cabaña dispuesta a decirle a Miranda lo molesta que estaba y que quería ver a Aggie aun sin el consentimiento de esa mujer.
Cuando llegué, las luces estaban apagadas. "¿Qué había pasado?" Dudé.
Entré y lo primero que vi fue a Miranda, ya acostada en la cama.No tenía caso decirle nada; al fin y al cabo estaba dormida, ¿para qué despertarla?
Me llevé una sorpresa al escuchar una dulce voz proveniente de la cama de arriba de Miranda. -¿Denise? ¿Eres tú?- llamó Aggie apenas abriendo sus ojos.
Cuando confirmó que era yo, puso una enorme sonrisa en su cara -me iba a quedar con Sheldon, pero tuve una horrible pesadilla y decidí volver. Estaba pensando en hacer una pijamada- confesó mientras encogía las piernas y arrugaba las sábanas.
-¿Una pijamada?- pregunté asombrada y un poco alegre.
-Sí, sólo de nosotras dos- aclaró la niña. -Con historias y guerra de almohadas- comenzó a proponer.-No va a haber una guerra de almohadas... créeme- advertí -pero si quieres te puedo contar una historia- propuse.
-¿En serio? ¡Genial!- exclamó.
-Ven acá- la llame mientras me sentaba sobre mi cama.
-¡Yo pido arriba!- gritó contenta bajando de su cama y corriendo hacia mí.
-No vayas a despertar a tu madre- aconsejé.La noche fue estupenda, mucho mejor de lo que imaginé.
Estuve todo el tiempo mirando el techo de mi litera, mirando a "la nada", contándole todo tipo de historias del bosque como las que me contaba Papá.
Ella estaba ilusionada escuchando todos y cada uno de los cuentos que relataba, esperando a que pronto contara sobre mi pasado. Y tuve que decirle todo.
Desde la cabaña de Mitch, hasta el incidente en los locales. Todo en una versión nada violenta... o por lo menos no para ella.
Y bueno, allá va otra persona a la que le cuento mi historia, sin mencionar a Cooper o a personas que la vivieron conmigo. Incluyendo a ustedes.
¿Cuánto tiempo pasará hasta que todo se derrumbe? ¿O hasta que otras personas mueran?
Nadie de nosotros sabe, pero la respuesta estaba a la vuelta de la esquina.
ESTÁS LEYENDO
MORDIDAS QUE CONVIERTEN
Science FictionEl planeta Tierra. El lugar que ha hecho que todos sepan lo que en verdad somos, lo que hemos hecho para sobrevivir y abastecer nuestras necesidades. Sabíamos que algún día llegaríamos lejos, que cometeríamos un error. Pero nadie hizo nada. Denise s...