Miranda, Aggie y yo nos despertamos de golpe. Los disparos nos alertaron a todos. Rápidamente salimos de la cabaña y pudimos apreciar a algunas personas corriendo con todas sus fuerzas. Algunas con armas.
-Cariño, no va a pasar nada, todo va a estar bien- tranquilizaba la madre. -Iré a ver qué sucede-. Me alejé de la cabaña y fui hacia el centro del campamento, donde parecía haber un tipo de lucha.
-¡¿Qué pasa aquí?!- cuestioné a Elaine, quien llevaba un arma automática. -Los cádaveres comenzaron a tirar el muro abajo. Norman y los demás intentan acabar con ellos. Les dije a esos malditos que los bambúes no resistirían, pero nunca escuchan a una mujer- renegó.
Llegué al muro principal, si se puede llamar así. Habían decenas de personas asustadas, entre ellas Maurice, el esposo de Elaine. Replicaban y llamaban molestos a Norman.
El pobre líder se limitaba a seguir con sus cosas; intentando llevar el peso de ser jefe de un grupo tan grande.
Me acerqué a él, éste trataba junto a Cooper preparar una torreta. -No sabía que teníamos una de esas- comenté.
-Es preciosa ¿verdad? La dejaron los soldados cuando partieron, y ahora podremos partirle el culo a esos monstruos- limpiaba el arma Cooper.-La guardaremos después de esto. Luego se la regresaremos a los de la Armada cuando vuelvan- aclaró Norman. Cooper me miró raro después de ese enunciado.
No entendí muy bien por qué lo hizo. ¿Había algún problema con que Norman sea honesto y no quiera robarles a los militares?
-¿Van a usarlo contra los cadáveres?- dudé.
-Así es, nada podrá detenerlos. Este bebé los hará añicos- especificó Cooper mientras sonreía satisfecho.Norman parecía no divertirse nada, no había razón para hacerlo, pero ni una sonrisa salía de su rostro. Miraba fijamente a su gente; la cual comenzaba a acercarse al muro de bambú.
-¡Miren lo que hemos construido!- llamó la atención a su público. -Estamos hombres y mujeres fuertes frente al muro, protegiendo a nuestras familias; luchando contra los muertos! ¡Y lo más importante, es que lo hacemos todos juntos! ¡Porque así se mantiene Lake Mile! ¡Juntos!- impulsó a las personas.
-¡Ahora, tomen sus armas blancas, y acaben con los cadáveres!- ordenó.
Toda la gente alzó sus cuchillos, lanzas, etc. Y empezaron a aniquilar a todos los monstruos desde los espacios de entre cada bambú. Aunque torpemente intentaban acabar con ellos.Eran inexpertos, pero hacían lo que podían, defendían su hogar.
Llegué junto a Héctor, éste un poco desanimado eliminaba a los muertos uno por uno. Me miró con cara de duda, no sabía qué quería.
-Ayudaré... como todos los demás- aclaré.
-Sí, sólo... no acostumbro a que me hables mucho- admitió mientras volvía a sostener su machete para seguir asesinando.-¡Eso no es cierto! Hablo contigo como hablo con todos- se quedó mirándome, tanto él como yo sabíamos que no era verdad. Pero no puedo hablar con TODOS en un grupo de treinta y cinco personas más o menos.
-Esta bien, tú ganas... prometo que hablaremos más- dije.
-¿Y cómo va todo con Jody?- preguntó curioso.
-¿Jody? ¿Jordan? Oh, diablos. Ese tipo es un asco- respondí. Aunque de verdad no lo pensaba.-¿En serio? Creí que terminarían juntos, tu sabes, porque le gustas- insinuó.
-¿De qué estás hablando? ¿Jordan Hawks? ¿El tipo duro, que parece no tener sentimientos? Sí claro. Prefiriría aplastarme la cabeza a sentir algo por mí- parladeé.
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MORDIDAS QUE CONVIERTEN
Science FictionEl planeta Tierra. El lugar que ha hecho que todos sepan lo que en verdad somos, lo que hemos hecho para sobrevivir y abastecer nuestras necesidades. Sabíamos que algún día llegaríamos lejos, que cometeríamos un error. Pero nadie hizo nada. Denise s...