CAPÍTULO 14: Lloyd Cooper

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De acuerdo, caminábamos por el prado; eso sí lo recuerdo. Cooper me miraba y contaba cosas importantes sobre Lake Mile. Lo escuchaba con atención -es por eso que NUNCA se podrían colar aquí, aunque pensándolo bien, son sólo cercas de bambú falso, un montón de diez o más cadáveres y derrumban todo -Norman me comentó que eran fuertes- dije refiriéndome a las cercas -eso es lo que le dice a todos, me lo dijo a mí cuando lo encontramos-.

-¿Lake Mile?- dudé, él asintió -estuvimos juntos desde el principio, pero fue pura casualidad- se apoyó sobre su pierna izquierda mientras relataba todo.

-Estaba en el trabajo, solicitó mi ayuda y la de otros así que fui a apoyar. En medio de todo, las cosas se hicieron más graves y tuvimos que salir de ahí para ir a nuestros hogares. El maldito de mi auto se averió justo en el momento más... "inoportuno"- hizo comillas con sus dedos.

-Así que tuvo que llevarme en su auto- ¿No fuiste a tu casa? ¿No había nadie esperando por tí?- interrumpí. Miró al césped por unos segundos, pensaba algo -Melanie... ¡la extraño tanto!- contuvo las lágrimas mientras tragaba saliva.

El ambiente era tenso. No sabía si preguntarle si era su esposa aunque creo que era muy obvio. -Perder... a un ser querido... es lo peor que puedes sentir. Habemos gente malvada en este mundo, pero los débiles caen primero- sus ojos se tornaron a un colo rojizo.

-Ella no era débil- afirmé sin siquiera conocerla -no sabes como era ella- dijo Cooper -lo sé, pero... sé que lo era. Según lo que cuentas, sé que era valiente-.

-Su tiempo aquí gracias a Dios no fue largo. Ella se marchó hace mucho tiempo. Y eso es bueno, los NIÑOS no deben vivir en este mundo de... de mierda- aclaró.

En ese momento comprendí de que se trataba de su hija y no de su esposa. Una sensación aún más dolorosa.

-Ella era muy importante para tí ¿no?- pregunté -ella era todo lo que yo soy, mi razón de estar cuerdo. Ya lo dije: aquí todos están locos- afirmó.

-¿Norman está loco?- quise hacerlo cambiar de opinión. -Créeme lo está, más que su hermano- aclaró.

-¿Hermano?- dudé -tenía uno, o eso creo. Cuando Norman me llevó a su casa pude verlo, o supongo que era la casa de su hermano- recordó Cooper.

-Los disparos sobre todo el vecindario nos ponía los pelos de punta- comenzó a explicar mientras detenía su paso igual que yo y cruzaba los brazos.

-Norman, su hermano, Anna, otras personas... ellos decían cosas locas, hacían acciones incongruentes. Pero luego algo pasó. De la casa sólo salió Norman, con una cara angustiada. Anna, una chica y yo esperábamos en la camioneta de él. Casi no puedo recordar lo que pasó, sucedió muy rápido- volvió a caminar.

-¿Qué eras tú?- dudé -estás viendo a un experto en aviación, militar de preferencia- respondió. -¿Norman...?- quise aclarar -él era dueño de una empresa. Ahí entraba maquinaria pesada similar a la de los aviones con los que trabajaba. Algo comenzó a fallar y solicitaron mi ayuda y la de mis compañeros. No importó nada después-.

-Dueño de una empresa ¿eh?- recordé lo que acababa de decirme -¿Por qué crees que es nuestro jefe? Tiene madera de líder- aclaró Cooper.

-Entonces... se podría decir que con alguien como Norman estamos a salvo... ¿verdad?- quería llegar a una conclusión -no, no te confundas. Nadie está a salvo- explicó pero no muy bien.

Mi cara mostró que quería que se explicase mejor -no puedes escapar del sufrimiento. Pero puedes hacer que el tiempo para que eso suceda se alargue. Si algo aprendí de este nuevo mundo es que si ellos no te matan, terminas haciéndolo tú mismo- afirmó astútamente.

Reflexioné por unos segundos acerca del enunciado tan profundo que citó. Seguramente la muerte de su hija no terminó con el, pero si lo debilitó así que... tal vez... piensa suicidarse. Pero eso sería una locura. Cooper se ve que es un muchacho muy fuerte.

A mi parecer jamás lo haría, puede que a veces el dolor le gane, pero podrá con la carga que lleva, al igual que yo.

-¿Qué pasó después de que llegaron a la casa de Norman?- seguí con el tema anterior -oh tú sabes, lo de siempre; personas murieron, esas cosas entraban a la casas, balas desperdiciadas...- comentó sarcásticamente.

-¿Cómo encontraron éste lugar?- dudé -después de llegar a mi casa y... darme cuenta de que mi hija...- se desanimó -ibamos a la mitad de la carretera cuando hubo una pequeña discusión. Tuvimos que parar y de casualidad pudimos ver que había humo-.

-¿Cómo pudieron escapar de todo?- pregunté aún asombrada -muchos lo llaman "suerte", yo lo llamo "puntería"- respondió Cooper. -¿Crees que yo tenga puntería?- todos la tienen- aclaró el muchacho -y tú le demostraste a todos que tienes buena puntería con lo de los frascos- admitió.

-¡¿Cuántas veces tengo que decir que fue pura "suerte"?!- exclamé -¿o fue...?- planteó Cooper sin terminar la pregunta, pero se refería a que tal vez fue puntería lo que me ayudó ese día.

-Lo que quiero decir es que no sé si realmente soy buena matándolos- expliqué -nunca he luchado contra uno de ellos de manera real, sin estar asustada o clavándoles... una estaca en la cabeza de manera improvisada-.

Cooper se quedó pensándo por unos segundos -Jody y yo enseñamos a las personas a luchar contra los cadáveres detrás del muro- avisó -genial, ¿podrías enseñarme?- dudé -lo siento, estaré ocupado TODA la semana, y Jody estará libre desde el viernes- comentó.

Acepté comenzar hasta el viernes. -Jody es excelente matando a los cadáveres. A pesar de lo del tríangulo amoroso, bueno es Jordan pero le dicen...- ¿No sería traición apoyar tanto a quien engaña Anna a Norman, su ESPOSO?- interrumpí -eso no nos incumbe, así que mejor dejémoslo- recomendó.

Pero la verdad es que ese tipo "Jody" me ponía nerviosa, no lo sé. Tenía pinta de ser un patán, y aunque Cooper sea más agradable, algo en Jody lograba hacer que despertase algo de interés en mí. No digo que esté enamorada ni nada, nunca le he hablado, pero cautivaba de todas maneras.

Aún así acepté que él me enseñase a eliminar a los cadáveres. -Sólo recuerda, el ruido también los atren y que no quede nada de duda sobre si aún están vivos o no- aconsejó -ellos están completamente MUERTOS- aclaró.

Asentí. -¡Oh! Casi lo olvido- sacó algo de la mochila que llevaba consigo -noté que usas esa horrible cangurera- miré la cangurera que tomé de la pescadería de Fred, se veía sucia, y vieja. Me entregó un cinturón mucho más delgado y ligero, con un pequeño orificio para que entre Edna. -Esto te servirá más-.

Agradecí -gracias por todo Cooper- Lloyd, soy Lloyd Cooper- aclaró -¿en serio?- dudé, él asintió. -No me lo esperaba- comenté -nadie nunca es quién se lo espera-.

MORDIDAS QUE CONVIERTENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora