No había estado tan cómoda desde que todo se vino abajo. Pero en realidad, no iba tan elegante o bien vestida como todos los demás. No era un vestido, era sólo una blusa que llegaba hasta mis rodillas, obligándome a usar unos mallones negros.
Pero basta de hablar sobre lo que traía puesto. Hablemos de algo importante. La noche era fría, se podía notar que el invierno no estaba muy lejos. La gente caminaba apresurada para llegar a tiempo a La Cena. Mientras bromeaban diciendo cosas como "rápido, si llegamos tarde, Norman nos matará", reían como tontos.
Yo, sin embargo, estaba muy nerviosa por lo que Norman dijo acerca de la atención hacia mí. ¿Cómo daré mi impresión? ¿Causaré revuelo?
Pude ver La Cabaña a unos metros de distancia. Se veía tan pacífica, ni un ruido salía de ella, pero por dentro se veía iluminada, muy iluminada...
Al momento de estar frente al porche de ésta, se abrió la puerta, en donde Cooper recibía a los invitados. Afortunadamente habían dos personas adelante de mí.
Cuando llegó mi turno de pasar, Cooper me miró penoso -Hey, Denise- frotó su cabeza -lamento el inconvenitente de hace tres días... no había tenido las agallas de decirlo... hasta ahora- supongo que no tendría nada de malo- admití.
Este hombre asintió y continuó recibiendo a los invitados. -¡Denise!- llamó una molesta voz femenina. Era Anna --veo que llegaste- hizo una pausa y me miró a cuerpo completo -¡Oh Dios! ¡Mírate! Siempre supe que había una linda chica debajo de ese cabello alborotado y vendajes- bromeó.
Ella no iba nada mal, un vestido negro y corto. Claro que no brillaba ni era muy costoso, ni nada por el estilo. De hecho, casi todos iban muy normales, como siempre se vestían, como de campamento.
En la entrada había un elegante candil, mesas pequeñas con frutas y velas. Algunas personas bebían un "trago" mientras estaban paradas. Dejándole el lugar a otras personas, incluyéndome a mí. Las mesas no eran la gran cosa, eran de madera vieja como todas las demás, sólo que nunca había visto esa cantidad de mesas juntas (Imágen disponible al inicio del capítulo 11).
Comenzamos a cenar todos. Jody fue felicitado por el enorme venado que había cazado. Su cara mostraba pena, pero al mismo tiempo se sentía orgulloso de haber ayudado a Like Mile. -¡Hey, atención!- avisó Norman mientras hacía sonar una copa con un poco de vino tinto y todos se callaban -quiero felicitar... a nada más y nada menos que el nuevo recolector de comida oficial de Like Mile- aclaró mientras miraba sonriente a Jody.
-Este chico, ha traído la cena de nuestros sueños y agradecemos por el festín que juntos preparamos. Pero no pudo haberse cumplido sin la ayuda de él- alzó su mano hacia el muchacho -¡Por Jody!- exclamó. -¡Por Jody!- siguieron la corriente los demás que también contaban con una copa en sus manos. Todos las chocaron. Y continuaron con la cena.
-Denise, te traje algo de pierna, queda mucho, aunque creo que de todas maneras no alcanzará para todos- advirtió Julie, una viejecilla que Norman me presentó cuando llegué. Pertenecía a la Ración de Alimentos. -Gracias- dije sonriendo, pero no mucho.
-¡Jody, gracias a tí, y a tu buena cacería, mi familia y yo comeremos MUCHO hoy!- agradeció contento Genne, un tipo de los del muro, mientras estrechaba su mano continuamente y por un largo tiempo.
Norman llegó frente a mí con una mujer de complexión robusta y cabello rubio oscuro -Denise, ella es Paisley, la doctora que curó tus heridas-. Era muy reservada y vestía un suéter naranja . La miré con asombro -¡Muchas gracias! Le agradezco lo que hizo por mí- le di mi mano -todos dicen eso- confesó y sonrió orgullosamente. Fue a sentarse en su silla.
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MORDIDAS QUE CONVIERTEN
Science FictionEl planeta Tierra. El lugar que ha hecho que todos sepan lo que en verdad somos, lo que hemos hecho para sobrevivir y abastecer nuestras necesidades. Sabíamos que algún día llegaríamos lejos, que cometeríamos un error. Pero nadie hizo nada. Denise s...