Miranda miró a Norman con una mezcla de sorpresa y furia, al ver que su gente no estaría junta. -Disculpe, señor líder...- Norman- contestó esperando a que continuase la mujer. -Norman, dispongo de mis derechos como persona, al solicitar que la gente con la que vengo permanezca "unida"-.
-Señorita Miranda...- siguió el jefe -Miranda Newby- interrumpió la chica. Norman dio un suspiro en señal de desesperación -me temo que lo que usted está "solicitando" no será concedido- afirmó sarcásticamente.
-Quiero saber por qué- cambió su formalidad esa rubia tan irritante -Porque, querida amiga, Miranda. Un grupo de más de tres personas se deben dividir en dos. Ese es su... "caso"- especificó.
-Hay dos literas, caben cuatro personas en cada cabaña- supuso Miranda -así es- asintió Norman -mi "grupo" es de cuatro personas ¿Por qué no hemos de estar en otra cabaña todos juntos?- dudó.
-El orden aquí es estricto; por lo que he visto, su amiga está herida. Necesita atención médica. Ustedes pueden irse ahora y quedar vulnerables en el bosque haciendo que la posibilidad de ser devorados por los cadáveres crezca -enfatizó las consecuencias -O... pueden esperar a que se recupere. Manteniendo el orden y respetando MIS reglas- finalizó Norman.
La mujer de 40 años aproximádamente quedó horrorizada al escuchar las palabras del líder, el cual no esperó a que ella respondiese, se retiró dándole la espalda, lo dejó a su "disposición". Cerró los ojos por un momento y entró a la cabaña con desagrado en su cara, al ver lo "disgustante" que era.
En realidad ¿qué esperaba? ¿Un hotel de cinco estrellas? Estamos en lo que llaman el Apocalipsis. No en un viaje turístico.(Imagen disponible al inicio del capítulo 13).
Norman estuvo pensando por unos minutos mientras se sostenía de su enorme camioneta. En la que me tomaron hasta Lake Mile. Luego se giró hacia Héctor, quien sorpresivamente estaba sin hacer nada, sólo quebraba torpemente una hoja ceca que cayó frente a él.
-¡Flores!- llamó el líder a lo que Héctor volteó asustado por el grito -¿Qué... qué sucedió?- preguntó de nuevo Norman pero con un tono más tranquilo. -... Pudimos acabar con ellos- respondió el latino inseguro -quedaron cinco... pero no todos juntos. Están dispersos entre ellos- aclaró.
-Bien- asintió Norman mientras, sin esperar un segundo, Anna lo abrazó por atrás hasta llegar sus manos a los hombros de éste. -¿Qué pasó?- preguntó sonriente, algo le causaba gracia que a él no.
-¿De qué hablas?- dudó Norman -¿Miranda "Newby"?- aclaró del tema. Norman sonrió mientras hallaba el chiste y al parecer también le hizo gracia -tenía que... tenía que mostrarle..- tenías que mostrarle quién mandaba ¿No? ¿Norman Gentry?- interrupió Anna pronunciando "Gentry" en forma de burla al alboroto con Miranda -pero ¿Qué fue todo eso del "lenguaje formal"- seguía feliz -¿Fue mucho?- preguntó Norman. Ésta no respondió por lo obvio que era pero al cabo de un rato comenzaron a reír los dos.
Juntos, los mirábamos Cooper y yo desde el lago. -Es aquí cuando me doy cuenta- comentó el chico. Lo miré extrañada -¿De..?- dudé -de lo estúpidos que son- ¿Quiénes? -Todos lo de este campamento-. Me quedé mirándolo, pero éste a mí no. Suspiró.
-¿Qué no es obvio?- continuó. Primero no comprendía a qué se refería, luego recordé a quiénes mirabamos. Y fue ahí donde entendí que Cooper hablaba sobre el "triángulo amoroso" entre Norman, Anna y Jody.
-Sí, es muy obvio- se respondió a él mismo -pero Norman no lo sabe... no. Él sólo ve lo que quiere, lo que le conviene a él y a Lake Mile- aclaró éste. -¿Crees que se entere o... lo acepte algún día?- quise saber -no lo sé- siguió mirándo con descepción a la pareja -se armaría un "teatrito". Aunque eso es lo que les gusta aquí. Saber que hay personas que tienen peores problemas que los de ellos mismos. A mí de alguna forma me gusta saber eso, ¿pasa lo mismo contigo?- preguntó.
Pensé en mi familia y en lo que sufrí al perderlos, pero recordé a Pete, el hijo de Elaine, y en su esposa que falleció, de alguna manera me hizo sentir que no estoy sola. También me impulsó a regresar con Mamá a ayudarla, y a sacarla de ahí. Por eso me di cuenta que saber que hay gente como yo me daba fuerzas.
Asentí. Cooper lo notó y se sentó en una de las sillas de la fogata, hice lo mismo a su lado. -Supongo que TODOS están locos. Incluyéndome a mí- afirmó -es decir, utilizo una raqueta de tenis como defensa- dijo mientras miraba una raqueta desgastada de metal sobre sus piernas.
Me acerqué a él y tomé su hombro -yo uso esta vieja escopeta de madera y esta estúpida cangurera- señalé a Edna y al cinturón que encontré en la tienda de pesca de Fred y su hijo. Intenté hacerle ver que todos somos iguales en estos tiempos.
Al pasar las horas, llegó casi el atardecer. Y fue ahí donde me dí cuenta de que no he aprendido a eliminar a los cadáveres de verdad. Para eso necesitaba unirme más al único que me a transpirado confianza, y no hablo de Norman, sino del extraño y simpático Cooper. Así que decidí ir a caminar con él antes de que el Sol se esconda por las montañas.
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MORDIDAS QUE CONVIERTEN
Science FictionEl planeta Tierra. El lugar que ha hecho que todos sepan lo que en verdad somos, lo que hemos hecho para sobrevivir y abastecer nuestras necesidades. Sabíamos que algún día llegaríamos lejos, que cometeríamos un error. Pero nadie hizo nada. Denise s...