Mis ojos apenas se abrieron, y pude verlo. Ya era tan viejo, rosado, y un poco roto. Pero me traía muchas memorias. Recuerdo haberles dicho que era preciado para mí, y que necesitaba llevarlo además de la foto familiar.
Fui tan afortunada de haber llevado estas dos cosas en mi mochila. No podría vivir sin la foto y menos sin mi peluche. Ese feo mono color rosa que hasta podría traerle pesadillas a alguien.
Pero en fin, después no importó, nadie me conocía en Lake Mile realmente. Nadie sabía lo que había pasado, lo que tuve que hacer y lo que significa para mí ese peluche.
¿Eso era bueno? ¿Poder volver a empezar? ¿Poner los errores atrás y dejarlos ahí? Supongo que la mayoría hizo eso. Uno tiene que hacer cosas horribles para seguir con vida en este mundo. ¿Norman lo hizo?
Si se preguntan qué fue lo que hice que me persigue en la consiencia, pues fue haberle disparado a Papá.
Una lágrima corrió alrededor de mi mejilla. Algo me impulsó a tomar esa decisión, dejar todo en el olvido. Pero creo que aún no era el momento.
Habían pasado dos días después de la confusión con Norman, después de enterarme sobre mi "descanso" de cuatro semanas, después de ver a ese sujeto tan misterioso del tronco.
Los días fueron todos similares. Favores a personas superiores que yo, cenas en fogatas, chistes y conversaciones entre el grupo que no entendía. Algo me parecía extraño, sabía que tenía que pasar algo en el campamento; algún traidor, mentiroso, pelea o la bienvenida de otra persona. Pero no, no sucedió nada de eso, no en ese tiempo al menos.
Abrí la puerta de mi cabaña, la luz del sol me dejó a ciegas, era una mañana muy brillante. Las personas caminaban normales con sus deberes. La sociedad seguía en pie.
Respiré profundo, pude percibir ese olor a pino que despierta a cualquiera. Me estiré, bostecé y di un paso al frente, en el pequeño escalón de madera de la entrada de las cabañas.
Múltiples disparos comenzaron a sonar, despertando mis sentidos. Me puse alerta y corrí al interior de la cabaña para tomar a Edna. Tenía que proteger al campamento.
Salí de ahí deprisa. Me dirgía a donde se escuchaban los disparos, a un lado del lago. Noté que Anna venía tranquilamente con unos leños en los brazos.
-¡Hey, Denise! ¿Dormiste bien?- preguntó a distancia. Al parecer no notó lo que pasaba y seguí con mi camino. -¿Denise?- siguió. Cuando vio que no paraba, creo que se alarmó. Arrojó los leños hacia un lado y rápidamente me "interceptó".
-Hey, hey, hey- me tomó de los brazos. Yo respiraba agitada -Hey escucha, todo está bien... respira, tranquila- me calmó. -¿Cuál es el problema?- preguntó -los disparos, la gente...- intenté hablar con una respiración rapida aún.
-Todo está bien, ¿ves?- apuntó con su dedo a un montón de personas que estaban lejos disparando -están "practicando" su puntería- explicó -tú deberías hacer lo mismo. Ve con Norman, él te dirá que hacer- recomendó.
Tomó los leños y se fue sin mirarme, me quedé pensando en lo que acababa de ocurrir, después me tranquilicé y me dispuse a ir con los practicantes. (Imágen disponible al inicio del capítulo 10).
Conforme más me acercaba, las cosas tomaban sentido y los disparos se hacían más fuertes.
Distinguí a Norman de los demás, estaba al frente mirándolos, mientras Cooper los alentaba con palabras como "¡Vamos! ¡El mundo no se salvará solo!" O "¡Los cadáveres no esperarán a que les disparen! ¡No son botellas!".
La gente, alrededor de 10 personas, casi todas muy jóvenes o muy viejas, se encontraban incadas con rifles, pistolas, revólvers, etc. Disparando a un montón de botellas sobre troncos acomodadas en filas. Supuse que es para aprender muy bien. Y ¿Quién mejor que Cooper para enseñar a disparar? Él era del muro.
Los miré detenidamente, cuando alguien me interrupió -¿Quieres intentarlo?- era Norman. Mi cara demostró un leve "sí". Entonces me mostró un revólver muy pequeño, nunca había visto revólvers de ese tamaño. Norman notó mi curiosidad -es un revólver Ruger SP-101- especificó. (Imágen disponible al inicio del capítulo 10)
Mi cara mostró dudas -aprenderás de armas- dijo -sé sobre algunas- aclaré mostrando a Edna, la escopeta.
La gente disparaba sin presición, uno de diez personas con suerte le daba a la botella que tenía en frente. Los demás, no mucho. Desperdiciaban muchas balas, alguien tenía que enseñarles.
Puse el revólver frente a mí, apunté hacia la botella vacía de leche de vidrio a unos metros de mí, lo cargué, y respiré justo como Papá me enseñó.
Los disparos se fueron deteniendo y con elllos la gente. Todos miraban sorprendidos, bajaban sus armas y llamaban la atención de más personas. El silenció reinó. Contemplaban el vidrio roto que sólo necesitó una sola bala del revólver, el mío.
Así es, derribé la botella al primer intento y lo acepto, hasta yo estaba sorprendida. Norman me estaba mirando y pude notar cómo se le dibujaba una pequeña sonrisa de orgullo.
También, detrás de todas las personas, alejado de los demás, estaba Jody, el chico del tronco que me presentó Norman. Me miró fijamente por unos segundos, luego se dio cuenta de que sabía que me estaba mirando, así que desvió la mirada hacia otro lado, tomó su bate, probablemente habló con alguien y se fue.
La atención estaba directa en mí. Algunos niños me miraban desde lejos, le preguntaban a sus padres que qué fue lo que pasó. Luego me veían de vuelta pero ahora mostraban asombro.
Me quedé atónita, las personas caminaban vencidos a mis lados. Al final de todos ellos llegó Norman, y se paró frente a mí. -¿Qué acaba de pasar?- preguntó asombrado. -Te dije que tenía práctica- respondí astuta.
Me miró sin decir nada, con una media sonrisa. Después de unos segundos hice el mismo gesto y comenzamos a reir levemente, tal vez él se reía de lo engreída que debía ser en ese momento, pero lo era inconcientemente. Yo reía de la... "vergüenza" al mirarme de esa forma.
-Bueno, supongo que serás la "sensación" hoy en la noche- mencionó -¿Qué pasará hoy en la noche?- dudé -La Cena, por supuesto-. Norman no fue muy claro -cuando alguien importante llega a Lake Mile realizamos una cena en el comedor de la cabaña principal-.
-¿Yo... yo soy importante?- Después de lo que hiciste... Denise, los ojos estarán puestos en tí- especificó. Sonreí un poco.
-Sólo fue un tiro- dije mientras seguía sonriendo, estaba apenada. -No, Denise, fue más que un tiro-. -Supongo que tienes razón. Como sea, iré a mi cabaña- avisé -cierto, tendrás que vestirte para la ocasión de esta noche, para La Cena- sugirió el líder -tenemos cosas de que hablar-.
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MORDIDAS QUE CONVIERTEN
Ciencia FicciónEl planeta Tierra. El lugar que ha hecho que todos sepan lo que en verdad somos, lo que hemos hecho para sobrevivir y abastecer nuestras necesidades. Sabíamos que algún día llegaríamos lejos, que cometeríamos un error. Pero nadie hizo nada. Denise s...