CAPÍTULO 22: Tesoro

27 1 0
                                    

Iba subiendo la pequeña montaña llena de árboles en donde estaba la cabaña de Mitch.

Conforme los pinos empezaban a rodearme la espalda, mis sentimientos se apoderaban de mi mente.

"Vaya tiempo el que he pasado" iba pensando. Había perdido a toda mi familia, llegué a un campamento totalmente desconocido.

Me encontré con personas que aprecio, y ahora debo olvidarlas y volver para encontrar a mamá "Sí, vaya tiempo que he pasado".

Salí de esa racha de arbustos caminando un poco desorientada. A lo lejos pude ver la cabaña, con ladrillos y madera.

Estaba tan silenciosa que resultaba sospechoso. Saqué desde mi espalda a Edna, me sentía más segura con ella que con el revólver.

Llegué desde la parte de atrás, donde se me hizo algo extraño notar algo que cambió.

El lugar donde estaba la esposa de Mitch, convertida en cadáver y atada con cadenas, había sido reemplazado por un montón de sangre en el suelo y cadenas solas en el mismo.

"¿Qué fue lo que pasó? ¿Acaso se soltó sola?" No le di tanta importancia y rodeé la cabaña hasta la entrada.

Cerca de la puerta estaban nuestras cosas, todas ordenadas en las maletas. "Pero nosotros no las habíamos dejado ahí".

La puerta estaba abierta, así que entré cuidadosa y lentamente con la escopeta en alto.

Paso a paso, llegué a registrar todo el primer piso, no había nada.
De la misma forma lo hice con el segundo piso, y el mismo resultado.

No había nadie, ni rastro de Mamá, Mitch, nada.

"Algo anda mal". Quise entrar al garaje, donde estaban... mis hermanos.

Pero al tratar de girar el picaporte, todos los recuerdos de ese horrible día golpearon mi mente.

Así que no lo hice, ni por un segundo pienso entrar allí. No pienso revivir semejante momento, no podría.

Me apoyé en la mesa de la cocina, acto seguido me senté en la misma.

Comencé a llorar, no podía con tanto sufrimiento. "¿¡Dónde está Mamá!? ¿¡Cómo pude abandonarla!?" No dejaba de lamentarme.

Cuando pensé que no podía más, escuché una voz peculiar junto a mí. No pude evitar dar un saltito del susto.

-Denise... Denise... sabía que volverías- dijo este viejo que alguna vez había hablado conmigo. Estaba junto a Mitch.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Cooper se encontraba en la misma calle donde fuimos a la Expedición, guardando unas mangueras para fregaderos en cajas para subirlos en las camionetas.

-¿Cómo vas, Cooper?- llegó Norman, de igual manera empacando algunas provisiones.

-Bien, ya casi termino. Todo lo demás son cosas inservibles- repondió. Norman asintió -... ¿Y dónde está Denise?- dudó al notar mi ausencia.

-Oh, ella está... tomando algunas cosas de allá atrás- mintió para que Norman no supiese a dónde fui.

-¿En serio? Bueno, creo que está haciendo un buen trabajo ¿No crees? ¡Denise, ya casi tenemos que regresar Lake Mile!- avisó, pero nadie contestó.

-¿Denise?- siguió -¿Qué es lo que hace?- sospechó Norman. -No puede oirte, se fue hasta la bodega- siguió mintiendo.

-¿Una bodega en una ferretería tan pequeña?- cuestionó. Cooper no supo que decir.

MORDIDAS QUE CONVIERTENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora