MORDIDAS QUE CONVIERTEN

CAPÍTULO 8: Norman, el tipo que da órdenes

-¿A qué te refieres que algunas cosas tienen sentido?- insistí -¿Tú disparaste no?- preguntó. Miró mi cara de confusión y fue más claro -Mi compañero y yo ibamos en busca de provisiones, ya que estamos cortos de eso. Nos encontrábamos en medio de la carretera y de pronto escuché un disparo a distancia cerca de donde estabas, ¿A qué le disparaste? bueno, sé que es obvio pero ¿Qué no ves que el sonido los atrae?-.

Creía que era el olor el que los atraía -¿Sonido?- Sí, eso los atrae fácilmente, así que a la próxima ten cuidado -Creí que nuestro olor y sabor les llamaba la atención- dije -Así es, pero no puede atraerlos de una larga distancia, el sonido sí-.

Continuó hablando -se aprende muchas cosas cuando convives con Tim. El "ciéntifico" de este lugar- dijo bromeando un poco. ¿Lugar? ¿A que se refiere con lugar? ¿Un grupo? De todos modos no podía quedarme mucho tiempo ahí. Tenía que regresar por Mamá, quedó muy herida.

-Soy Norman, el "tipo que da órdenes" aquí. ¿Cuál es tu nombre?- no dije nada -Eres callada ¿Eh? Tendrás que cooperar y salir de ahí. No puedes quedarte todo el día en la cama. Aunque debe doler todavía ¿no?-.

-No me duele tanto- aclaré e hice un movimiento lento para levantarme de la cama pero comenzó a dolerme más. Hice una expresión leve de incomodidad y al parecer él lo notó.

-Sí, debes quedarte un tiem...- ¡No¡ No, estoy bien- insistí. Me dolía un poco pero debía salir de ahí. -Bien... sal, te presentaré el grupo. Estaba claro que me encontraba en un CAMPAMENTO.

Abrió la puerta. El sol me encandiló los ojos por un momento, hace tiempo que no lo sentía. Y luego lo ví. Era un terreno EXTENSO, aún más que la propidedad de Mitch. Tenía muchas cabañas y césped podado. (Imágen disponible al inicio del capítulo 8).

Exactamente al centro de ese lugar de situaba un lago mediano, no se veía profundo. TODO el lugar era rodeado por una alta y larga cerca de bambú. (Imágen disponible al inicio del capítulo 8)

La gente (no demasiada) caminaba tranquilamente, hacía sus deberes y no mostraba incomodidad hacia algunos "monstruos" que se pegaban a la cerca para tratar de entrar.

-Todo lo que ves a tu alrededor era, como lo suponemos, un campamento scout. Lo llamamos Lake Mile, el lago mide una milla de ancho así que...- decía mientras caminabamos entre las personas -¿Habían niños cuando llegaron?- No, estaban en sus casas cuando todo se vino abajo. Hubieron algunos jefes del campamento que estaban convertidos pero fue fácil eliminarlos-.

-Son fuertes- afirmé -tuvimos suerte- Hicieron todo esto solos- seguí diciendo -tuvimos ayuda-. -¿De quién?- De los militares... algunos pudieron salir de ahí y llegaron a las afueras de Richmond, justo donde estamos-.

-¿Salir de dónde?- dudé -¿En serio no te enteraste de nada?- sólo lo miré -Los grupos de las grandes ciudades, Washington, Los Ángeles, Atlanta... Virginia... no funcionaron. Había demasiada gente, y como era de esperar, hubieron muchos enfermos y... tú sabes... todo colapsó. Algunos militares pudieron salir, y ahora están con nosotros. Dicen que vendrán más fuerzas del ejército. Que acabarán con todos los infectados pero, estamos perdiendo la fe-.

Me quedé sin palabras, era mucha información que procesar. -¿Cómo te infectas?- pregunté -mordidas, amiga- Denise- respondí de una vez por todas.

-Denise...- pausó. Luego hablé-¿Por qué perdieron la fe?- Aunque no parezca ellos son letales, ni siquiera el ejército de los Estados Unidos pudo combatirlos. Eliminarlos a todos nos parece una idea muy lejana. Casi imposible- respondió.

-El líder original de este grupo, Marcus, fue en busca de más ayuda militar- ¿Más?- pregunté de nuevo. -Sólo tenemos a cuatro "soldados" aquí, médico uno de ellos-. Creo que "Paisley" no era militar, supongo que era una simple doctora.

-No ha vuelto. Así que me quedé yo a cargo. Bueno, basta de charlas tontas, te presentaré todo el grupo.-

-Hay 10 cabañas en este lugar, una es la oficina central de todo el lugar y es la más grande- explicó señalando la primera que le triplicaba el tamaño a las demás.

-Siete ya están ocupadas, y te tocó el día de suerte- dijo -dos personas por cabaña. Y tendrás una para tí sola-. Sonreí un poco. -pero el siguiente grupo de personas que llegue se quedarán contigo-.

Asentí. -Hablemos de seguridad, las cercas son barrotes hechos de bambú sintético. Parece débil pero soporta grandes grupos de "cadáveres"-.

-"Cadáveres" ¿Así los llaman?- pregunté -Así es, creo que es el término más adecuado ¿no?- Tiene sentido- afirmé. -Como sea, ¿alguna pregunta?- ofeció -¿En dónde se duchan?- dudé.

-¿Ves ese lugar?- dijo mientras señalaba un cuarto que estaba lo más lejos posible. -Ahí van todos, hay pequeñas habitaciones donde los niños se duchaban, con agua fría claro- aclaró. -Los baños están a un lado, las cabañas tienen inodoros propios pero algunos se averiaron, es mejor que esas pesonas los utilicen allá-.

-¿La comida...?- seguí -todos los días comemos junto a ese árbol frente al lago. Hacemos una fogata y comemos lo que los dueños dejaron. Cuando hay alguna cena importante a la cual celebrar, comemos en la cabaña más grande, en el comedor. Últimamente se ha estado agotando el alimento, encontramos un poco justo antes de encontrarte, pero es bueno no desperdiciarlo- dijo.

-Se ve que saben lo que hacen- dije -tuvimos suerte, Denise. Este lugar estaba creado para la supervivencia, pero no todos nosotros, así que hay que apoyarnos unos a otros. Recuerda quiénes son los verdaderos enemigos- dijo.

-Está bien, ve a ducharte y te presentaré a todos- dijo con una sonrisa. -Te veo luego- dijo -adiós-.

Caminó al lado contrario de mí, era muy alto, parecía que medía 1.90, sus ojos eran azul zafiro, vestía de negro, cabello castaño, corto y un poco ondulado. Parecía que era todo lo contrario a Anna, ella era, en cambio, más bajita, un poco más que yo y vestía colores alegres. Él lucía unos años mayor que Anna. A pesar que Norman era muy claro en lo que decía, era muy misterioso. ¿Ocultará algo?

Caminé hasta la última cabaña que no fue habitada, pero curiosamente estaba muy cerca a las demás, incluso a la "central". La puerta principal se encontraba justo en frente de mi cabaña pero a muchos metros de distancia. La puerta estaba abierta. Cuando entré, noté que era muy, pero muy pequeña. Creo que no importa, tengo un techo en donde dormir.

Se situaban dos literas, una en cada lado de la pared, al final del pequeñito corredor de medio metro, se encontraba la puerta del baño, entré y afortunadamente aún funcionaba.

Dejé mi chaqueta, algo de ropa y a "Edna" sobre la cama de la derecha. Había un ropero muy grande en donde encontré una toalla. Me dirigí hacia ese cuarto lejano, en donde tomé una cálida ducha, sí que la necesitaba.

Ojalá la hubiese disfrutado, pero me entraban horribles imágenes a la cabeza que me llenaban de culpa al haber dejado a Mamá con ese lunático y me refiero a Mitch.

Sentía un nudo en la garganta. Me dolía la cabeza, dejé caer mi cabello mojado en toda la cara, me senté sobre el suelo frío mientras lloraba. En verdad me sentía muy mal.

Estuve bajo el agua por cinco minutos mientras me golpeaban las gotas en la cara. Volví a la realidad una vez más, así que me preparé para salir. Tomé una toalla y me dispuse a vestirme.

Acababa se salir de las duchas, no debía usar nada pesado. Una simple camisa, zapatos pequeños, un short, pantalón... no lo sé. Pero ligera.

Entré a la cabaña, dejé todo ahí, excepto un cuchillo pequeño que llevaba conmigo, por precaución...

Mi respiración se agitó de nuevo y comencé a llorar. Era un llanto de arrepentimiento y de frustración. Podía saborear la amargura y se apoderó de mí la conciencia que se burlaba de mi dolor.

Me senté semi-inclinada en la orilla de la cama, me tocaba la frente con las dos manos, en señal de estrés y respiré profundamente, hice eso hasta quedarme dormida.

No lo sé, dormí como 30 minutos solamente cuando el llamado a la puerta me despertó. -Eh ¿Hola? Soy Norman ¿Recuerdas?- me decía -Claro, amm... ¡Ya voy!- respondí -Está bien, quiero que conozcas a todos- siguió.

Me limpié las lágrimas, me puse presentable y antes de abrir la puerta, dí un último respiro. Abrí la puerta.