Come as you are, as you were
As I want you to be
KURT
Los niños no detienen sus gritos por más de que el profesor Derecho, a quien ayudaré con ellos, se los suplique. Saltan y aplauden como si contaran con gusanos en sus pequeños traseros.
—Bueno. —Él coloca una mano en mi hombro—. Te los dejo. —Sonríe y sale por la puerta.
¿Qué? ¿Me deja? ¿Solo? ¡¿CON ELLOS?!
Me remango hasta los codos las mangas de la camisa blanca que decidí usar para lucir algo más formal, hasta uso una corbata y me peiné de forma elegante, aunque aún así algunos mechones caen por mi frente. Observo a los niños, desde que la puerta se cerró han quedado en silencio. Dan miedo, ternura y miedo.
—Hola. —Silencio—. Seré su profesor de guitarra y piano.
Un niño alza una mano y le concedo la palabra.
—¿Estás soltero? —Frunzo el ceño y observo cómo ríen algunas madres que acompañan a sus hijos. Una de ellas me sonríe.
Y luego me llaman hormonal a mí.
—Casado —miento y los ojos de algunas señoras se agrandan. El niño me sonríe y baja la mano—. Como primera clase, les enseñaré el grupo de las teclas do, re, mi, ¿de acuerdo? Es sencillo.
Los pequeños asienten, emocionados. Doy un aplauso y comienzo con mi explicación. Con esto tan sencillo luego serán capaces de aprenden algunas canciones, que es lo que se apresuran por conocer. Y, al contrario de lo que creí en un inicio, explicarles se me hace sencillo, algo incómodo por las madres, pero llevadero. Hay berrinches de parte de varios a quienes les cuesta saber algunas notas y debo de hallar la forma más creativa para ayudarlos, ya que si no les llama la atención no aprenderán.
Un niño requiere de mi ayuda con la localización de las teclas, voy junto a él, me coloco de cuclillas y le muestro cuáles pertenecen a las notas dadas, marcando cada una con separadores de colores.
—¿En serio estás solo?
Enarco una ceja hacia el niño.
—No lo estoy.
—Es que no me creo que estés casado. —Mueve sus pies con diversión y sonrío por sus palabras.
—Algunas cosas que jamás creímos que pasarían, solo... —Me encojo de hombros—, suceden.
Asiente con lentitud.
—Le diré eso a mamá cuando me vuelva a hacer en mis pantalones.
Aprieto los labios para reprimir la risa y asiento ante su sabiduría.
Solo les enseño unas tres horas, que son más que suficientes para ser mi primer día, por lo que jugamos un poco acerca de lo aprendido, es sencillo al tratarse de niños con cuatro a cinco años. Al culminar muchos se despiden con sonrisas muy tiernas, y no sé por qué creí que serían unos pequeños complicados, hasta que veo cómo uno llora por no querer irse y debo ir a persuadirlo para que se relaje un poco. Consigo que el llanto disminuya, prometiéndole que en la próxima clase le enseñaré una canción de cualquier dibujo animado que quiera.
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Oh well, whatever, nevermind [+18] [Español] (En Pausa)
Jugendliteratur«Oh bueno, lo que sea, no importa». Un cantante y una gótica sexy deciden entrar a un juego de seducción, sin compromisos, sin reglas, solo diversión, pero el trato se romperá cuando vean el dolor del otro. *** Kurt Evertson no tiene idea de lo que...