I try to laugh about it
Hiding the tears in my eyes
KURT
Los domingos por la tarde.
Tal vez debería salir, beber, divertirme a lo grande, pero este día es el único en el que siempre decido visitar a mamá, y suena algo lindo, claro que lo sería si no estuviese bajo tierra en un cementerio.
Las flores en un florero de cristal a un costado se encuentran marchitadas, me pongo de cuclillas y tomo el embase, voy hacia un grifo no tan lejano para cambiar el agua y al volver coloco las flores nuevas que he comprado. Sé que no las verá, que no las olerá, pero pienso en cómo trataba ella a mi abuela al ella morir, hacía lo mismo, lo veía como algo sagrado, así que no pienso romper eso.
Sí, visitábamos a la abuela de vez en cuando, eso al ella salir de sus recaídas, caía de rodillas frente a su tumba y lloraba por horas, y yo la observaba derrumbarse, maldecir y pedir perdón en susurros llenos de arrepentimiento, yo no lo comprendía, pero aún así pensé que jamás sentiría eso, pero hice lo mismo cuando ella se fue, repetí esa misma escena semana tras semana. Fui exactamente igual.
—No sé qué decir —digo y aprieto los labios.
Ha pasado más de un mes desde que vine a visitarla, lo hacía todos los domingos, sin falta, pero luego llegó la invitación al festival y, aunque suene egoísta, no tuve tiempo. O quizá solo no quería volver aquí.
Porque no me ve.
Y yo no puedo verla a ella.
Duele el hecho de que deba cruzar esas rejas para contemplar como idiota cómo el césped sigue cubriendo su tumba junto a las hojas que van cayendo de un árbol justo arriba de mí y cómo, de alguna forma, espero que todo esto no sea real.
Vuelvo a ponerme de cuclillas, con mis manos alcanzo la lápida y hago a un lado la suciedad creada por varias ramitas y hojitas a sus costados. Al culminar, me siento en el suelo, rendido, sin saber qué más hacer.
Atraigo mis piernas hasta que quedan un poco cerca de mi pecho y reposo mis codos sobre mis rodillas. Suspiro.
—Espero estés bien. —Río un poco, sacudiendo la cabeza por lo irónico que siento eso. Sonrío con falsedad—. Yo estoy como la mierda.
Río otro poco más antes de bajar la mirada y mover mis dedos al compás de alguna melodía que se presenta en mi mente.
—Se acerca el festival, del cual no te he hablado, pero no te enfades. —Sonrío un poco al recordar lo mucho que hemos estado ensayando.
Mamá no llegó a conocer a los chicos, pero les he hablado de ella en esas horas tardías de las noches en las que decidimos desahogarnos un poco y olvidarnos de todo, a veces en el interior de mi departamento o en la azotea del edificio junto a toda la pizza y bebidas que nos es posible. Reír con ellos de nuestras desgracias se siente refrescante.
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Oh well, whatever, nevermind [+18] [Español] (En Pausa)
Novela Juvenil«Oh bueno, lo que sea, no importa». Un cantante y una gótica sexy deciden entrar a un juego de seducción, sin compromisos, sin reglas, solo diversión, pero el trato se romperá cuando vean el dolor del otro. *** Kurt Evertson no tiene idea de lo que...