39. KURT & CORALINE

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The world was on fire and no one could save me but you

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The world was on fire and no one could save me but you

It's strange what desire will make foolish people do

I never dreamed that I'd love somebody like you

And I never dreamed that I'd lose somebody like you

Wicked Game – Chris Isaak

KURT

El reloj marca las cinco de la madrugada. Me encuentro boca arriba, de vez en cuando escucho cómo Cora murmura cosas entre sueños y sonrío por ello, pero vuelvo a mis pensamientos.

Omití ciertas cosas al contarle mi historia, no porque no confíe en ella, le hablé de lo más importante. Pero, a veces, hay escenas de tu vida que deben permanecer resguardadas únicamente para ti, en aquella cajita en una esquina de tu mente que pretendes nunca más volver a abrir. Claro que, por más esfuerzos que hagamos, esta llega a abrirse sola.

Al cerrar los ojos, entre la negrura proporcionada por mis parpados, diviso como si lo tuviera frente a mí, como si pasara de nuevo.

Veo cómo estoy sentado en la cama, unos años atrás, ya unas horas después de que mi padre firmara ciertos papeles con un semblante descompuesto al saber el motivo por el que su único hijo fue llevado de urgencia al hospital más cercano gracias al policía que lo perseguía.

Me meto tanto en el recuerdo, que es como revivirlo:

Solo miro a la nada, procesando que sigo vivo y que posiblemente me echarán de casa, pero todo divague es interrumpido al escuchar la puerta de la habitación abrirse y cerrarse con lentitud. Mi padre camina con los brazos en jarras y las manos en su espalda baja, el ceño fruncido y mirada perdida, hasta que la dirige a mí y paso saliva.

No le tengo miedo, pero la decepción en sus ojos, por más irónico que suene porque sé muy bien el desvergue en el que me metí, duele. ¿Y cómo no? Entre todas mis acciones desvergonzadas, solo existe un chico demacrado que necesita un abrazo y que le digan que su mami está por llegar.

Quiero llorar. Tengo tantas ganas de hacerlo, pero solo puedo apretar los dientes, esperando que el fuerte nudo desaparezca y que mis ojos no estén tan rojos como para delatarme, justo como aquellas veces en las que también me he reprimido.

—¿Ya estás mejor? —Su voz sale áspera, como si se contuviera. Solo asiento—. El oficial me habló sobre la multa que se debe pagar. —Realiza un gesto de desaprobación—. Claro que ya estoy en ello. —Se lleva una mano hasta la nuca, masajeando la zona—. Así como las deudas con el vendedor de esa... porquería.

Una corriente recorre mi espalda al saber que mi padre ya lo sabe todo con lujo de detalles, era de esperarse con los contactos que tiene.

—Lo siento... —Trago con dificultad, la garganta doliéndome—. Te repondré el dinero, lo juro.

Oh well, whatever, nevermind [+18] [Español] (En Pausa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora