Capítulo 9. Maratón 1/3

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Capítulo 9. Justo en el blanco.

Narra ____.
Llegué a mi casa después de comer con Carl y dar ese pequeño paseo de la casa de los McAll hacia mi casa. Tenía tantos sentimientos alterados, mucha emoción por dentro y miedo a la vez.
No conocía mucho a Carl, sin embargo, ya me gustaba. Y recién terminando con Eric. No quería que Carl me hiciera daño, no lo iba a permitir. También me sentía rara ya que no estaba acostumbrada a estar tan tranquila, porque este lugar era muy pacífico. Recordaba tanto el día de mi última fiesta de cumpleaños: la muerte de mi madre, la de mis amigos y familiares. Desde aquél día no volvía a sentir paz, sólo miedo. Tenía que liberar todos estos sentimientos de alguna u otra manera.
Preparé una pequeña mochila para ir fuera de Alexandría.
Como nos habían obligado a dejar nuestras armas al aceptarnos en este lugar, sólo teníamos de armas un cuchillos de cocina.
Abrí la puerta de mi habitación para que Mila, mi cachorra, saliera a andar por la casa y no se la pasara encerrada en mi cuarto
Le había estado enseñando a hacer sus necesidades en un periódico que mi padre había guardado mucho y leído unas 200 veces o más cuando se aburría. No creo que se enoje... digo, ahora sí hay mucho qué hacer, sobretodo porque volvía a ser policía y, de hecho, ya se sabía el periódico de memoria.
Bajé a la cocina, tomé un cuchillo pero lo pensé mejor... era muy poco higiénico matar a caminantes podridos con el cuchillo con el que se corta la comida que consumimos en casa.
En eso, por la ventana vi pasar a Enid y a Mikey, él iba hablando, contándole algo que a ella no le interesaba, seguramente. Se notaba, ya que el iba muy alegre haciendo ademanes y ella sólo suspiraba con cara seria y con brazos cruzados.
Salí rápidamente a hablar con ella.
-¡Enid!
Ella volteó a verme y caminé hacia ella, Mikey se había callado y puesto atención en mí.
-Necesito que me ayudes -le dije.
-No encuentro porqué hacerlo.
-Pues, al menos que quieras que diga sobre... -empecé a decir lentamente pero me tomó el brazo y me alejó un poco de Mikey.
-¿Qué necesitas? -me preguntó.
-Salir de aquí. Préstame una pistola con dos cargadores, y estoy segura que también tienes puñales o algo filoso que no sea un cuchillo de cocina, ¿cierto?
-¿Para qué quieres salir?
-A ver, ¿qué parte de "al menos que quieras que diga sobre... Eso" no entendiste? -pregunté en voz alta y me calló.
-Está bien, ven conmigo -se giró a ver a Mikey-. Iré a ayudar a ___ con algo.
-¿A qué? -preguntó Mikey.
-Cosas de chicas -respondió.
-Tú no haces esas cosas.
-Siempre hay una primera vez -la salvé.
Enid me miró y suspiró, como fastidiada. O realmente no lo sabía, ella siempre tenía esa cara.
Llegamos a su casa, entramos a su habitación y se hincó en el suelo para luego quitar una tabla del mismo. Bajo esa tabla, alcancé a ver como cuatro pistolas, dos navajas y varios cargadores.
Sacó una pistola con silenciador, un cargador y una navaja. Puso la tabla en su lugar y se paró.
Me dio las armas.
-Perfecto -dije cargando la pistola.
-Que nadie averigüe esto, si se enteran de que te di yo las armas, te hundes conmigo.
-No te preocupes, Enid. No sólo sé cuidarme de los caminantes -guiñé el ojo y ella los giró -estaba a punto de salir de su habitación.
-Si no vuelves, ya sabré que hacer.
-¿Avisarle a alguien para que me vaya a buscar o buscarme tú misma?
-No decirle a nadie y dejarte morir, claro -rió.
-Ja, ja... que gracioso... -pero la verdad sí era gracioso y se me salió una risilla.

Salí de su casa.
Esa era yo, cuando quiero conseguir algo.

***
Vi a un caminante solo. Un poco alejado, intenté silbar pero no pude. Nunca puedo, no sé no para qué lo volví a intentar. Pero con el ruido del aire saliendo por mis labios fue suficiente para que volteara.
Le apunté y me concentré. Lo miré fijamente justo por encima del arma y justo al suspirar, jalé el gatillo.
Justo en el blanco.
Me acerqué a él, coloqué mi mochila en el suelo y saqué unos guantes de látex, me los puse y empecé a abrir su estómago.
Yo sabía que era algo totalmente extraño y loco, pero era como un pasatiempo y a la vez, me desquitaba. Y también me encantaba investigar cosas, así que abría su estomago para adivinar qué había comido, era algo que me enseñó Charlie, el tipo de nuestro otro campamento.
Con la navaja, le saqué la carne que tenía dentro del estómago, era algo asqueroso. La inspeccioné un momento.
-Podría ser de un humano. Eso significa... -me quedé callada porque escuché un ruido "crack".
No me moví, ni respiré por unos segundos hasta que no volví a oír nada.
Empecé a rajar profundamente el caminante con la navaja. Así era como yo me desquitaba. Porque uno de ellos había matado a mi madre, ahora yo los mato a cada uno de ellos. Los odio. No sólo había matado a mi madre, amigos y familia... sino que había matado mi inocencia. Mi infancia y mi alegría.
Luego recordé a Eric y le arranqué los dientes al caminante y le metí en la boca un puño de tierra.
Sólo salí de Alexandria a hacer esto, una vez terminando, me quité los guantes con cuidado de no mancharme. Con mi pie, le eché tierra encima de las rajadas en el estómago y torso. Si alguien lo veía pensaría que lo destriparon cuando aún estaba vivo.
Una vez preparada, me eché a correr porque escuché otro ruido. Llegué al muro por el que salí escalando. El muro por el que gracias a Enid, yo también puedo entrar y salir de Alexandría a la hora que yo quiera.
Miré que no hubiera nadie y lo crucé. Me fui directo a mi casa a lavarme los brazos.
Miré a Mila y estaba sentada en el suelo mirándome con una carita taaaaaan tierna que la cargué y la acaricié.
-Owww, ¿quién es tan tierna? Tú, bebé. Tú-
-Oye, ¿a dónde fuiste? -obviamente Mila no iba a hablar. Volteé y era Eric.
-Qué te importa.
-Tus botas están llenas de lodo, ¿saliste? ¿Le avisaste a Richard?
-No salí, el pasto de afuera está húmedo, por lo tanto la tierra esta hecha lodo. Tú sabes, las naturaleza y sus misterios de la v...
-___ -me interrumpió-. Sólo me preocupo por ti.
-No creo, sólo te importas tú.
-Mira, sólo... seamos amigos. ¿Sí? Dame por lo menos esa oportunidad.
Más vale que no pensara que ya siendo amigos después podríamos llegar a ser más que eso...
-Lo pensaré -puse a Mila en el suelo.
-Sé que Carl te atrae. No te digo que sepa que por eso me hayas terminado, te lo digo como amigo.
-Yo te digo que no somos amigos, te dije que lo pensaré. Y Carl no me atrae -respondí seca. Y mentía, Carl me atraía pero... Sólo eso.
-Bien, sólo quiero que sepas que respetaré tu decisión.
-De acuerdo -dije.
Le di croquetas a Mila y subí a mi habitación a leer el libro "El caballero de la armadura oxidada", por cuarta vez.

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Maratón 1/3
Las quierooo<3
Espero estén disfrutándolo.
Gabrilita.

Let's be strong (Carl Grimes) 1 y 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora