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En la hora del entrenamiento, los Alfas entre quince y diecinueve años debían estar allí formados para seguir las instrucciones del hombre frente a ellos

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En la hora del entrenamiento, los Alfas entre quince y diecinueve años debían estar allí formados para seguir las instrucciones del hombre frente a ellos. YoonGi se encontraba algo ido, desde hacía días no podía conciliar el sueño, junto a NamJoon y Hoseok se estaban tratando de buscar respuestas, aquellas que MinHee tanto le había rogado hallar. Por ella, y por sus amigos que ya no veía, estaba arriesgando todo lo posible para poder salir de esa gran Academia e ir al mundo exterior. Pero siendo honesto, no sabía qué es lo que le depararía afuera, si es que alguien creería en sus palabras, por más que tuviera dinero y una familia prestigiosa... eso no le aseguraba la seguridad que deseaba después de años siendo encarcelado.

Su respiración era acelerada mientras corría, el Instructor Jung anteriormente sonó su silbato de caza, anunciando que el entrenamiento comenzaba. Debían utilizar todo de ellos para al menos ganar la primera prueba, consistía en atrapar a la presa, que en este caso era una máquina programada para huir de ellos y sus feromonas con instinto de caza, la piel de YoonGu se rasgaba por las ramas de los árboles interponiéndose en su camino, sangre salía de sus brazos descubiertos. No le importó haberse lastimado, sólo siguió corriendo con sus colmillos pronunciados mientras sus ojos se fundían en un fuerte rojo sangre, deseaba atrapar a esa máquina, destrozarla con sus garras y destruirla de una vez por todas para culminar con ese maldito entrenamiento.

En medio de su salvaje momento de descontrol y locura, fue derrumbado al suelo por otro cuerpo más grande, lo inmovilizaron boca abajo. Gruñó, tratando de liberarse.

—Tranquilo, Min. Desde lejos se huele tu enojo. —NamJoon estaba sobre él, parecía más tranquilo que el resto, a diferencia de los otros Alfas el Kim no tenía un deseo asesino— Sé que estás cansado, y que la locura se apodera de tu mente, yo también lo pasé. Pero lo mejor es tener la cabeza fría, si caemos ante ello será más difícil completar el plan. Vamos, respira y exhala. 

Hizo lo que pidió, fue tomando aire y expulsando, así lentamente sus ojos comenzaron a tomar el mismo

color de siempre y sus colmillos desaparecieron junto a sus garras que picaban por clavarse en alguien. Cuando su respiración ya estaba igualada, NamJoon se salió de sobre él, dejándolo levantarse del césped. Miró los cortes de sus brazos, ya comenzaban a cicatrizar en segundos.

—No sé qué hacer, Joon. —admitió, en su mirada se notaba la falta de cordura— Cada vez que cierro los ojos lo veo a él...

—¿A quién?

—A JiMin. —dijo. Con lástima el moreno desvió su mirada, posiblemente su amigo esté pasando por un shock del traumatismo y esté imaginando cosas donde ya no las hay— Él me odia, me echa la culpa de lo sucedido, por ser un cobarde y no ir a buscarlo. Por no poder proteger a su hermana, y no poder huir de aquí con todos ustedes. 

—YoonGi —su mano se colocó sobre el hombro del contrario y lo observó fijamente desde arriba—, no es tu culpa, nadie tiene la culpa de lo sucedido. Si JiMin se fue es porque él quiso, y si se quedó, es porque tal vez era más especial de lo que nosotros hubiéramos imaginado. Nos iremos de aquí una vez que obtengamos las pruebas necesarias contra la Academia, al hacerlo, seremos libres. Mientras tanto hay que estar cuerdos.

—Pero MinHee...

—Tú más que nadie sabe que la quiero mucho, pero no hay que involucrarla, ni a ella ni a nadie más. Al hacerlo la estamos envolviendo en más peligro. Los Omegas deben estar en su área, no deben salir porque ante el menor descuido serán presa de algún Alfa fuera de control. 

Tenía razón, solo que YoonGi estaba cegado por el miedo y la inseguridad. ¿Cuándo acabaría todo ese tormento?

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La tensión entre el trío de Omegas seguía, sus mentes se encontraban confundidas, ninguna sabía cómo actuar, el cansancio las mentania molestas, necesitaban irse de allí lo antes posible. Pero el miedo las consumía y las llevaba a pelear entre ellas ante la furia, la pelinegra estaba molesta con quien consideraba desde pequeña su mejor amiga, para ella MinHee era una desalmada que solo se preocupaba enfermizamente de su hermano gemelo. Había mucha gente involucrada, Betas desaparecieron sin dejar rastros y Alfas fue llevada a un extraño lugar para experimentar con ellos. 

Era demasiado para solo unas simples adolescentes.

En sus clases de ética ninguna decía nada, sus compañeros a su alrededor seguía con normalidad, como si nada pasara. Bueno, ellos no sabían la verdad, no tenían constancia de todas las cosas que sucedían frente a sus ojos, las únicas preocupaciones en su vida era encontrar un buen Alfa de prestigio que los cuide y les de hijos, si tenían suerte, serían parte aún de la Élite como personas adineradas que manejaban el mundo.

¿Sólo de eso se trataba la vida? ¿Dinero y egocentrismo? 

Yin Xan estaba cansada de ver a los Omegas a su alrededor simplemente hablar sobre cómo querían que sean sus futuros hijos, la cantidad de joyas que usarían al graduarse o cómo serían sus vestidos-trajes de boda. La vanidad que manejaban llegaba a cansarla.

—Te ves molesta —una mano tocó su hombro, giró, encontrándose con uno de los Omegas masculinos de su sección: ShinWa— ¿Todo bien? 

—Sí. —aunque no era cierto, y él lo supo— Bueno, en realidad, tal vez no tanto...

—¿Quieres contarme?—se sentaron en las sillas de un pupitre deshabitado.

Contarle sus problemas a otra persona no sería tan buena idea, no quería involucrar a más gente inocente en ello. Observó al chico fijamente, parecía ser confiable, todos amaban a ShinWa, siempre fue lindo y amable. 

—No sé si deba...

—¿Por qué?

—Tengo miedo de lo que puede llegar a pasar. No me gustaría saber que más estudiantes resultan lastimados. No lo soportaría.

—Que lindo que pienses así, pero te aseguro que no soy del tipo que se mete en problemas. Sé dónde detenerme y fingir demencia.

—Entonces, ¿Puedo hablarlo? —se preguntó a sí misma— Yo... te contaré algo, pero no quiero que salga de aquí...

—Está bien, soy todo oídos.—sonrió. 

 

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acendrado  ➵ ʙᴛs;; omegaverse [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora