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UNA SEMANA DESPUÉS 

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UNA SEMANA DESPUÉS 

En la vida de todos los Lobos siempre llega esa dolorosa etapa que indica tu madurez. El periodo de fertilidad donde son amparados junto a su pareja. 

MinHee siempre escuchó a sus profesores hablar sobre ello y lo malo que era tener relaciones sexuales en el periodo de Celo, pues siempre se corre el riesgo de ser anudado y ser –en simples palabras– preñado. Y aunque ella vio a muchos a su alrededor empezar la etapa, nunca le había llegado su momento. Incluso su hermano gemelo había atravesado el Celo antes que ella.

Al consultarlo con sus amigas, ellas le dijeron que era normal, no a todos les llega a la misma edad. Pero al decírselo a un médico, le pidió hacerse estudios, hasta el momento jamás recibió los resultados. 

Esa noche de incomodidad el sudor en todo su cuerpo le había hecho despertar abruptamente, trago saliva, algo andaba mal. Quitó las colchas que cubrían su cuerpo, entonces, pudo notar lo transpirada que estaba, y cómo sus bragas habían sido mojadas. Entendió que, después de tanto tiempo viendo a los demás madurar, ya había llegado su tiempo. Pero, no ahora. No podía ser ahora. No cuando afuera hay un desastre tan grande que le imposibilita estar tranquila, ¿El estrés hizo que llegara antes? ¿O fue su genética? Cualquiera que sea, empezaba a odiarlo.

Porque necesita un Alfa. A diferente de SoYoung, ella no tiene de nadie. 

—¿MinHee? —la aludida abrió sus ojos con cansancio y giró la cabeza desde su cama, olfateo el aire, con sorpresa tapó su nariz— No puede ser...

—Creo que yo...

—Estás en tu celo. —la voz de la pelinegra resonó en el cuarto, se levantó de la cama y caminó hacia su otra amiga, por más que ellas hayan tenido una pelea, se comportaba con naturalidad en esos momentos — Hay que irnos o sus feromonas nos infectaran, oleremos a ella.

—¿Pero quien la atenderá? La medicación no es suficiente a este punto.

Se habían comenzado a preocupar, la única de ellas que pasó su celo con alguien fue SoYoung, pues en algún momento tuvo pareja y lo pasó con ella. Ahora, sólo usaba por cuidado supresores y pastillas de feromonas para calmarse, sabía lo duro que era atravesarlo sola. Sentía lástima por su amiga, quería ayudarla. ¿Pero cómo? Estaban en un momento difícil de sus vidas, en lo último que querían preocuparse es tener sexo. 

—Algún Alfa debe venir. —susurró Yi Xan— Llamemos a uno.

—¡¿Estás loca?! —gritó en susurros, exaltada. Agradece que la rubia está retorciéndose sobre su cama, de lo contrario al escucharlas no dudaría en morderlas con enfado— Sé que estás enojada con ella, ¿Pero llegar a ese punto? No sabemos qué haría un Alfa, podría morderla o matarla. 

—Pero no cualquier Alfa, tonta. —sus ojos recorrieron a la Park— Debe ser alguien quien ella quiera.

SoYoung comprendió, tras sacar un suspiro de sus labios se fijó la hora en la pared: Cinco de la madrugada. Tendrían tiempo para infiltrarlo en sus aposentos, decir que la chica se encontraba enferma y dejarlo hasta tarde juntos. Si es que Min YoonGi aceptaba ser el primer Alfa en pasar un Celo con la femenina.

Asintió hacia su amiga, ambas tomaron sus zapatos y una chamarra para salir por el balcón, tal como hicieron otras veces. Cuando ingresaron a su habitación, creyeron que ya sería fácil, pero se equivocaron. Porque cuando tocaron el brazo del chico, algo en él se activó para atacarlas, sus garras feroces intentaron clavarse en el cuello de Yi Xan, si no fuera por MinHo, este no se detendría de su cometido principal. Cargaba con una respiración agitada y frente sudorosa. Daba terror.

—YoonGi, son Omegas. —dijo abrumado, cubriendo con su cuerpo a ambas chicas— Tranquilo, todo esta bien. 

Le costaba respirar, levantó la vista y vio a su amigo.

—¿Qué hacen Omegas aquí?

—Vinimos porque te necesitamos, Min. —la castaña salió de atrás de la espalda del Alfa y se presentó frente al más palido— Debes venir con nosotras.

—¿Qué les hace pensar que iré? Les deje bien en claro que me dejen a mi con todo, ustedes solo quédense en su área.—molesto se levantó del suelo para sentarse en la punta de la cama, tiró de su cabello estresado, el insomnio que tenía no le dejaba llevar un buen humor.

—Pero es importante.

—¡Dije que no! —había usado la voz de mando, provocando que ambas bajaran su vista con terror. La culpa lo invadió al instante— Oigan, entiendan que solo quiero dejarlas a salvo...

—Es sobre MinHee, ella te necesita.—su corazón palpito, y preocupado las observó atentamente— Entró en Celo, y no tiene pareja.

—Oh, mierda. —lo único que faltaba para arruinarlo todo, que MinHee entrará en la peor etapa de un Lobo— Entonces...

—Sí, queremos que vayas tú. Eres el único que, bueno, ella aceptaría.

Para los Omegas, específicamente adolescentes, tener el Celo es como un infierno, todos tienen los ojos sobre ti, tu olor les atrae como nada antes. Es un peligro para la humanidad que un Omega salga a la calle siendo tan deseado, todos matarían por él. Y YoonGi lo sabía, por eso sentía dentro suyo la responsabilidad de cuidarla, tenía en claro que si JiMin estuviera lo mataría por tocar a su gemela. Pero la situación lo ameritaba. Así que fue, tomó algunas de sus cosas y partió hacia la residencia.

Su garganta se había secado cuando entró a la habitación y el fuerte aroma a lavanda, mezclado con su excitación lo chocó. Cubrió su nariz con nervios, algo en sus pantalones comenzaba a crecer solo por imaginarla abajo de esas colchas, podía verla revolverse entre sollozos mientras su lobo gruñía por algo de contacto, rogando por un Alfa en la cama. 

—Suerte.

—¡Esperen!

Ambas amigas le cerraron la puerta, dejándolo adentro sin saber cómo actuar. 

También tuvo su Celo hace años, lo pasó con Omegas mayores que tenían experiencia. Creía que ahora esa experiencia que ganó podría ser de ayuda para MinHee, avanzó, tratando de tranquilizarse a sí mismo. Esto no se trataba de él y sus ganas de probarla desde hace tiempo, sino de ella. 

—Mmñ —gimoteo, quitándose las sábanas.

La vio, con sus mejillas rosas, respiración entrecortada y delicioso olor a fluido corporal. No se resistió, se quitó los zapatos y subió a la cama matrimonial, de rodillas avanzó hacia ella. Rápidamente la femenina susurró su nombre con deseo para luego pasar el camisón de tirantes por arriba, quitándoselo. Toda la piel le ardía con desespero, la necesidad de alguien a su lado iba matándola lentamente, tal vez no estaba consciente. El Min se detuvo al ver su cuerpo desnudo, no había ropa interior, estaba expuesta frente a él como con ningún otro.

—MinHee, vine a ayudarte...

—Ayúdame. —lo tomó por los hombros, empujándolo en su dirección para abrazarlo, sintió el contacto de su camisa con sus erectos y sensibles pezones— Ah —gimió, entrelazando sus piernas en la cintura del Alfa— tócame.

—¿Estás de acuerdo con todo lo que haga?

—Sólo haz que deje de doler. —sollozo, aferrándose a su cuerpo.

 —sollozo, aferrándose a su cuerpo

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acendrado  ➵ ʙᴛs;; omegaverse [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora