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Su cuerpo semi desnudo estaba sobre una camilla, cables eran conectados en cada parte de su cuerpo mientras extrañas máquinas registraban cada uno de sus latidos y procesaban lo que pasaba con cada extremidad de su cuerpo, cubrió su boca espantada...

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Su cuerpo semi desnudo estaba sobre una camilla, cables eran conectados en cada parte de su cuerpo mientras extrañas máquinas registraban cada uno de sus latidos y procesaban lo que pasaba con cada extremidad de su cuerpo, cubrió su boca espantada, ¿Qué le estaban haciendo? Pegó sus manos al vidrio que los alejaba, la idea de que a todos les hacían lo mismo la espanto, ¿Cuál era la razón? Eran sólo jóvenes que intentaban avanzar en la vida, no deseaban ser aprisionados como conejillos de India por gente como ellos.

Giró, tomando por sorpresa a sus amigos y siguió su camino observando el resto de las habitaciones, uno tras otro, eran tantos que la asustaba. Alfas de todas las edades que pertenecían a la Escuela estaban allí, todos a los que habían dado por desaparecidos o ingresados a control por su mala conducta ante el celo, eran estudiados. Sus análisis se encontraban en un papel al costado de la pared con el número de paciente y división. Volvio a correr hacia Jungkook, con el corazón latiendo a mil por hora lleno de miedo, terror por la verdad. Observó el papel que colgaba a un costado y leyó su contenido en voz alta para sus compañeros.

—Alumno Alfa 204, masculino, estado de coma programado —trago saliva, deseaba sacarlo de allí lo antes posible—. El alumno ha presentado gran resistencia a la dosis dada...

—¿Dosis? —repitio el moreno a su lado— ¿De que dosis habla?

—¿Y si es eso lo que estuvieron haciendo? —SoYoung observó a sus amigos con sus ojos llenos de terror—. Todos sabemos que algo aquí no es normal, estan haciendo experimentos.

—Sigue leyendo. —ordenó Hoseok, su voz apagada y mirada perdida en su amigo era evidencia de como sufría a cada segundo de no poder hacer nada por ayudar a los jóvenes ingresados allí.

—... su transformación es grande, las marcas en su cuerpo sanan a gran velocidad, el aroma de Omega lo mantiene quieto y no presenta alteraciones en su ADN. Jeon Jungkook es positivo a la dosis tres, se permite su procesamiento.

—Habla de una dosis tres y alteraciones genéticas, heridas y comportamientos. —murmuró NamJoon, con la mirada fija siguió caminando a otra habitación, leyó el papel de la pared— Alumno Alfa 200, femenino, estado de pausa involuntario. La alumna presenta poca resistencia a la dosis tres y cuatro, ha intentado huir de su habitación, sus colmillos crecen y su estado primitivo aparece ante el más mínimo olor a Omega, reacciona a fragancias suaves como la miel o vainilla. No se recomienda la permanencia tardía por más de dos horas al lado de ella. Choi SuHyun da negativo a la resolución de las dosis dadas, deberá ser quitada en lo más breve posible.

—Ella será devuelta. —Yi Xan observó a la chica conectada a las maquinas, parecía sufrir— ¿Recordara todo lo que sucedió?

—Lo más seguro es que no. —negó la rubia— Nadie lo hará, por eso han logrado salirse con la suya.

Mientras ellos hablaban, Hoseok en completo silencio siguió su camino por cada habitación. Eran al menos diez de cada lado, giro en otro pasillo, sentía que era similar a un hospital, tan grande y fúnebre que lo intimidaba con solo sentir el aroma del ambiente. Tocó las paredes, leyendo cada papel que colgaba de estas, recordando cada nombre. Esa era la planta dos, significaba que habían más arriba y que posiblemente haya más personas encerradas que sufrían e Inspectores que duerman o vigilan el área.

Pero entre la oscuridad el joven se permitió subir las escaleras, sus ojos cambiaron de color a un fuerte rojo, su pecho se acelerabs al buscar en esta planta a sus amigos, pero por más que diera vuelta a cada pasillo parecía imposible pues no los encontraba, ya desesperado comenzó a correr planta arriba por las escaleras hasta la cuarta y así sucesivamente hasta la sexta. El aire chocaba contra su piel expuesta, suspiró al caminar con más lentitud, debían estar allí.

Miró lleno de angustia las pocas habitaciones iluminadas por la energía de las máquinas.

—Min YoonGi —pronunció angustiado al ver a su mejor amigo en esa posición, incluso más conectado que los Alfas de los pisos anteriores, habia un extraño casco en su cabeza—. Alumno 45, masculino, sedado ante agresiones a doctores, el alumno aún no ha recibido la segunda dosis, sus venas se marcan por su pálida piel, sus heridas son notorias, muerde a todos aquel que lo toque. Min YoonGi presenta un estado de agresividad por lo tanto no será permitido despertar hasta estar ido.

Quiso golpear el vidrio.

—Te sacare de allí lo antes posible. —susurró— Lo prometo.

Camino a la habitación continúa, y esta vez se llevó la sorpresa con ver a Kim TaeHyung, sus latidos eran tan acelerados que no le pareció normal, un extraño líquido verde era llevado por un tubo hasta introducirse por su muñeca, subió la vista al papel y leyó rápidamente.

—Alumno 44, Alfa masculino, nacido en la escuela, la segunda dosis ingresa en su cuerpo con lentitud, no presenta síntomas. Kim TaeHyung duerme, se muestra resistente a la dosis y no intenta nada.

Miraba con total atención la forma en que TaeHyung respiraba, parecía cansado, consiente de lo que sucedía a su alrededor. Su pecho latio con acelero mientras una idea pasó por su mente, ¿Y si él de verdad estaba consiente? Quiso gritar con fuerza su nombre pero corría el riesgo de despertar los instintos de algún Instructor, así que reteniendo su propia necesidad tocó el vidrio transparente y lo golpeo sin hacer demasiado ruido u escándalo, su respiración generaba humedad en la pared translúcida que le impedía estar cerca de su amigo. Fueron dos veces más hasta que presenció otra reacción, la cabeza del Kim comenzó a moverse de lado a lado en modo de negacion.

—Aqui estoy. —le dijo, inquieto— TaeHyung, despierta...—siguió golpeando.

Pero aquellas reacciones del cuerpo del pelinegro no eran normales, sus dedos tronaron ante el más mínimo movimiento, retrocedío cuando sus ojos se abrieron y un fuerte pitido resonó por todo el piso. Algo andaba mal, una fuerte alarma sonó, TaeHyung se había podido liberar de los cables que lo ataban a pruebas en contra de su voluntad pero la expresión que había en su rostro no era nada normal, parecía desesperado, ansioso por algo o alguien, marcas comenzaban a mostrase en su cuello, venas sobresaliendo.

Volvio a retroceder cuando el Kim fijo sus ojos rojos en él.

Entendió que era su hora de correr, de TaeHyung y de los Instructores que despertaban.

Entendió que era su hora de correr, de TaeHyung y de los Instructores que despertaban

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acendrado  ➵ ʙᴛs;; omegaverse [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora