acendrado ➵ ʙᴛs;; omegaverse [✔]

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―¡Todos en fila!

El Instructor con una aura imponente hizo a los Alfas temblar en sus lugares, los ciento cincuenta que estaban en filas de diez conservaron una postura recta, con la vista fija en el frente. Tener a aquellos supervisores enojados no era algo bueno, y TaeHyung lo sabía, sus manos temblaban del miedo, un miedo que no debía permitirse tener

―Fuimos informados de unas recientes llegadas externas a nuestra Área, ¿Alguien, quien sea tan amable, nos diría quien entró? ―sarcasticamente observó a los Alfas de entre quince y diecinueve años― ¡Hablen! —rugio, mostrando sus ojos en rojo― ¡¿Acaso no saben las reglas?! ¡Quien sea que haya permitido la llegada de un Omega será severamente castigado!

Taehyung observó por el rabillo del ojo a YoonGi a su lado, el pálido comenzó a sudar de los nervios. Kim paso su vista a su izquierda, donde Jungkook se mantenía firme, sin preocupaciónes. Pero él ya no aguantaba la presión, en algún momento se iba a saber lo que hicieron, aquellas salidas para ver a sus amigos Omegas y Betas eran completamente clandestinas. Y mucho más haber llevado a Omegas a sus dormitorios en días de celo. Estaban a punto de ser castigados por una equivocación.

―¿Así que se quedarán callados? ―el Instructor sonrió―. De acuerdo, tomaré la lista con nombres y comenzaré a decirlos uno por uno. Los que diga, aquellos que escuchen su nombre, sólo ellos... recibirán un castigo en el edificio del Distrito E ―dijo, tomando la lista. Los Alfas se estremecieron― Min YoonGi.― y antes de poder pensarlo, el pálido fue tomado por dos manos externas, unas esposas fueron puestas en sus manos, dejandolo de alguna manera sin fuerza. TaeHyung no parpadeo, sabiendo lo que iba a suceder― Jeon Jungkook. ―y la escena se repitió―... Kim Taehyung.

El pelinegro creyó saber todo en cuanto a su propia escuela se trataba, después de todo el nació allí mismo. Pero cuando observo los ojos de las personas que lo tenían amarrado, supo que en realidad los lobos saben disfrazar sus verdaderas intenciones muy bien, tanto, que vivió su vida en una mentira perfecta.

( ... )

Un bostezo lleno de cansancio salió de los labios de la rubia mientras observaba al frente, el pizarrón era escrito por la profesora de Filosofía, la Omega sentía cada vez más sus ojos cerrarse. No durmió en toda la noche por pensar en sus interminables hipótesis, incluso había deseado llamar a sus padres, pero sabía que era imposible, el único metodo que tenía de saber sobre sus vidas era por las cartas semanales que estos les enviaban a ella y JiMin para contarles sobre sus días.

Se había enterado que tenía una hermana menor, y que está se parecía mucho a ellos. La había hecho feliz, pero también la llenó de tristeza, sabía que no podría verla ni conocerla en muchos años, porque cuando ella salga de ahí, su hermana menor SoHye entraría a Acendrado para cumplir la tradición.

Bajó su vista a las hojas a medio escribir que tenía, y lamento estar tan distraída. En otra ocasión seguramente seria la primera en entregar la tarea. Suspiró, pasando sus manos por el rostro cansado. Entonces, cuando estuvo a punto de volver la vista a la pizarra, golpes suaves en la puerta del salon la hicieron quedar estática. Un mal presentimiento paso por su cuerpo, volteo sus ojos a Yi Xan y SoYoung, ambas en la misma posición que ella.

Vio como la profesora abría la puerta, dejando entrar al Instructor Alfa, con una gran presencia intimidante. Tragó saliva, nerviosa.

―Buenos días, profesora Ximen. ―su voz ronca resonó en los oídos de los asustadizos alumnos― He venido aquí por una razón muy importante ―MinHee apretó el volado de su falda abajo de la mesa―, la dirección se ha enterado de algunos incumplimientos con las reglas de Acendrado, y como parte del Comité principal, yo mismo he estado yendo a las Áreas de cada división. Quisiera recalcar que cualquier incumplimiento es severamente castigado, así que no me gustaría ver a nuestros adorables Omegas en una posición así.

―Ellos son incapaz de romper una regla, Señor Jung. ―dijo la mestra― Los adoctrinamos bien, ¿Duda de nuestras capacidades? Cada Omega de este enorme edificio es llenado de conciencias sobre las reglas. Son lobos educados y con una clase superior a esos Alfas sucios que usted educa a base de insultos y fuerza bruta. ―escupió la profesora Shim, dejando impresionados a sus cuarenta estudiantes presentes― así que con todo el respeto, Señor Jung. Me gustaría que dejara de tratar de asustar a mis alumnos. Sé de lo que son capaces, y ellos, jamás se los jamases harían algo para ensuciar el nombre de nuestra Área llena de conocimientos y delicadeza.

El instructor principal sonrió amargamente hacia la bonita profesora, entonces observó al frente a los Omegas en silencio, y volvió su vista a ella. Negando con diversión.

―No dudo de su manera de educar a nuestros futuros líderes mundiales, profesora Ximen. Pero me gustaría dejarles en claro que Acendrado no tolera equivocaciones.

MinHee quiso besarle los tacones a su maestra, en verdad habia dejado sin palabras al Alfa gruñón.

―¿Dirá algo más? ―cruzó sus brazos―. Porque tengo una larga clase sobre análisis que dar, y su llegada nada oportuna me está interrumpiendo. Tengo entendido que hay unas cuantas clases más en este edificio. Se le hara tarde.

―Sí, claro. ―se dio la vuelta, saliendo nuevamente― Que tenga un buen día.

―Igualmente. ―y cerró la puerta sin esperar más. Cuando ya no hubo rastro de él, la castaña suspiró quitándose sus lentes, observó a la clase y sonrió― Creanme, estuve en sus zapatos chicos, sé lo mierda que es esta escuela. ―los ojos de los jóvenes se abrieron con sorpresa.

―¿Fue alumna, maestra Shim? ―pregunto Yi Xan.

―Claro que lo fui, hace muchos años atrás. ―rió, sentándose sobre la mesa de su escritorio― El señor Jung era más joven, y él aún seguía siendo parte del Comité como uno de los miembros más jóvenes de su generación. Si vemos la cosas bien, todo sigue siendo igual... ―el rostro de la mayor había cambiando, podía verse la melancolía en sus ojos, pero sonrió débilmente― Las cosas no cambian tan fácilmente, el círculo vicioso de nuestra sociedad en verdad no se rompe. Seguimos siendo lobos primitivos tratando ser algo que no podemos. El lobo está dentro nuestro y nos hace hacer cosas que no queremos, por eso tengan cuidado. Nunca se sabe cuando somos la presa.

MinHee abrió sus ojos y pensó bien las cosas, aquellas palabras le habían hecho ver de una forma distinta sus recuerdos.