3: Errores

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Lo siguiente qué pasó fue que Jaden intento volver a besarme, y yo le había proporcionado tremendo golpe. Tanto así, que su rostro estaba girado hacia la derecha viendo directamente al suelo.

—¿Acabas de golpearme?

—Déjate de estupideces Jaden —brame ya furiosa.

—¿Por qué me golpeaste? —preguntó con su mano en su mejilla—, Cabe aclarar que tú me respondiste el beso. ¡Me besaste tú!

—Pero no te di la vía libre para besarme cuando quisieses idiota, así que déjate de estupideces. Fue solo un beso, nada más —espeté.

—Ay Black —suspiró—, Jamás pensé que serías de las difíciles.

—Pues ya ves que te sacaste la lotería —sonreí de manera falsa y el soltó una risa. Relamió sus labios poniéndose de pie.

—Nos vemos luego Daniela.

Y sin más se fue hacia su mesa nuevamente. En segundos, Álvaro estuvo de nuevo a mi lado viéndome sorprendido y con un ápice de diversión. Lo fulmine con la mirada.

—Si estos son tus intentos de hacerme tu amiga, déjame decirte que estás fracasando.

—¿Qué? ¿Me dirás que no te gustó el beso? —preguntó.

—Fue solo eso, un simple beso. Nada de importancia. Jaden White no se toma nada enserio.

Y sin más la campana volvió a resonar. La profesora hizo que todos le entregaran sus cuadernos para firmar lo que habíamos estado haciendo, yo le entregué una hoja en blanco a lo que ella soltó una negación dándome a entender que en la próxima clase debía hacer mi trabajo o iría con la directora. Salí del salón respirando el aire fresco de afuera y sonríe caminando directo para mi lugar favorito de la secundaria: La biblioteca.

—¡Hey! ¿A dónde vas?

Nuevamente, Álvaro estaba ahí, jodiendome la vida.

—A la biblioteca.

—¿Para la biblioteca? —repitió mis palabras—, Eso es lo más aburrido del mundo. Ven, vamos al gimnasio. Todos estarán allí.

—No me gusta el gimnasio.

—¿Por qué no? Tú mejor amiga allí estará, jugando volleyball como de costumbre.

—Ella sabe que odio ese deporte —respondí sin importancia, el tomo mi mochila quitándomela del hombro.

Lo miré ya molesta.

¿Es que no se cansaba de fastidiar?

—No aceptaré un no por respuesta. ¡Vamos! ¿Al menos te gusta el baloncesto? ¡No puedo tener una mejor amiga que odie los deportes! —bufo.

—Es el único deporte que me gusta y entiendo.

—¡Eso es! —celebró el entregándome mi mochila—, Vamos para allá. Podrás animarme en las gradas y de paso hablarle bien a tu amiga de mi.

Y me deje arrastrar hasta el gimnasio. La verdad, no podía quejarme más. No había hablado con Vanessa en todo el día, solo en la mañana y entre clases a penas y nos veíamos.

Cuando llegamos la mayoría miró en nuestra dirección, Álvaro tenía su brazo pasado por mis hombros mientras me obligaba a ir con el. La incomodidad me ataco cuando todos estuvieron viéndonos por como diez segundos seguidos.

—¿Álvaro? —preguntó Tina viéndolo confundida—, ¿Quién es ella?

Nos hemos visto más de trece veces en la jodida secundaria y no sabe mi nombre.

Forever | Libro I Donde viven las historias. Descúbrelo ahora