26: Volvernos a ver

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Dos meses habían pasado desde que él se fue.

Selene, Roxanne, Vanessa y yo nos habíamos encargado de juntarnos más, y ahora no había momento que no compartiéramos juntas.

Selene y yo habíamos creado una conexión juntas, la quería, era parte de una etapa de mi vida asquerosa mente fuerte que me hizo entender lo necesario que era su apoyo en mi vida.

Vanessa seguía desconfiando de ella, seguía diciendo que no era de fiar por todo lo que había sucedido.

Roxanne era de las tres la más involucrada. Ella se encargaba de cuidarnos al igual que una madre.

Éramos cuatro chicas que terminábamos por vernos como familia en donde sea que nos parásemos.

Cuando Jaden ingresó al internado me sentí devastada las primeras semanas. Y con ayuda de Selene fui mejorando poco a poco. Según me contaron aquel día estaba tan mal que terminaron sedándome para poder llevarse a Jaden. La policía me fotografió el cuello con la marca de Jaden para tenerla de evidencia para ingresarlo en la correccional. Tenía entendido que cuando saliera del internado en tres meses iría a la correccional, allí cumpliría el tiempo que le faltaba para pagar por lo que me había hecho.

Papá no me dirigió la palabra después de que la policia hablase con él. Y tampoco le permitió a mamá tocar el tema. Para ellos, estaba muerto el tema de Jaden y la marca de mi cuello.

Conocí a un chico por internet hace un tiempo. Su nombre es Jared y vive a las afueras del pueblo. Jamás nos hemos visto en persona pero es increíble en todo el sentido de la palabra y hasta atrevería a decir que me gusta.

Alvaro y yo ya no hablábamos tanto como antes. Vanessa y él habían terminado oficialmente para evitar problemas con la familia de Vane, así que era mejor que ambos tomaran caminos diferentes. En esa decision de alejarse me involucraron a mí, y aunque no entendí muy bien porqué, Álvaro se alejó por completo. Me sentí como la mierda cuando lo noté. Pero entendí que era lo mejor, solo lo lastimaría más seguir hablándome mientras él y Vanessa no se hablaban.

Así estaba mi vida ahora, después de haberme despedido de él.

Ya estaba mejorando, a penas y lloraba en las noches recordándole.

Hasta que un día, recibí una llamada extraña en mi móvil.

Era de noche, iba camino a la casa de Ileane que estaba a dos calles de la mía. Y entonces, un auto apareció de la nada y se cruzo en la carretera.

Me asusté y empecé a correr, pero detuve mis pasos cuando reconocí aquella voz llamándome.

—¿Me extrañaste, princesa?

Allí estaba, en la obscuridad, viendome con un brillo sin igual en los ojos.

—¿Jaden?

Sentí que alguien me tapó los ojos con un trapo, y entonces me pusieron algo en la boca que acabó por hacerme callar.

Después, todo fue negro.


[...]



Cuando abrí los ojos lo primero que reconocí fue el interior de una camioneta. No sabía a quién le pertenecía, lo que sí sabía era que estaba muy incorrecto que estuviese allí. Me habían metido allí a la fuerza, lo sentía, sentía la manera en la que mis brazos dolían por la fuerza que ejercieron sobre ellos.

No me sorprendería si moretones continuos aparecieran después.

—¿Estás bien?

Parpadeé un par de veces acostumbrándome a la poca luz. Allí estaba él, viendome directo a los ojos.

Forever | Libro I Donde viven las historias. Descúbrelo ahora