—¿Te gustan las palomitas dulces?
Chifuyu puso una mueca de asco. Aquello fue suficiente para contestar su pregunta y, además, le hizo sonreír. Su expresión era, en cierto modo, divertida. Le agradaba la tranquilidad que los rodeaba, parecían sólo dos personas normales comprando en el supermercado de la esquina. Añadió al carro un par de bolsas de palomitas saladas y siguió adelante.
Sí, hubiera sido tranquilo, pero tenía que tener en cuenta varios puntos fundamentales.
¿El primero de ellos? Se estaba muriendo, tenía hambre pero sentía que si intentara comer algo, lo vomitaría; y todo por aquella bola de nervios que llevaba guardada en el interior de su pecho. Exponerse a tanta gente, a un ambiente normal era tan... Difícil que incluso dolía, porque era una señal de que aún no estaba del todo recuperado.
De hecho, lo pensaba y realmente se daba cuenta de que siempre le había dado cierta vergüenza estar con grandes grupos de gente, o en lugares donde hubiese aglomeraciones. En cualquier caso, el segundo punto era que Chifuyu era consciente de eso último y no tenía ni la más remota idea de cómo solucionarlo. De vez en cuando se le acercaba y le preguntaba si estaba bien, o si estaba mareado, pero Kazutora siempre —siempre— contestaba que todo estaba bien y que no tenía de qué preocuparse.
La tercera consideración era que la palabra tranquilidad quizá no fuera del todo acertada.
—Oye. —Chifuyu lo asió del brazo y lo atrajo hacia sí, bajando el tono de voz. El frío de la sección de congelados hizo que el vello se le pusiera de punta. —¿Qué les pasa a esos dos?
—No tengo ni idea. —Kazutora echó un vistazo hacia atrás con disimulo y negó.
A menos de dos metros, Draken empujaba el carro de la compra. Miraba al suelo sin decir absolutamente nada, de vez en cuando miraba a su amigo fijamente, pero no parecía atreverse a abordarlo en una conversación. Bastante por delante de ellos, Inui miraba unos palitos de pescado —o fingía interesarse por ellos—. No se habían dirigido la palabra desde hacía horas, y habían entrado a la tienda de mascotas discutiendo por algo que ninguno llegó a entender, pues Inui cortó el problema de raíz y no volvió a hablarle siquiera.
La tensión podía palparse en el aire, resultaba incómoda y provocaba que Kazutora se pusiera más nervioso de lo que ya estaba, ya que pensaba que si intentaba acercarse a alguno, le responderían mal o le gritarían. Y Kazutora odiaba que le gritaran, tenía una especie de miedo extremo a ello.
—¿Por qué Seishu y tú no vais a buscar helado? —Propuso Chifuyu, apoyando la mano en la parte baja de su espalda y dándole un ligero empujón hacia delante. —Vamos, sois amigos. —Susurró.
Amigos.
Probablemente lo eran. Jugueteó con sus propias manos, acercándose al rubio, cuyos iris no eran precisamente brillantes o llenos de chispas. Habían estado compartiendo té en la tienda, pero no había podido evitar fijarse en ese detalle. Tanto tiempo separado de la sociedad había hecho que pudiera apreciar todos y cada uno de los gestos que los demás hacían, la forma de expresarse, las miradas cómplices. Tal vez sí era cierto que estaba desarrollando una amistad con él.
La única amistad que tuvo de crío, lo había usado como billetera. Aquel niño nunca le había devuelto el dinero que le había prestado, y siempre había tenido la osadía de enfadarse con él cuando no le daba lo que quería. Había llegado al punto de robarle dinero a su propia madre para mantenerlo a su lado, para que siguiera siendo su mejor amigo.
Lamentable, no se dio cuenta de lo que ocurría en su maltrecho corazón hasta que Baji le abrió los ojos. Y, más tarde, le pegaron una paliza al mocoso en cuestión. Y quemaron coches. Aquella noche, a decir verdad, fue genial. Se tocó inconscientemente la oreja, de la que pendía el cascabel, y lo hizo sonar, analizando a Inui.
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Treasure || KazuFuyu
FanfictionEn medio de la noche, Chifuyu recibe una llamada que hiela su sangre y abre heridas del pasado. Después de diez años, condenado por homicidio, Kazutora Hanemiya ha salido de la cárcel. ©Los personajes no me pertenecen, créditos a Ken Wakui » Basado...