↺ 16 - ¡Nieves, Nieves, Nieves! ↺

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La casa de los padres de Guillermo es grande

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La casa de los padres de Guillermo es grande. Bastante grande. Con un patio envidiablemente cuidado. Todo esta decorado para navidad, absolutamente todo, y es precioso estando todo teñido por el blanco de la nieve.

La ama de llaves abre la puerta, por supuesto, el albino es el primero en saludar. Quiere mucho a esa señora. Un par de sirvientes ayudan a todo mundo con las maletas, dejando al grupo de jovenes de pie en la sala. Rubén ayuda a Lana a sentarse. No se ha despegado de ella desde que la fue a buscar al aeropuerto. Nieves también estaba muy acurrucada con sus hermanos, pasando en sus brazos la mayoría del tiempo.

Verlos así, era simplemente tierno. Cálido y familiar. Tanto Samuel, como Guillermo y Borja, están felices de ver a los hermanos Doblas ser... bueno, hermanos.

Díaz se retira un momento, en busca de sus padres. Por lo que los demás se terminan de sentar.

— ¡Samuel! — Todos miran hacia las escaleras, una hermosa mujer, en sus cuarenta, venia bajando seguida de su marido y su hijo. De inmediato se acerco al azabache, quien se puso de pie para saludar. Ella lo abrazo, con una fuerza y un cariño que se sintió por todos. Seguido, el suegro también se unió a dicho abrazo, haciendo reír a los demás.

— Papá, mamá, lo están aplastando.

Entre risas lo soltaron. — Pero hijo, como me vas a decir que no puedo abrazar a este chico. Solo míralo. — Diana, sujeto el rostro de Samuel con adoración infantil. — Ay... es perfecto.

— Ya lo sé mamá, ya lo se.

Ahora si, todos se sentaron. Y comenzaron a presentarse.

— El es Rubén, Rubén Doblas. — Comenzó Guillermo. — Es el chico que ha estado viviendo con nosotros.

Doblas saludo con la mano, sonriendo tímido.

— Que guapo.

— Diana.

— Ay, Esteban, por favor, no te pongas celoso mi vida.

Rubén sonrió. Encantado con la actitud tan trivial del matrimonio. Nieves lo abrazo y Lana sujeto su mano.

— ¿Qué hay de los demás? — Pregunto con relajo el marido.

— Yo soy Lana, Lana Doblas. — Se presento la rubia. Y sonriendo continuo. — El es mi esposo, Borja Luzuriaga. — Se tomaron de las manos, el castaño soltó un amistoso "hola".

— ¡Nieves, Nieves, Nieves! — Exclamo de pronto la más pequeña, haciendo reír a todos. Aunque Diana, por su parte, murió y revivió de la ternura. Pero quien no, con una niña tan bonita como ella.

Siguieron la platica, conociéndose más.  Hasta que toco cenar. Fueron Lana y Borja los primeros en retirarse a dormir, estaban cansados por el viaje y la chica necesitaba el descanso. Rubén por su parte, se llevo a Nieves, la pequeña se había dormido en sus brazos.

— Es un muchacho encantador. — Diana sonreía, cuidando que Esteban no se estampara la cara contra la mesa porque se estaba quedando dormido.

— Lo sabemos. — Hablaron al unísono Guillermo y Samuel.

— Y son muy cariñosos con él.

— ¿Tu crees mamá? — Se miraron.

— No lo somos tanto. — Opino Samuel.

Realmente no creían estar actuando tan... cariñosos. ¿Oh si? Digo, claro que un par de veces dejaron que el noruego se durmiera con ellos, y otro par de veces le cumplieron algunos caprichos. Pero no, ¿Verdad?

Diana solo los dejo con la duda, aunque no le tomaron más importancia. Rubén en ese momento entró y se sentó junto a Guillermo, así que dejaron de lado cualquier divagación incomoda.

— Te vez cansado, lindo. — Murmuro la mujer, que ya se levantaba.

— Si, creo que Nieves me pego el sueño. — Bostezó y apoyo la cabeza en el hombro del albino, que lo dejo estar.

La señora Díaz solo sonrió con dulce sospecha, despertó a su marido y deseando buenas noches se retiraron a dormir.

Samuel y Guillermo, quedando solos, se miraron y luego miraron a Rubén. El más alto se había dormido ya.

— ¿Sam, crees que debamos...?

— Francamente, no lo sé.

— ... Es... es cómodo cuando se duerme con nosotros.

— Si, eso es cierto.

— Y es tierno a pesar de ser un poste de luz.

— Sip, eso también es cierto.

— ... ¿Tú no tienes problema con...?

— No, cariño. Ninguno.

— Entonces, ¿Qué esperamos? Vamos a dormir de una vez por todas.

Pueden tener dudas, pero se siente bien. Y mientras Rubén se sienta cómodo, seguirán siendo cariñosos porque realmente... no tienen ningún problema con serlo.

 no tienen ningún problema con serlo

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...

Este cap como que me gusta pero no me gusta.

Bueno, ya saben, muchas gracias por los votos y los poquitos comentarios. OS QUIERO

By-bye <3

Malas ideas /ruwigettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora