El silencio no le gusta. Le hace sentir solo.
Así que, esa tarde en la pareja no está, Rubén toma su guitarra y se pone a tocar.
Una suave melodía suena, toca un par de acordes mientras hace memoria. Cuando logra lo que busca, toca con más fuerza y energía. Poco después comienza a cantar terminando de llenar el silencio con la armonía de las cuerdas y su voz.
...
Formidable de TOP es lo que escuchan Samuel y Guillermo cuando abren la puerta. Se miran sorprendidos, es la primera vez que escuchan al noruego cantar.
Y lo hace bien, por lo que continúan en silencio, dejando que la melodía los acompañe. Terminan sentados en el sofá, luego de dejar todo lo que compraron en la despensa, se abrazan y acurrucan. Disfrutan del pequeño concierto lo que les queda de tarde.
Es la primera vez que escuchan a Rubén cantar.
Esperan que no sea la ultima, porque podrían acostumbrarse.
Un mes pasa y las vacaciones para navidad, año nuevo y los primeros dos meses del siguiente año se hacen oficiales. El descanso viene bien para los tres jóvenes, que se pasan los primeros tres días encerrados en el departamento haciendo maratón de películas y series. Alejandro los acompaña algunas horas.
Ese día en especial, Rubén recibe una llamada. Es Mateo, que regresara de su gira y le pide que lo busque al aeropuerto.
Por supuesto que se emociona. Verá a su novio otra vez. Siempre es así.
Toma prestado el auto de Samuel y parte. Espera que su chikistrikis acepte cenar con el y sus compañeros en el departamento. Esta feliz, aguarda con una sonrisa a las afueras del aeropuerto, sonrisa que se ensancha al divisar su cabellera risada.
Y entonces se da cuenta de que esta acompañado. Un pelirrojo de ojos celestes camina junto a Mateo. Pegaditos, conversando y sonriéndose. Y podría haberle extrañado, podría haberse sentido mal. Más no lo hizo, o no lo mostró abiertamente, porque de todas maneras recibió con una maravillosa expresión al moreno.
— ¡Rubén! — Exclamo el bailarín, acercándose a darle un abrazo y un beso. El otro chico se mantuvo distante.
— Hey, darling. ¿Qué tal el vuelo?
— Agotador, como siempre. — Se separaron. — Umnh, ¿Te compraste un auto?
— Oh, no. Es de Samuel, me lo prestó para venir a buscarte.
Y cualquier alegría se borró de la expresión de Mateo.
— De Samuel.
— Si.
— Confía mucho en ti, ¿No?
Rubén, acostumbrado a lo que estaba pasando, solo suspiro despacio. Mirando enternecido a su chico. — Como cualquier amigo. — Aclaró, poniendo énfasis en la ultima palabra. Logró esa expresión calmar la posible escena de celos. Y los tres subieron al vehículo.
Se enteró entonces sobre el pelirrojo. — El es Cristofer. Es uno de mis amigos en el grupo de baile. Vino conmigo para conocer a mis padres. — Solo sonrió en respuesta. Respondiendo "es un gusto" ante la corta presentación. Fue suficiente para que comprendiera y se hiciera la idea de que cenaría con sus compañeros sin la compañía de su novio.
Pero esta bien, es genial que Mateo tenga amigos y este tan emocionado por presentarlos a sus padres.
Es bueno verlo feliz.
Así que lo deja en la casa de los suegros y se despide con cariño, deseándole una bonita velada. Para luego partir y llegar solo al departamento. Explico rápidamente la situación a Sam y Guille. Y ellos, bueno, se preocuparon un poco, pero el teñido se mostraba bien así que no comentaron nada al respecto.
Mateo puede acompañarlos a cenar otro día.
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Malas ideas /ruwigetta
Hayran Kurgu- Es una mala idea. - Alegó Alex, cuando Rubén le contó que se mudaría con un par de universitarios que no conoce de nada. - Demasiado mala, incluso para ti. - Exageras. - Respondió. - ¿Qué tan mal podría salir? Bueno, es que igual y si los conoce d...