↺ 19 - Se dijo, se hizo. ↺

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— ¿Te portaras bien?

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— ¿Te portaras bien?

— Ci.

— ¿Harás caso a tu hermano?

— Ci.

— ¿No molestaras en el departamento?

— No

Lana suspiro sonriendo con tristeza. Sabe bien que el interrogatorio esta de más, Nieves es una niña con mucha energía, que sabe controlar; es bien portada y extremadamente inteligente. Los Doblas en general tienen buena cabeza.

— Mi niña. — La estrecho en sus brazos con amor, la pelirroja se dejo abrazar rodeando con sus bracitos el cuello de la mayor. — Eres una princesa hermosa y muy especial. Te extrañare mucho.

— Yo también.

Al separarse, Borja ayudo a su mujer a levantarse con cuidado; y la menor regreso sus pasos hasta donde se encontraba Rubén, quien la tomo en brazos y se acercó así a los esposos.

— Cuídense. — Menciono. — Cuídala. — Pidió a Luzuriaga. — El viaje será largo, me avisan cuando lleguen.

— Lo haremos.

La despedida solo se alargo un par de minutos más, la realidad es que ellos estaban acostumbrados a la distancia. Estragos de una niñez y adolescencia vivida en constante movimiento.

Pero ello no impide que se quieran con la misma fuerza, con el mismo fulgor, que nació entre ellos cuando se conocieron; siendo Lana una chiquita de dos años y Rubén un bebé de meses. Tiempos en los que, al encontrar conciencia, se prometerían no dejar de protegerse nunca. Ahora así con Nieves, la adoración de sus hermanos mayores.

Así es y así será. Se dijo, se hizo.

 Se dijo, se hizo

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— Y... estamos de vuelta.

— Casa bonita.

— ¿Cierto? Guille creció en un lugar muy acogedor.

Rubén suspiro mientras apagaba el carro. Nieves había quedado encantada con el hogar de los Díaz y el lo entendía muy bien. Con una sonrisa saco a la pequeña del auto y se encaminaron a la entrada de la casa, donde Samuel y Guillermo esperaban junto al matrimonio. Las maletas a un lado.

— ¿Les fue bien? — Pregunto Diana.

— Si, todo en orden. — Todo mundo sonrió, con esa pena que te da cuando has conocido a gente buena en tu viaje y ya te tienes que ir.

— Espero que vengan a visitarnos más seguido, todos. — Advirtió la mujer. Recibiendo una confirmación de su hijo, antes de que comenzaran a darse los abrazos.

Entre palabras cariñosas, cumplidos y buenos deseos, subieron las cosas al auto para partir. Por el espejo retrovisor le echaron un ultimo ojo a la casa. Samuel conducía y Guillermo iba de copiloto; Rubén atrás con Nieves, que se acurruco entre los brazos de su hermano mientras contaba los postes de luz.

— Alex estará de vuelta en dos semanas. — Murmuro Doblas, cuando ya estaban a calles del condominio. Revisaba los mensajes en el teléfono, luego contestaria. — Vendrá con unos amigos de la escuela, quizá hagamos una reunion. Dice que puedo invitarlos, ¿Les gustaría ir?

— Claro. — Accedió de inmediato el albino. — Sera genial conocerlos. ¿Tú que dices Samu?

El azabache se encontraba concentrado en el camino, aunque la realidad era que sentía los nervios. A excepción de Rubén y Alejandro, lleva tiempo sin ver a nadie de la escuela. Y si esos amigos son los que piensa, no esta seguro de ser realmente bienvenido. Suspiró, era algo molesto. Aún así, miro el rostro ilusionado de sus compañeros y termino por aceptar también.

Al final no tiene por qué resultar en algo malo, ¿verdad?

Media hora después se habían instalado de nuevo en el departamento. Era algo tarde así la más pequeña se encontraba dormida ya hace un rato, envuelta en las sabanas de la cama de su hermano. De Luque apagaba las luces del lugar cuando se encontró en el pasillo a su novio y a su ex.

— ¿Qué ocurre?

— Le digo a Rub que puede dormirse con nosotros. — Explico el albino.

— Y yo le digo que gracias, pero no. Es algo suyo, chicos, no tengo que estar ahí. — Rechazó el noruego.

— Oh por favor, no nos molesta. ¿Verdad Sam?

El mencionado solo sonrió. — En absoluto, Rubén, no tenemos ningún problema con eso.

Ante la insistencia de la pareja, Doblas se sintió atrapado. Se lo había visto venir, por lo que quiso evitarlo, pero ahí estaba.

Suspiro.

— Bien... pe-pero solo porque esta noche no me apetece dormir en el suelo.

 pe-pero solo porque esta noche no me apetece dormir en el suelo

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Malas ideas /ruwigettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora