Malas ideas /ruwigetta

↺ 3 - Afortunado ↺

— Pasen chicos, no se queden ahí parados.

— Este lugar es tremendo.

— Joder, Rubius, igual y no es tan mala idea todo esto.

Guillermo sonrió a ambos chicos. Alex escudriñaba con la mirada todo el lugar y Rubén solo observaba con adoración el sofá de su sala, que se veía muy cómodo. Les tomo menos de 20 minutos subir las cajas del teñido, que aun rezongaba ante los comentarios burlescos de los otros dos por el ultimo encuentro que tuvo con la señora que le arrendaba.

Ella estaba tan feliz de que se fuera. Se puso a bailar en medio de la calle mientras subían las cajas al auto.

Cuando ya tenían todo, se tomaron un corto momento para descansar. En lo que Alejandro se acercaba a cerrar la puerta del departamento, lograron escuchar pasos que no correspondían a ninguno de los tres.

Guillermo se ilumino, eso fue lo que Doblas notó primero. El cómo su sonrisa se hizo más grande y como parecía estar emocionándose, luego notó como controlo sus impulsos para mantener su actitud usual. Sonrió, seria divertido aprenderle las mañas a la parejita solo para molestarlos.

El albino se levanto, murmurando suavemente. — Ahí viene mi novio.

Alex se detuvo en lo que hacia. — Oh, conoceremos al afortunado.

Rub se rio un poquito, su amigo se preocupa por nada.

— ¿Guille? — Bien, su amigo no se preocupa por nada. Se preocupa por mucho. Aunque Díaz era completamente ajeno a la sorpresa y el shock de los visitantes.

Ese que esta parado ahí, es Samuel De Luque.

"Lo siento, no eres suficiente para mi."

"Entonces no soy suficiente para nadie."

— Mira, Sam, te presento a nuestro nuevo roommate.

Doblas salió del shock, retomando su sonrisa y semblante normal. Justo para el momento en que Samuel caía en su presencia, sorprendiéndose el.

— ¿Doblas? — Sonó inseguro, como si se preguntara si estaba viendo a Rubén o si acaso era una alucinación.

No lo es.

— ¿De Luque? — Rubius podía ponerse a reír a carcajadas. Es que, ¡Que coincidencia! Se levanto alegremente de donde estaba, dispuesto a acercarse a saludar como corresponde. Pero entonces, Alex lo detuvo, jalándolo del brazo, fuera del departamento, diciendo que ya volverían. El más alto no tuvo tiempo para reaccionar, en un dos por tres se encontraba en el pasillo de afuera.

— Pero Alexby, ¿Qué fue eso?

— ¿Cómo que qué fue eso? ¡Ese es Samuel! ¡¿No has visto?!

— Lo he visto, si. ¿Cuál es el problema?

— ¡Que es tu ex! ¡Tonto!

— ¿Y? Solo es un ex, no pasa nada.

— Ese no es "solo un ex", Rubén. Lo sabes. ¡Esto es una mala idea!

Doblas rodo los ojos, algo molesto con la sobreprotección.

Mientras tanto, dentro, Guillermo miraba a su pareja serio. — ¿Lo conoces? — Pregunto.

— Si. — Respondió, Samuel, sin problema. Sabiendo que tratar de ocultar cualquier cosa seria un error garrafal. — Es mi ex.

— ¿Tu ex? ¿El ex? — Asintió como respuesta, preguntándose como demonios fue a toparse con él. Miro acomplejado las cajas, no tenían forma de rechazar la estadía del noruego sin verse mal. Aunque, en lo personal, De Luque esperaba que Rubén se fuera solo.

Algún día se arrepentiría de haber deseado eso, otra vez.

— No tenia idea... — Le presto atención a su novio, este hacia muecas, acomplejado. — Lo siento. Debe ser incomodo para ambos.

— No lo es para mi. — Rubén estaba ahí, frente a ellos. Alex tras el, cuando menos, molesto. Después de todo, Doblas no le hace caso en nada. — Podemos platicarlo, si quieren.

El teñido sonreía, comprensivo, preparado para lo que fuera. Guillermo sonrió un poco también, percibía que estaba siendo sincero. Por lo tanto, solo se preguntaba como actuaria Samuel. Y el azabache solo tenia la cabeza hecha un lio, no esperaba volver a ver a su ex, nunca. Por eso, jamás se puso en la idea de interactuar con el de nuevo. Tiene tantas preguntas.

Se mantuvo en silencio antes de suspirar.

— Yo... Tomare esa platica.

Este pudo salir mejor.