03.- Maldición

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Miraculous, les aventures de Ladybug et Chat Noir y sus personajes son propiedad de Thomas Astruc y Zag Entertainment.

Palabras: 1336.

03.- Maldición

Rose saltó de la cama. El sol brillaba con fuerza y la idea de tener un día libre la tenía eufórica. Lo único que deslucía aquel maravilloso día era que Juleka estaría ocupada toda la mañana y no podía salir con ella, pero no era algo que fuese a oscurecer su ánimo.

Desayunó, se aseó y vistió, se puso unas gafas de sol que le tapaban media cara y saltó a la calle.

Paseó por el centro, entrando y saliendo de tiendas, probándose todas y cada una de las prendas de color rosa que se cruzaban en su camino. Sin Marinette por allí dándole consejos se sentía un poco perdida. Se coló en una tienda de lencería y curioseó entre las múltiples prendas, tomó un bonito camisón de encaje y se lo llevó al probador. Se deshizo de su ropa y se lo puso, dio un par de vueltas sobre sí misma, le quedaba bien, la tela se ajustaba a su busto y caderas, aunque le marcaba un poco la tripa. Rose estaba delgada, pero a veces, comparándose con Juleka se sentía como un elefante.

Sacó el móvil del bolso y se hizo una foto que le mandó a Juleka:

¿Qué tal me queda? ¿Me lo puedo comprar?

º º º

Juleka dio un portazo al salir del despacho del rector de la universidad. Le habían quitado su plaza, así sin más, porque sí, porque alguien le había echado una estúpida maldición al nacer que la condenaba a que su vida fuera de desastre en desastre hasta el día que se fuera a la tumba.

¿Qué iba a hacer ahora? Irse a estudiar fuera de París no era factible, supondría dejar el grupo, alejarse de Rose y un sinfín de problemas para los que no sabía si estaba preparada.

Maldijo a su móvil al sonar dentro del bolso y lo buscó por cada rincón, porque daba igual que lo metiera en un bolsillo, siempre acababa perdido en algún punto indeterminado.

Una foto y un mensaje de Rose, los abrió y sonrió. A Rose le quedaba bien cualquier cosa que se pusiera, prácticamente todo resaltaba sus curvas naturales y se adaptaba a ella como si estuviera hecho a su medida. Le contestó:

Si te lo compras no creo que te lo deje llevar puesto mucho rato 🥰

Rose respondió al momento:

Entonces me lo quedo y lo estrenamos esta noche 💖💖💓💞💗

Juleka iba a contestar, pero una llamada la interrumpió. Se quedó mirando la pantalla en la que el número desconocido permanecía fijo y descolgó antes de que saltara el contestador.

—¿Diga?

—¿Eres Juleka Couffaine?

—Ah... sí.

—Soy Lena, la líder de La Révolution, ¿podríamos vernos?

Se quedó inmóvil, casi sin atreverse a respirar. Había coincidido con ella en uno de aquellos conciertos benéficos de los que daba Jagged de vez en cuando, había tenido una especie de flechazo con su música, se había sentido arropada por ella como si la envolviera una cálida y suave manta.

—¿Hola?

—Sí, perdona —musitó Juleka—. ¿Vernos?

Una risita musical llenó la línea haciendo que sus mejillas se sonrojasen.

—Sí, si es que quieres, claro. No quiero ir a la cárcel por secuestro.

—¿Cuándo?

La risa volvió a llenar la línea. Juleka contuvo las ganas de colgar. Si bien era cierto que había logrado abrirse más y superar un poco su timidez, aún le costaba relacionarse y hablar con alguien a quien no conocía estando sola. Seguía siendo un desastre.

Entre mis acordes- Fictober 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora