28.- Velocidad

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Miraculous, les aventures de Ladybug et Chat Noir y sus personajes son propiedad de Thomas Astruc y Zag Entertainment.

Palabras: 1032.

28.- Velocidad

La cena humeaba sobre la mesa. Marinette a veces se preguntaba si la enorme cocina de aquel apartamento la usaban para algo más que lavar los platos, a Jagged le encantaba encargar comida fuera y que se la trajeran. Su tren de vida era muy diferente al de Luka y ella, claro que Jagged siempre lo hacía todo a lo grande, con un gran despliegue, llamando la atención.

—Entonces lo que necesitas es experimentar un poco más.

Luka asintió despacio.

—No sé si es una buena idea —musitó mirando a su padre—. Tal vez no interese.

—¿Estás de broma? No hay muchos músicos polivalentes. Es una buena idea.

Marinette le había dicho lo mismo, que grabar un disco con varios instrumentos sería fantástico, pero Luka nunca parecía lo suficientemente convencido como para tirarlo adelante.

—Pero sigo siendo sólo yo.

—¿No te gustaría hacerlo con Kitty Section? —preguntó Penny.

—No creo que les interese mucho.

—Seguro que a Adrien le gustaría, aunque sólo toque el piano —declaró Jagged—. Creo que lo de experimentar le interesa bastante y ese amigo tuyo, ¿Marco? Él parece alguien dispuesto a hacerlo también.

Por primera vez Marinette se preguntó si eso que le estaba frenando era miedo, porque Luka, a diferencia de los demás, pocas veces dejaba que lo paralizase. Siempre era valiente y atrevido cuando se trataba de música.

—Incluso yo puedo tocar contigo si lo quieres.

—Yo puedo cantar —susurró Máša mirando su plato con timidez.

—Si tú cantas seguro que será un éxito —contestó Luka revolviéndole el pelo rizado.

—¿Y si no gravas un álbum? —inquirió Penny—. Podrías abrir un canal de vídeo, contar con colaboraciones abiertas y llegar a la gente de una manera diferente. No tendrías que preocuparte por cuadrar agenda con varios artistas a la vez.

Luka y Jagged la miraron con idéntica expresión sorprendida.

—Podrías controlar la velocidad de publicación e, incluso, hacer que tus seguidores participen de manera activa.

—¡Brillante! —exclamó Jagged emocionado—. Por eso te pago el doble de lo que le pagaría a ningún mánager.

Penny rió y sacudió la cabeza.

—Podría funcionar...

Y era algo tan simple que le parecía mentira que no se le hubiese ocurrido a él solo.

º º º

El taxi se detuvo a orillas del río Neckar, Rose abonó la carrera y se bajó mirando a su alrededor maravillada. No necesitó comprobar la ubicación que le había enviado Juleka, las lucecitas colgando por la cubierta y la música que escapaba eran evidencia más que suficiente de que estaba en el lugar correcto.

Se arregló el vestido, se pasó los dedos por el pelo y cruzó la pasarela con paso firme y la mochila al hombro.

—¿Juleka?

—Abajo.

Rose miró la puerta abierta de la cabina y caminó hacia allí, se asomó con curiosidad. El interior estaba bien iluminado y olía francamente bien. Las escaleras empinadas la hicieron pensar en el Liberty, en la vez que las bajó con el trasero por no prestar atención a sus pies. Descendió con cuidado encontrándose con una sala amplia con muebles pintados de blanco y paredes desnudas.

—¿Juls?

—Aquí.

Salió de detrás suyo sobresaltándola. Había una puerta oculta bajo las escaleras.

—Me has dado un susto de muerte.

Juleka la rodeó con sus brazos, enterró la nariz entre sus cabellos, se sintió tranquila y reconfortada de golpe como si el mundo volviese a funcionar correctamente.

—Lo siento —susurró—. Estaba en la despensa.

Las manos de Rose se cerraron en su cintura, se sorprendió de no tener que batallar con su pelo, recordó que se lo había cortado. La empujó con cuidado para poder mirarla bien. El corte de pelo enmarcaba su rostro logrando que su cara pareciera menos redonda, también le daba un aspecto un poco más adulto.

—¡Estás tan guapa! ¡Te queda muy bien!

Atrapó su cara entre las manos y la besó con una calma que derivó rápidamente en necesidad.

—Tienes las manos frías —susurró Juleka cuando sintió sus dedos colándose por debajo de su camiseta.

—Estoy un poco nerviosa.

Juleka rió contra sus labios.

—¿Por qué? No es la primera vez que estamos juntas.

Rose se apartó un poco, mantuvo sus manos bien sujetas y le sonrió con timidez, se sentía un poco avergonzada.

—Es que es un poco como si fueras otra persona —declaró apretando sus manos—. No eres la Juleka de Kitty Section, eres la bajista de La Révolution y estás aquí conmigo.

—Sólo soy una bajista —contestó divertida—, viviendo en un barco, lejos de su ciudad.

—Mientras estaba en el avión pensaba en qué pasaría cuando nos viéramos. —La soltó despacio y dio un paso atrás—. También en qué pasará con nosotras. Tengo miedo, Juleka.

Juleka le dio un beso en la frente, pasó un brazo por encima de sus hombros y la llevó hacia el pequeño sofá de dos plazas que estaba pegado a la pared que separaba la estancia de las escaleras.

—La cena está en el horno, vamos a hablar mientras tanto.

Cuando Juleka hablaba así le recordaba a Luka, madura y serena, pero la conocía lo suficiente como para saber que por dentro se estaba muriendo de los nervios.

—¿Es por lo de Lena? Porque ya te dije que no era cierto.

—No, no es por eso.

—Rose, si no me lo explicas no puedo saber qué es lo que pasa.

—Prométeme que no vas a reírte de mí. —Asintió a modo de respuesta y aguardó a que continuase. Rose suspiró, tomando de nuevo su mano con fuerza, el calor de su piel le dio un poco de valor para decidirse a hablar—. Siempre habíamos estado juntas, en las cosas buenas y en las malas. Si me pasaba algo sólo tenía que ir a buscarte y todo iba bien. Pero ahora...

»No quiero estropearte esto, sé que tenías muchas ganas de hacerlo y lo vas a hacer genial, pero me da miedo que me olvides.

Se sintió como una cría estúpida cuando acabó de decirlo, no quería herirla o hacerla dudar y arrepentirse de haber tomado aquella decisión.

—Rose, eso no va a pasar —determinó rotundamente—. No tienes que sentirte insegura, todo va a ir bien. Te lo prometo.

Continuará

Notas de la autora:
¡Hola! Una de proyectos musicales e inseguridades. El final se acerca y parece que fue ayer cuando empecé a escribir esto.
Mañana más.

Entre mis acordes- Fictober 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora