08.- Composición

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Miraculous, les aventures de Ladybug et Chat Noir y sus personajes son propiedad de Thomas Astruc y Zag Entertainment.

Palabras: 1033.

08- Composición

Marinette curioseó las partituras desperdigadas sobre la mesa. Estaba acostumbrada al pequeño caos creativo de Luka, a encontrar partituras a medias incluso en el baño. La hizo sonreír, la hizo sentirse en casa, también echar aún más de menos el estar en aquel barco con él.

Aceptó la botella de té de frambuesa frío que le ofreció y se sentó en el sofá.

—No me riñas —musitó divertida—. Después de haber estado hablando por videollamada ya había pensado en usar a Kaalki para hacerlo cara a cara.

—Te escucho.

Luka se sentó a su lado recogiendo las partituras, haciendo hueco para poder dejar los vasos.

—Ya me he decidido. Me tumbé en la cama y, de repente lo vi todo claro. No voy a aceptar.

»Antes de que me digas algo como «Mari, es una gran oportunidad, piénsalo bien», ya lo he hecho —declaró señalando a Tikki con el dedo—. La estuve torturando todo el día con el tema.

—Es cierto —murmuró Tikki a quien aún le dolía la cabeza de oírla parlotear sin demasiado sentido durante seis horas seguidas.

Luka movió las manos animándola a seguir hablando.

—Quedarme hará que ir de la mano de otro diseñador famoso haga que muchos se olviden de lo del señor Agreste, lo sé y lo entiendo. Pero no quiero ir de la mano de nadie, quiero hacer mi propio camino, aunque tenga que escalar montañas y bajar por escarpados barrancos.

»Me da igual que sea duro o difícil. Soy Marinette Dupain-Cheng y a quién no le guste pues que no me mire.

—Veo que lo tienes muy claro.

—¿Estás enfadado?

La refugió en un abrazo estrecho.

—Claro que no —declaró acariciando su pelo—. La idea de pronto volver a estar juntos es...

—¿Maravillosa?

Luka rió moviéndose para buscar sus labios.

—Maravillosa, sí.

—¿Quieres venir unas horas a Nueva York? Me encantaría enseñarte el sitio donde vivo y en lo que estoy trabajando.

º º º

Rose había estado curioseando el perfil en redes sociales de Lena, tenía muchas fotos de todo tipo, incluso se había entretenido mirando las historias que había colgado respondiendo a las preguntas de sus fans. No esperaba encontrar nada raro, pero se topó con una pregunta que rezaba "¿a qué famoso o famosa te gustaría besar si se te pone a tiro?" a la que ella había contestado con un "a Juleka Couffaine".

Juleka era preciosa, no era la única que lo veía y sabía. En su propia web recibía comentarios de fans y declaraciones de amor, algunas incluso rozaban la obsesión. Juleka se sentía incómoda con ellas y evitaba leer lo que decían, pero Rose sí que lo hacía.

Se acercó a la puerta de la sala insonorizada en la que se había encerrado hacía una hora y la empujó con suavidad, Rose escuchó las últimas notas del bajo de Juleka y sintió como el estómago se le encogía. Sonaba a despedida, aunque Juleka no tenía aquel talento para transmitir conceptos sólo con las notas, lo entendió, lo sintió, Juleka iba a irse.

—Suena horrible —protestó la bajista—. Probaré en re.

Sus dedos se acomodaron sobre las cuerdas y el sonido llegó más profundo poniéndola nerviosa.

—¿Qué tocas?

—¿Te gusta?

—Sí —mintió porque no quería que Juleka se sintiera mal—. ¿Es algo nuevo?

—No, lo compuse cuando era pequeña, pero no lo había tocado nunca.

Rose, aliviada, se sentó a su lado con mirada curiosa.

—¿De cuándo eras pequeña?

—Cuando Luka se marchaba intentaba escribir cómo me sentía, no era muy buena componiendo.

»Como Jean no me dejaba tocar si mamá no estaba conmigo escribía según me parecía más correcto.

A Rose le dolía no poder consolarla ni borrar lo que les había hecho su padre a ella y Luka, Juleka era incapaz de llamarlo padre o papá y, conociendo la historia, la comprendía.

—Nunca pensé en tocarla, era una composición estúpida, además me daba vergüenza hacerlo con mamá —susurró sin mirarla, aunque no parecía incómoda—. El otro día estuve pensando en ello, busqué el cuaderno y bueno... es horrible.

—No lo es, aunque suena a despedida.

—Sin Luka era difícil vivir en casa, creo que me despedía de la poca libertad y de la seguridad que tenía con él.

»Te parecerá absurdo, pero no recuerdo mucho de lo que me hacía escribir todo esto —declaró ofreciéndole el cuaderno—. Sé que la peor parte no me la llevé yo, pero me sentía muy sola, la música me ayudaba mucho.

—Siento mucho que te sintieras así.

—No digas eso, cuando estábamos juntas me sentía mucho mejor. Después empezamos a escribir juntas y fue maravilloso.

Rose fue su refugio, a pesar de apartarse de ella cuando Luka volvía a casa, para ella siempre había sido un lugar seguro y perfecto al que regresar.

—Quiero arreglarla.

—¿Por qué? —inquirió Rose con curiosidad.

—Luka escribió sobre ello y le fue bien. A lo mejor a mí también me ayudará el hacerlo. Empezar de cero.

—Te ayudaré, será la partitura más perfecta del mundo.

No necesitaba que fuera perfecta, le bastaba con que la ayudase a pasar página por fin y vivir libre de miedos.

—Rose, si aceptase la oferta de Lena, ¿querrías seguir componiendo conmigo?

Sacudió la cabeza, ellas funcionaban bien juntas, trabajaban bien juntas. Componían canciones desde los once años, no iban a dejar de hacerlo.

—No seas tonta, Juls, ¿con quién iba a hacerlo si no?

Dejó que las páginas resbalaran entre sus dedos revelando pentagramas dibujados con pulso tembloroso salpicados con notas inseguras. Se detuvo cerca de la mitad y señaló la clave de fa en cuarta, era inusual, y la clave estaba escrita con torpeza.

—¿Me la tocarías?

—No creo que funcione, pero la tocaré para ti.

Las notas graves le erizaron la piel, no entendía el mensaje que trataba de huir de los dedos de Juleka, pero parecía ser algo tan grande y doloroso que podría quebrarla de entenderlo. Juleka dejó escapar una risita cuando un par de notas desentonaron poniendo en evidencia que estaba mal escrita, no le importaba que lo estuviera, ahora tenía la capacidad de realizar una composición correcta y más distante, menos asfixiante. Y tenía a Rose, siempre dispuesta a escucharla.

Continuará

Notas de la autora:
¡Hola! La pesada de la música ha regresado para torturaros con la clave de fa en cuarta, antes se llamaba clave de bajo; se usa para instrumentos de cuerda frotada, los de metal graves y viento de madera, también puede usarse para arpa, piano y percusión.
Mañana más.

Entre mis acordes- Fictober 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora