Miraculous, les aventures de Ladybug et Chat Noir y sus personajes son propiedad de Thomas Astruc y Zag Entertainment.
Palabras: 1076.
29.- Canciones
Estaba sola en el barco, con el mando a distancia de la tele en la mano, todos los canales estaban en alemán, no entendía nada de nada. Suponía que Juleka no le prestaba demasiada atención porque en casa tampoco lo hacía, además sabía alemán y tener que ver la tele en ese idioma la ayudaría a perfeccionarlo. Buscó un canal de música y lo dejó con un volumen no demasiado alto.
Juleka se había ido a ensayar tal y como le había dicho por videollamada. Descartó la idea de salir a hacer turismo, no quería perderse y tener que llamarla para que la rescatase de algún callejón.
Rebuscó en la nevera y los armarios, prepararía una deliciosa cena. Se sorprendió porque Juleka tenía una gran variedad de alimentos, a pesar de que odiaba cocinar. Contempló las posibilidades y se decidió por una ensalada nizarda como entrante, unas patatas gratinadas de segundo, merluza a la beurre blanc de segundo y crème brûlée de postre. Mientras pelaba las patatas se preguntó si no habría sido mejor buscar recetas de cocina alemana, no estaban en París, tal vez Juleka preferiría comer cosas típicas de Alemania. Suspiró y se concentró, ya había elegido el menú, era tarde para cambiarlo. Además, a Juleka le encantaban aquellos platos.
Las notas de su primer single la desconcertaron, dejó a medias lo que estaba haciendo y miró la tele para ver su primer videoclip. Eran unos niños. No había pasado tanto tiempo, pero era fácil ver cómo habían crecido todos. Habían escritos tantas canciones desde aquel día, habían cambiado tantas cosas...
Se cambió de ropa, deshaciéndose de los tejanos y la camiseta, sustituyéndolos por un vestido blanco con un pequeño bordado rojo en el pecho.
Los pasos de Juleka resonaron provenientes de cubierta. Rose revisó el horno para comprobar que el gratinado estaba casi listo.
—Bienvenida, Juls —musitó Rose al verla llegar al último peldaño.
—Qué bien huele.
—He preparado de todo, espero que tengas hambre.
—Voy a lavarme las manos y te ayudo a poner la mesa.
—Ya está puesta —canturreó Rose, alcanzó sus labios dándole un beso corto y cálido—. ¿Por qué no te pones algo más cómodo?
Juleka asintió, aunque no tenía demasiada ropa, se había llevado lo justo y pensado en salir de compras estando allí, pero aún no lo había hecho. Su fondo de armario era un desastre. Optó por una camiseta de encaje negro, unos pantalones de pitillo grises y sus botas negras.
La mesa estaba perfectamente decorada, con unas flores y un montón de velas, el servicio puesto para dos. Rose acomodaba la ensalada en el centro mientras sonreía alegre.
—Siéntate, todo está listo.
Tomó asiento y comieron mientras charlaban. La última vez que lo habían hecho había sido mucho antes de que ella aceptase aquella oferta de trabajo. Tal vez era porque estaban siempre juntas y eso había minado su comunicación. Juleka agradeció que todo fluyera con tanta facilidad y naturalidad de nuevo entre ellas.
—Estaba todo delicioso —declaró Juleka devorando el último pedazo de merluza de su plato—. Echaba de menos tu comida.
—Aún queda el postre, espero que tengas un huequecito.
—Sí, claro.
Rose se levantó con alegría para recuperar el postre que había preparado con tanto cariño.
—Me encanta la crème brûlée —murmuró Juleka aceptando el recipiente de barro. Golpeó la capa de azúcar quemada con la cuchara sonriendo al ver cómo se quebraba y la probó—. Está deliciosa.
—¡Qué bien! Es la primera vez que la preparo, me ha enseñado Marinette.
Marinette a quien hacer postres y dulces se le daba de lujo, pero que para cocinar cualquier otra cosa era un desastre ambulante.
—Juleka, ¿les has dicho que estoy aquí?
—¿Por qué? No es asunto suyo —respondió encogiéndose de hombros—. Ellas no me informan cuando quedan con sus parejas.
—Pero yo soy la cantante de tu anterior grupo.
—Sigue sin ser asunto suyo.
Frunció el ceño como si las palabras de Rose la hubieran ofendido, ella sólo quería evitar que pudiese tener problemas por verse y pasar el fin de semana juntas.
—Rose, eres mi novia —dijo con suavidad—. Saben que seguimos juntas, que hablamos cada día por teléfono. Que estés aquí no cambia nada.
—¿Y si le molesta a Lena?
—No quiero hablar de Lena, Rose. —Se levantó de la silla y caminó molesta hasta el sofá en el que se dejó caer—. ¿Por qué siempre acabamos hablando de Lena?
Rose se levantó también algo confundida. ¿Era así? ¿Acababa hablándole siempre de Lena? No se había dado cuenta. Se sentó a su lado.
—¿Es que te gusta Lena? —preguntó Juleka—. ¿Por eso me hablas tanto de ella?
—¡No! Pero es que... —Se mordió el labio. Juleka parecía enfadada—. Es que tú le gustas a ella.
El suspiro de Juleka la pilló por sorpresa.
—Pero ella a mí no —declaró sin un ápice de duda—. Y, aunque lo que dices sea cierto, no tengo que darle explicaciones sobre con quién me veo.
—Lo siento —susurró Rose abriendo los brazos, ofreciéndole un refugio que Juleka aceptó—. No quería hacerte daño. Es que yo...
—No tienes ningún motivo para sentirte insegura, por favor, Rose, olvídate de Lena.
Rose besó su cabeza y acarició su corta melena, aún no se había acostumbrado a aquel cambio. Deseó volver al instante en el que estaba rompiendo la capa de azúcar quemada de su crème brûlée con la cuchara y se le veía tan feliz.
—Rose.
—¿Qué pasa?
—He estado pensando.
—¿En qué? —preguntó inquieta, si le decía que quería tomarse un descanso de su relación creía que no lo soportaría.
—Me he traído los cuadernos antiguos, en los que trabajábamos juntas cuando Kitty Section ni siquiera existía.
Por eso no había podido encontrarlos, había pensado que no recordaba dónde los había guardado, aunque siempre los dejaba en el mismo lugar.
—¿Por qué no grabamos nuestras canciones?
—¿Lo dices en serio?
—Sí, ¿por qué no? —Juleka se apartó levemente y se encogió de hombros—. Hay temas que están muy bien.
—No sé si los demás querrán grabar ese material.
Juleka le sonrió y acarició su mejilla con afecto.
—No hablaba de Kitty Section, me refería a nosotras dos.
—¿En serio?
—Sí. Lo he hablado con AURORA y le parece bien, tenemos las bases y tenemos letras. Hagámoslo.
—Nuestras canciones.
—Puliré las partituras, tú haz lo mismo con las letras y cuando vuelva a París las grabamos.
Continuará
Notas de la autora:
¡Hola! Con el prompt "canciones" podría haber escrito sobre Luka, pero preferí usarlo para Juleka y Rose, le damos poca importancia a la fuerza creativa de ambas.
Mañana más.
ESTÁS LEYENDO
Entre mis acordes- Fictober 2021
FanfictionKitty Section se ha consolidado como un grupo de éxito, no sólo en Francia, sino que también ha traspasado fronteras. Lidiar con la fama no es fácil, aunque para algunos es más complicado que para otros. ¿Logrará el grupo mantenerse unido? Historia...