11.- Alemania

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Miraculous, les aventures de Ladybug et Chat Noir y sus personajes son propiedad de Thomas Astruc y Zag Entertainment.

Palabras: 1064.

11.- Alemania

Marinette bostezó mientras cruzaba las puertas automáticas que separaban la zona de pasajeros del vestíbulo del aeropuerto, arrastrando las dos maletas se maldijo a sí misma por no haber aceptado la oferta de su padre de ir a buscarla con el coche. Esperaba encontrar un taxi rápido porque se moría de ganas de ver a su familia y a Luka.

Permaneció atenta a sus pies y a las maletas, no quería tropezarse y rodar por el suelo convertida en un amasijo de brazos, maletas y piernas. Buscó la salida, cansada, bostezó de nuevo.

—¿Necesitas un poco de ayuda?

—¡Luka!

Soltó las maletas, ignoró el sonido de una de ellas al volcarse y saltó a sus brazos. La calma se extendió por su cuerpo como una caricia, por primera vez en aquellos tres largos meses se permitió dejarse llevar porque ya no iban a separarse de nuevo, estaba en casa por fin.

—¿Qué haces aquí? —preguntó sin abandonar el refugio de sus brazos.

—Tu padre me llamó para decirme el vuelo y la hora a la que llegabas —declaró acariciando su pelo—, estaba muy preocupado porque no le has dejado venir a buscarte con el coche.

—Y te ha mandado a recogerme como si fuera una niña.

—Bueno, si quieres me marcho y te dejo aquí con las maletas, buscando un taxi en plena hora punta —musitó divertido—. No me gustaría que te sintieras como una niña.

—Ni se te ocurra, no quiero que volvamos a separarnos nunca.

Luka rió y besó sus cabellos con cariño.

—Creo que sería raro estar en un escenario contigo colgando de mi espalda, pero podemos intentarlo.

Se le contagió la risa, le soltó, besó sus labios. Luka recuperó la maleta que se había volcado y Marinette arrastró la otra hasta la salida, encontraron un taxi con relativa facilidad.

—Antes de que lleguemos tengo que decirte algo. —Marinette le miró con curiosidad y un poco de preocupación—. No quise decírtelo por teléfono. Juleka deja el grupo.

—¿¡Qué!? ¿Por qué?

—Le han hecho una buena oferta por un año, necesita ampliar horizontes, experimentar, le irá bien.

—Rose debe de estar destrozada...

—La ayudaremos, Rose no me preocupa tanto como la manera en que Juleka sobrellevará la distancia.

Dejó reposar la cabeza en su hombro y suspiró, iba a ser un problema, pero no quería seguir hablando de cosas tristes.

El paseo junto al Sena le provocó un cosquilleo en el estómago, la sensación de estar en casa la embargó.

—Dejaremos tus cosas y después iremos a ver a tus padres, ¿te parece bien?

—¿Y no podría tener unos cuantos mimos antes? Porque te he echado mucho de menos.

—Podemos negociarlo, sube tú primera, yo llevaré las maletas.

Marinette cruzó la pasarela con pasitos alegres pensando en cómo iniciar aquella negociación, tal vez bastaría con deshacerse de la ropa, sí, seguro que eso bastaría. Perdió el hilo de sus pensamientos, se quedó petrificada.

—¡Bienvenida!

Le habían organizado una fiesta sorpresa para recibirla, estaban todos, Kitty Section, sus amigos, sus padres, Anarka e incluso AURORA. Luka dejó las maletas en un rincón, la rodeó con el brazo y besó su sien.

—Bienvenida a casa, Ma-Ma-Marinette.

Rose derrochó todo su entusiasmo en los primeros minutos y después se movió hasta la otra punta con discreción, no quería arruinarle la fiesta a su amiga, pero no estaba para grandes celebraciones. Miró el vaso de refresco sin interés, suspiró clavando la mirada en el agua turbia del Sena.

—Rose.

—No estoy triste —declaró Rose dejándose refugiar en un abrazo cálido—. Estoy feliz.

Si lo dijese de verdad estaría dando saltitos alrededor de Marinette, celebrando su retorno y haciendo planes. En cambio, estaba sentada en aquel rincón apartada de todos con un vaso de refresco al que no le había dado ni un solo sorbo desde hacía, por lo menos, media hora.

—Rose...

—De verdad, estoy bien.

—Hablaremos cada día —musitó Juleka—. Te haré videollamadas. No vas a estar sola.

—De verdad que estoy feliz. Marinette ha vuelto al fin, podrá ayudarme con el vestuario.

—No tienes que mentirme, sé que no quieres que me vaya.

Las manos de Rose se enredaron entre los mechones púrpura de Juleka. No quería llorar en la fiesta de bienvenida de Marinette, quería que sus últimas horas juntas fueran alegres, que fuesen perfectas.

—Sólo será un año, antes de que nos demos cuenta habrá acabado todo.

—Estaré bien —susurró tragándose las ganas de llorar—. Es sólo que te echaré de menos.

—Yo también te voy a echar de menos.

Llevaban juntas toda la vida, eran amigas desde que eran muy pequeñas y pareja desde los dieciséis. Se habían enfrentado al mundo juntas, soportando comentarios lesbófobos, insultos y alguna que otra amenaza. Cuando estaban juntas todo era más fácil, no había ningún reto que no pudieran abordar o bache que no pudieran superar.

—Pero Heidelberg sólo está a una hora y cuarto en avión de París, podemos vernos.

—Lo sé, Juleka...

—Y no voy a dejar de quererte porque no estemos juntas.

Rose siempre había creído que ella era la fuerte de las dos, la más segura, la más valiente. Sin embargo, no lo era. Al empezar a salir juntas se había dado cuenta de que mientras ella estaba perdida, Juleka, sabía qué hacer y cómo avanzar. Después que cuanto más las atacaban más la defendía, incluso encima del escenario, Juleka cogió el micrófono y pidió que cerrasen la boca, que si no estaban allí por la música podían irse por donde habían venido. Juleka era la fuerte, la segura y la valiente.

—Siento que no te estés divirtiendo por mi culpa.

Juleka rompió el abrazo, tiró de ella obligándola a levantarse, la besó en la mejilla ignorando sus ojos llorosos.

—Venga, Rose, vamos a divertirnos.

La siguió dócil hasta donde estaban todos reunidos riendo y jaleando a Luka que acababa de robarle un beso a Marinette.

Ojalá pudiera estar tan feliz como el resto, celebrando su regreso, disfrutando de ver a Luka sonreír como si todo fuera perfecto de nuevo. Pero su cabeza estaba en otro lugar, en otro país, aunque Juleka tenía razón y Alemania estaba a la vuelta de la esquina.

Marinette se apartó de Luka, se movió hasta a ella casi como si flotara y la abrazó con fuerza.

—Rose, todo irá bien —le susurró en el oído—. Cuidaremos de ti.

Continuará

Notas de la autora:
¡Hola! Ayer no pude actualizar por temas de salud, así que trataré de subir el próximo esta misma noche. Marinette regresa y Juleka se marcha, más enredos se aproximan por el horizonte. Si habéis leído "Nosotras" os sonará lo de Juleka sabiendo qué hacer y cómo avanzar.

Entre mis acordes- Fictober 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora