Sí, somos mujeres

Distante Recuerdo (Parte 1)

TW: En este capítulo se tocará, muy por encima, el tema del abuso sexual... No es el tema principal, pero va a estar muy presente en algunos diálogos y pensamientos del personaje principal.

No soy una experta en el tema, tampoco hice una búsqueda exhaustiva, y no estoy segura de sí lo representé correctamente, intento explorar estos temas a medida que escribo fanfics.

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Era un colorido y animado Día de Muertos como todos los años. La familia Rivera se veía feliz de celebrar junto a sus vecinos y amigos extranjeros, el patio se veía más lleno de vida que nunca antes.

Algo captó la atención de nuestra inesperada protagonista.

Un par de chicas, se veían de su edad, una tocaba la guitarra, cantaba y bailaba junto a la otra, mientras que la más alta solo reía e intentaba seguirle el paso a su baile. De pronto algo pasó, la de coleta tomó del rostro a la de pelo corto y la besó. La músico sonrió apenada ante su tierno detalle.

Sus ojos ambarinos veían tal acto de cariño con sorpresa.

No solo porque eran dos chicas, si no porque ella desconocía ese tipo de amor.

Tierno, inocente, mutuo, incondicional... Verdadero.

Apartó la vista, ella no estaba ahí para esto, tiene algo más importante que hacer, a pesar de que no le agradaba la idea de cumplir las peticiones de un muerto.

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Pero para entender esta historia debemos empezar por el principio... El día anterior, cuando Marcela De La Cruz llegó a Santa Cecilia como castigo.

¿Por qué la castigaron? En palabras de su madre, por "comportamiento inapropiado".

—Subiré tu maleta, ahora vuelvo —Dijo su padre.

—Yo lo hago —Dijo la desganada chica —Sé donde queda mi cuarto todavía.

—Pero te ves muy cansada, mija...

Y el hombre no mentía, bajo sus bonitos ojos habían unas marcadas ojeras. Esto a causa de no dormir bien por estar pensando en que estaría compartiendo el mismo espacio con otro hombre durante 3 días seguidos.

Era su padre pero... ni en su madre puede confiar.

Rato después de haber subido sus maletas, cayó dormida sobre su antigua cama. Dentro de un par de horas de sueño, un delicioso aroma le despertó y se topó con el atardecer sobre su ventana. Marcela bajó al primer piso, atraída por el aroma de la cena que estaba preparando su padre.

El mayor le pidió un poco de su ayuda, y ya que la joven se sentía sin nada que hacer, aceptó auxiliarle.

—Creí que te gustaban las trencitas —Comentó su padre, acercando su mano a su cabello corto.

—Pues ahora las odio —Murmuró temerosa sintiendo aquellos grandes dedos tocando la punta de su cabello.

—Oh, está bien, no digo que se vea mal tu pelo cortito —Negó su padre, viéndola con preocupación —Te ves muy bonita.

—Gracias... —Dijo extrañada, por la reacción positiva de aquel hombre —Y perdón por decepcionarte —Sintió la necesidad de disculparse. Su padre la miró confundido y ella se explicó —Por cortarme el cabello... Todos me dicen que se veía mejor largo...

—No digas eso —Dijo severo —Sé que... Debes hacer cualquier cosa para satisfacer a tus fans, y yo por supuesto, soy tu fan #1, pero... Como padre, no tienes porqué satisfacerme, te apoyaré en lo que decidas hacer. Mientras no te perjudique, claro.