6. Raperos y lenguas fluidas

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—¿Qué tal tu visita con la abuela? —preguntó Chen Zexi a Xiao Zhan.

—Bien. Creo. Todo cool.

—Ya. ¿Y qué le has dado de regalo?

—Mi visita bastaba.

—Claro. Una visita sincera, ¿No? Sin mentiras ni nada.

Xiao Zhan comenzaba a ponerse nervioso. ¿Sería posible que sus amigos lo hubieran descubierto?

Los ocho chicos estaban casi seguros de que el día anterior la había pasado con Wang, había que descubrir si era real o no.

Por entonces, no tenían tiempo de jugar a los detectives. Eran sus últimos ensayos y querían ir al centro comercial a robarse ideas de los escaparates de modas.

Xia Zhi mostró a los chicos unos estilos de ropa un poco rockeritos que a todos había gustado. Cada uno dijo lo que te la en casa. Lo único en lo que combinaban era en los pantalones negros.

—Está bien. Iremos de compras —dijo Xiao Zhan casi sin prestar atención. En realidad, aún no superaba el beso de la noche anterior. Cuando no hablaba o no le pedían su opinión se centraba en recordar cada movimiento del castaño sobre su boca. Deseaba tanto volver a besarle.

Tanto fue su concentración, que no notó cuando llegaron al centro comercial. Él sólo iba en su mundo, recordando que un día atrás, había pisado aquel mismo pasillo con Wang Yibo.

Quizá sus amigos iban hablando de sus vestuarios (o eso quería pensar él) porque de pronto de detuvieron frente a un escaparate con chamarras de cuero, justo como las habían imaginado.

Chen Zexi, quién era el que más dinero tenía de los nueve, les propuso poner la mitad del valor total de las nueve chamarras. Zhan, Yann, Lei y Wu eran los que menos dinero tenían en ese momento. Aceptaron la propuesta pero temían cómo lo cobraría su amigo después.

Al cabo de un rato, los nueve salieron de la tienda con sus bolsas de compras en la mano. Llamaron la atención de aquellos que pasaban frente a ellos.

En el momento que decidieron que ya no comprarían más, se fueron a la casa de Zexi a probar su nuevo atuendo y posteriormente ensayarían una vez más para el concurso.

Mientras andaban por el pasillo, ninguno de los nueve se percató que, en la estética popular del centro comercial, cinco unicornios también hacían su cambio de look.

—¿Por qué a dónde quiera que vamos están los Gremlins? —se quejó Yixuan.

—Porque Yibo es imán del Gremlin mayor.

—Ja, ja, ja, ja —dijo con sarcasmo Yibo —idiota.

En la smartv del local pronto comenzó a sonar «Permission to dance». Los chicos cantaron las partes que se sabían de la letra. De alguna manera esa canción los representaba.

—Yixuan, debo enjuagar tu cabello —dijo la tía de Wenhan. El mayor del grupo asintió y se movió de lugar. Mientras tanto, Seungyoun miró a Yibo.

—Estás quedando genial tío —halagó  —¿Crees que me vaya bien el cabello de colores?

—Por supuesto —dijo Yibo —se te verá mejor que el rubio que se pondrá Yi.

Ambos amigos se rieron.

Llevaban un par de horas haciendo sus cambios de look.

Li Wenhan se había cortado el cabello y estaba cambiando el color negro a uno cobrizo. Sungjoo sólo cambió el color. Mientras que Yixuan y Seungyoun lo decoloraron. El único que pidió algo diferente fue Yibo.
Se había creído muy enserio el tema de rapero y quería parecer uno. Aunque el concurso era hasta el día lunes, planeaban usar gorros para no mostrar el nuevo estilo de sus cabellos.

(DES)CONOCIDOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora