12. Caminamos juntos como amigos

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En la cafetería, Han Mubo y Xiao Zhan hablaban de la materia de arte y también de otras dos en las que, casualmente, también coincidían.

El móvil de Xiao Zhan no había dejado de sonar. Era Wang Yibo que le anunciaba que tenía hora libre y quería verle.

—Bo, si quieres buscar a Xiao, debe estar en la cafetería —dijo Sungjoo —está con el chico nuevo.

—¿Chico nuevo? ¿Qué chico nuevo? —preguntó Yixuan.

—No sé. Un tío que de repente apareció y pidió a Xiao Zhan que le ayude con la materia de arte.

Yixuan se quedó callado un segundo y observó a su amigo. No tenía buena cara, mucho menos cuando se puso de pie y comenzó a caminar hacia la cafetería.

—Oh, oh.

Yibo mentiría si no dijera que sintió celos. Por muy absurdo que pareciera, tenía miedo de que aquel chico en verdad destruyera el avance que tenía con Xiao Zhan.

Llegó a la cafetería y lo buscó con la mirada. Estaban casi frente a la barra de comida y Xiao Zhan se reía de lo que estuviera diciendo el otro tipo.
Se acercó ahí con pasos firmes.

—Hola, Zhan —dijo Yibo al estar ahí.

—Ah, hola, Yi. ¿Te quieres sentar?

No se detuvo a decir sí o no y simplemente lo hizo. Se colocó junto a Xiao Zhan y sacó de su mochila una barra de chocolate. El favorito de Xiao Zhan. Se lo entregó.

—¿Cómo sabes que es mi favorito? —le preguntó, tratando de evitar sonrojarse.

—Un pajarito por ahí me lo contó —«uno llamado Yan Xujia» —pensó mientras recordaba que el día anterior le pagó quince yuanes al menor para que le dijera cuál era la golosina favorita de Xiao Zhan.

—Gracias. Me encanta.

Abrió la envoltura y enseguida le ofreció a Yibo del chocolate y después a Mubo, que estaba concentrado en copiar el temario del cuaderno de Zhan.

—No, gracias, soy alérgico al chocolate —dijo el chico nuevo.

—Oh, es una lastima. El chocolate es lo más hermoso que existe en el mundo.

Después, continúo comiendo. Cada que mordía su chocolate, también le regalaba a Yibo, aunque éste se había puesto en un modo extraño, cada que Zhan le ofrecía, él abría la boca para que el mayor le diera directamente en la boca, como niño pequeño.

—¿Por qué haces eso Wang Yibo? —preguntó él —realmente das ternura.

—¿Y te gusta que sea tierno?

Las mejillas de Xiao Zhan se habían colorado. Por supuesto que le molaba Wang Yibo en modo dulce, modo sexi, modo rebelde y en cualquier faceta que éste tuviera.

—Mn. Me encanta.

De poco en poco, e inconscientemente, fueron acercando sus rostros. Ambos sabían que los labios del otro tenían sabor a chocolate y querían probarlos.

Lo hubieran hecho si no hubiera sido por Mubo, que carraspeó la garganta y los interrumpió.

—Lo lamento, Xiao, aquí está tu cuaderno. Gracias.

—¿Seguro que has copiado todo?

—Sí. La mayor parte.

—Si quieres llévatelo y me lo entregas la siguiente clase.

—¿Seguro? —preguntó esta vez el chico nuevo. Xiao Zhan le dijo "sí" con la cabeza —bien. Gracias —Mubo guardó sus cosas y luego se colgó la mochila al hombro —ahora, me voy a clase.

(DES)CONOCIDOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora