11. Resaca y culpas

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A la mañana siguiente, los integrantes de la casa, despertaron cerca del medio día.

Todos tenían una resaca insoportable y la mayoría no recordaba qué había sucedido después del juego de semana inglesa. Lo que realmente los asustó, fue que amanecieron en diferentes camas, por parejas y se había armando un trío.

Xia Zhiguang, Zhao Lei y Yan Xujia, estaban en la misma cama. Ninguno de los tres tenía idea de cómo llegaron hasta ahí y por qué vestían sólo la mitad de ropa.

En la habitación continúa, Los dos Jiacheng y Ziven amanecieron en el piso, afortunadamente todos con ropa. En otra recamara, Chen Zexi y Kim Sungjoo también despertaron semi desnudos. Aquí, el chico Coreano sí recordaba un poco de la noche anterior: Se había besado con Zexi luego de jugar semana inglesa.

También estaban Peng Chu Yue y Cho Seunyoung, quienes habían terminado casi de la misma forma, sólo que frenaron antes a falta de preservativos. Esa tarde, Yue pensaba comprar algunos por si se volvía a dar la oportunidad.

Una de las penúltimas parejas eran Yixuan y Wenhan, quienes amanecieron en la misma cama. Hann fue el primero en despertar y notar aquella incomoda situación. No tenía ni la menor idea de cómo había terminado ahí y el echo de mirar a Yixuan sólo le entristeció más. Hann estaba seguro que se habían pasado de tragos y que, el resultado de estar así, era por culpa del alcohol. Con sumo cuidado, se puso de pie y salió de la habitación. Prefería fingir que había despertado solo en el sofá de la casa.

Por último estaban Xiao Zhan y Wang Yibo.

El primero en despertar fue el castaño, quien notó enseguida su desnudez y la de Zhan. Él sí lo recordaba todo. Sonrío tiernamente cuando se acercó a Xiao Zhan y vio cómo sus cabellos negros caían sobre su frente. Era hermoso.

Con precaución, se acercó por completo a su rostro y depositó un beso en sus labios. Xiao Zhan despertó al tacto.

—Hola —susurró Yibo. En su rostro tenía una sonrisita traviesa -buenos días, principito.

Xiao Zhan parpadeó un par de veces para acostumbrarse a la luz de la habitación. Era casi medio día y los rayos se filtraban mucho por la ventana.

—¿Estás bien? ¿Te... te duele?

Xiao Zhan seguía sin responder. Observó a Wang Yibo y notó que no llevaba la parte superior de su ropa. Examinó un poco la cama hasta notar que él tampoco llevaba puesta la pijama.

—¿ZhanGe?

—Yibo... ¿Qué sucedió anoche? —preguntó alarmado. Quiso guardar la calma cuando sintió que tampoco llevaba puesta ninguna prenda intima y que estaba al desnudo bajo el par de sabanas.

—Nosotros... lo... lo hicimos —confesó Yibo, quien mostraba ahora inseguridad. Su sonrisa se había transformado luego de mirar a Xiao Zhan tan asustado —anoche nos emborrachamos todos y... lo hicimos Zhan.

El pelinegro, asustado, hizo a un costado las pocas cobijas que le cubrían y se puso de pie. Le dolía un poco las piernas y el trasero, mas ignoró el dolor y rápidamente cogió su ropa interior y buscó algo más que ponerse.

—¿Xiao Zhan? —preguntó Yibo, imitándolo y usando lo mismo que la noche anterior —¿te lastimé?

Aunque había llegado hasta él y trato de detenerlo cuando el pelinegro iba a salir de la habitación, Xiao Zhan no le permitió que lo tocara.

—Déjame en paz, Wang Yibo.

—Pero no te hice nada malo, Zhan. O si te he lastimado... dime, e iré a buscar algún analgésico.

(DES)CONOCIDOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora