23. Pandemia

675 146 77
                                    

Los ensayos de teatro terminaban a las cinco de la tarde. Después de ahí, los chicos se iban a sus casas o algunos se escapaban de cita con sus respectivas parejas.

Wang Yibo y Xiao Zhan no habían tenido algún encuentro sexual desde la plática con el dentista sobre el embarazo de su gata. A demás, que el pelinegro no había tenido ganas de hacerlo.

Por otro lado, Yixuan y Wenhan parecían insaciables; frente a sus amigos se comportaban normales, un poco distantes y quizá sólo se dedicaban miraditas cuando nadie les veía, pero al estar a solas, ambos se volvían a entregar a la pasión.

Hann sabía que era el "ciclo" del que una vez le habló el médico, por ello, se aseguró que Yixuan utilizara preservativos completamente nuevos. Aún no sabía si habían funcionado las pastillas de emergencia y estaba esperando ansioso la cita con el médico.

Xiao Zhan por otra parte, estaba emocionado con su gata. Antes había visto el embarazo de la gata de Wu, cuando nació su pequeña Jianguo, y ya quería saber cuántos gatitos tendría, por ello, decidió llevar a su gata al veterinario para que el médico le hiciera un ultrasonido.

—¿De verdad existen los ultrasonidos para gatos? —preguntó Chen Zexi. Habían ido todos en grupo.

—Sí. ¿No sabías?

—Nunca he tenido una mascota. ¿Cómo iba a saberlo?

Xiao Zhan soltó una pequeña risa y se encogió de hombros. Bien, ya tenía un futuro padre para uno de sus nietos.

Los nueve chicos se encontraban en la sala de espera de la clínica. Aunque había más gente, ellos ocupaban la mayor parte del lugar y miraban los peces en la vitrina, revistas de mascotas o le hablaban a los animales de otras personas. Había un señor que llevaba un mini pig y Yan Xujia se divertía jugando con él.

—Oye Gege Xiao, ¿No crees que el embarazo de tu gata sea contagioso? —Preguntó Wu Jiacheng.

—¿Contagioso? Ni que fuera enfermedad.

—No. No lo es, pero... Bueno, cuando Mumi se embarazó, también se embarazó la vecina Qing, ¿Recuerdas? Que le hicimos burla porque dijo Yue que también se había subido al techo.

Xiao Zhan lo recordaba. En aquel entonces tenían como quince años.

—También se embarazó mi tía que vive a la vuelta, y su mejor amiga.

—Son coincidencias —dijo el pelinegro, rascando la barriga de su gata.

—Yo no lo creo. También pasó algo así por mi barrio una vez —dijo Gu Jiacheng —al menos tres mujeres de mi calle estaban embarazadas al mismo tiempo.

—¿Y qué dices de tus padres? —interfirió Chen —tu mamá y la de Wang estaban embarazadas casi al mismo tiempo. Si haces bien las cuentas, también la mamá de Wu y Yue. A demás de las nuestras.

—Estáis tontos. Cosas que pasan por casualidad.

—Yo que tú me cuidaría bien. En una de esas llevas un mini Yibo dentro —Wu estiró su mano y acarició el vientre de amigo. Recibió un manotazo por eso.

Zhan bajó a su gata y la dejó en el piso para que jugara con Gu Jiacheng.

—La gente queda embarazada porque quiere —Xiao Zhan se cruzó de brazos —es muy fácil simplemente no pensar en embarazos para no atraerlos y listo. No pasa nada.

En la escena, los ocho chicos se quedaron en silencio. Aquella frase parecía un mal chiste que a nadie le causaba ni un poco de gracia.

—¿Qué? —preguntó el pelinegro.

(DES)CONOCIDOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora