29. Intentos Fallidos

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Al día siguiente de la cena, Wang Yibo llegó a primera hora a casa de los Xiao. Él llevaría al pelinegro a la universidad.

A pesar de que al inicio se resistió, Xiao Zhan terminó por ir abrazado detrás del castaño. Se aferró a su cintura cuando Yibo aunmetó la velocidad y se sujetó a él cuando estuvo a punto de caer al bajar de la moto.

—Gracias por traerme —dijo el pelinegro colgándose la mochila al hombro.

—Espera, ¿No me darás un beso de agradecimiento?

A pesar de que había mucha gente en el lugar, Xiao Zhan sólo se aseguró de que no estuvieran sus amigos cerca. Regresó hasta Yibo y le dio un beso en la mejilla. Luego salió corriendo.

—Vaya, vaya. Gremlin Mayor te ha perdonado —dijo Zhou Yixuan, saliendo de la nada.

—Todavía no. Pero accedió a que le trajera. Ya es algo —Yibo también cogió su mochila y comenzó a andar con Yixuan hacia el edificio de su primer clase —¿Qué sucedió con Hann?

—Tú lo sabías, ¿Cierto? —Yibo no respondió, su silencio lo hizo por él —genial. Seguro que parezco idiota por ser el único que no tenía ni pito de idea. Ahora Hannie de verdad no me habla. No sé cómo acercarme a él.

—Primero deberías disculparte. Por todo lo que dijiste y lo que insinuaste. Después, apoyale. Hann... Puede cometer alguna locura en cualquier momento.

—¿Qué clase de locura?

A Yibo ya no le correspondía hablar de eso. Sólo volvió a sugerir a Yixuan que luchase por Wenhan, o al menos, que no le dejara solo.

Así como él, que en cuanto tuvo una hora de descanso, fue a la cafetería del sótano a comprar algo de comer para su chico, quien aceptó sólo porque ya tenía hambre.

—¿Cuándo es la siguiente cita con el doctor? —preguntó Yibo, tratando de sacar un poco de plática.

—La próxima semana.

—¿Y puedo... acompañarte?

Xiao Zhan no respondió enseguida. Le había prometido a su mamá que iría con ella, y Yibo no podía enterarse que ya le había dicho del embarazo.

—No sé. Te aviso —respondió finalmente —voy a clase. Gracias por la comida.

Por último, Xiao Zhan bebió un poco de agua y luego se puso de pie. Antes de poder dar dos pasos, Yibo lo detuvo.

—¿Y mi beso de agradecimiento?

—Ya te he dado uno esta mañana.

—Ya. Pero eso fue por traerte. Este es por alimentarte.

Xiao Zhan soltó un pequeño suspiro a modo de queja.

—¿Cuánto fue? Te lo pago.

—Un beso en los labios. Si no quieres pagarlo, tendré que arrastrarte a algún rincón a que lo hagas.

En el rostro del castaño se dibujó una sonrisa traviesa cuando notó que Xiao Zhan miraba en todas direcciones, asegurándose que nadie lo viera. Como vio que no se decidía, levantó los labios, exigiendo el beso.

—Ash... —se quejó Xiao Zhan un segundo antes de acceder. La verdad era que se le habían antojado esos labios rojos y carnosos.

Rápidamente, se inclinó y acercó su rostro al de Yibo. Unió sus labios durante un segundo y luego se alejo, casi corriendo.

El castaño le vio de espaldas mientras se alejaba y no pudo evitar morderse los labios al ver que el redondo trasero de su doncel estaba más grande. Sonrió orgulloso por salirse con la suya y porque pronto podría volver a acariciar ese culito.

(DES)CONOCIDOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora