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Publicado y corregido mis amores :* 

ANTES

Alberto se despidió de mí frente a la puerta de la casa y después dio media vuelta para irse. Utilice toda mi fuerza de voluntad para no preguntarle si me llamaría para salir mañana, ya que el tema no salió a colación, o si haría algo divertido por la noche.

En fin, me limite a verlo irse. Su espalda era sexy. No era que yo lo pensara, era un hecho.

Suspire y abrí la puerta.

La casa estaba sola.

Fruncí el ceño.

Se supone que mi madre iba a cocinar, como siempre cuando había visitas, pero no olía a nada ni tampoco se escuchaba el radio, que acostumbraba poner cuando quería inspirarse.

-¿Hola?-pregunte sin recibir respuesta alguna.

Me puse a caminar por toda la casa, pero sin encontrar pistas de que alguien hubiese estado en ella durante mi ausencia.

Por último, me dirigí a mi cuarto con la esperanza de que mi madre hubiera dejado una nota y efectivamente, detrás de la puerta encontré una nota que decía lo siguiente:

¨Kali

Tus tíos y nosotros hemos decidido salir a comer solos. No queríamos interrumpir tu rutina.

A la hora de la cena esperan poder saludarte y platicar contigo.

Hay lasaña fría en el refrigerador.

Mamá¨

-Me lleva-musite mientras arrugaba la nota.

Bien podría estar con Alberto y sus amigos, comiendo alitas y hablando de libros. Pero no. Pudieron haberme marcado por teléfono y avisarme que no iban a comer en casa. Pero no.

Es cierto, ya tenía 17 años y me agradaba que mis padres me dieran mi espacio. Pero es que a veces sentía que más bien no querían que irrumpiera en sus espacios.

Ya que. Suspire y tome un libro que mi madre me había traído ayer, Plaza de Almas, calenté la lasaña que estaba en el refri en el microondas y me senté a comer y leer en soledad.

Oh dulce soledad.

Como a eso de las 5 pude terminar de comer, ya que la lectura me interesaba más que la lasaña, y subí un rato más a leer a mi habitación.

Supongo que en sí, mi vida se limitaba a esto. Comer, soledad, leer. Leer, comer, soledad. Música claro, películas obviamente y muchas series de Netflix. Una vida súper osada.

A eso de las 6, decidí que no quería pasármela leyendo un sábado por la tarde, así que mejor baje para ver Bones.

Mientras bajaba por las escaleras me llego un mensaje de texto al celular. Me detuve en el último escalón y abrí el mensaje:

¨No llegaremos a cenar. Pasaremos la noche con tus tíos. Mañana iremos los cinco a desayunar¨

Me senté en el escalón y suspire.

Genial, ahora no tenía nada que hacer el resto del día.

-Toc, toc-dijo una voz sobresaltándome.

Fruncí el ceño. Me acerque a la puerta y pegue el oído a ella.

-Toc, toc-dijo Alberto a la vez que golpeaba la puerta.

Retrocedí un poco y abrí.

-Hola Kali-saludo Alberto pasando sin esperar a que lo invitara a entrar.

Por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora