23

220 21 3
                                    

El pulso se me disparo olímpicamente  mientras le arrojaba los brazos al cuello.

Sus labios, su piel...Alberto me presiono contra el poniéndome una mano en la cintura. Cerca, muy cerca. Podía sentir el contorno de sus músculos.

Gemí contra su boca cuando sus dedos febriles subieron el bordillo de mi blusa y acariciaron mis costillas.

-Kali...-susurró Alberto con voz ronca mientras deslizaba su nariz por mi cuello.

-¿Alberto?-se escucho una voz lejana acompañada de crujidos en la escalera.

El cuerpo de Alberto se tenso por completo; donde había flexibilidad ahora solo había una cruda movilidad.

-¿Estas allí?-era Raiza. Aún se escuchaban el crujir de los escalones de madera.

Alberto se separo de mi. Tenia una mirada extraña en el rostro y las mejillas febriles. Tomo aire hondamente, como si el también se hubiera quedado sin nada y se acerco para besarme delicadamente, un leve toque, apenas un murmullo de viento.

-Enseguida voy Raiza-dijo Alberto después de aclararse la garganta y después se acerco a mi oído-. Tu y yo no hemos terminado-susurro y salio de la habitación.

Estaba pasmada. Alberto atrofiaba mis neuronas. Sus besos eran como una descarga de adrenalina que se agotaba demasiado rápido.

Una ráfaga, un rayo. Solo dejaba humo a sus espaldas.

Me acerque a la cama mas cercana y me desplome de espaldas en ella.

Me acaricie las mejillas aún calientes; roce con el indice mis labios, hinchados por los labios del chico que había abandonado la habitación segundos atrás pero cuyo olor tenia impregnado en el cuello.

¿Como es que la vida pasaba tan deprisa? Una semana. Una semana llevaba de entrar en su vida; de que el entrara en la mía. De platicar, de conocernos. Una semana de miradas inconcisas, palabras irónicas, salidas nocturnas...

Recordé vagamente las magulladuras de su rostro la noche en que ataco a un asaltante justo fuera de mi casa. Recordé la mascarada; el baile, las luces, el beso en aquel árbol...

Respire profundo y tronandome los dedos me puse de pie de nuevo.

Salí al pasillo esperando ver a Alberto y Raiza pero no había ni rastro de ellos así que baje para reunirme con los demás.

Estaban dos en la cocina.

-¡Kali! que bueno que bajas, necesitamos tu opinión-exclamó Alexis en cuanto me vio y todos me hicieron señas para que me acercara.

-¿Sobre qué?-pregunté mientras me sentaba en una de las sillas de la barra.

-Queremos ir de excursión, tu sabes, explorar el terreno- explicó Andrés antes de meterse un bombón a la boca-. Pero mientras que la mitad de nosotros quiere hacerlo de noche, la otra mitad, la mitad estúpida, (lo siento nena, pero es cierto)-dijo refiriéndose a Fa que puso los ojos en blanco- quiere hacerlo al atardecer.

-La mitad sensata-indicó Miguel y Vale asintió de manera energética.

-Cállense-pidió Andrés cogiendo otro bombón que le arrebato Alexis para echárselo a la boca-. Total que los sometimos a votación y fue un empate.

-Val, Miguel y yo somos del team salir al atardecer-dijo Fa quien había comenzado a ordenar la comida en las alacenas.

-Alexis, Andrés y Raiza, quien nos abandono después de votar, son  team salir al anochecer. El team idiota por cierto-indico Miguel ganando se una mueca por parte de Andrés y haciéndome reír.

Por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora