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Medianoche.

La oscuridad había terminado por abarcarlo todo y las estrellas, miles y miles, brillaban para nosotros en la fogata.

Estabamos en mitad del bosque, la luz de la luna quedabapracticamente oculta tras las ramas de los pinos.

El fuego, la unica luz aparte de las estrellas y luciernagas, nos iluminaba los rostros y podia ver la alegria en las caras de los chicos. Y algo aun mas allá, la hermandad.

Alexis y Andres peleaban por ver quien asaba mejor la salchica y Val las probaba. Fa trenzaba el cabello de Raiza y Miguel trataba de abrir una bolsa de bombones.

-¿Quieres ayuda cariño?-dijo Val despues de verlo batallar.

-No, no...estoy seguro de que ya esta abriendo.

Alberto, que había ido por mas salchicas a la camioneta, llego riendo.

-Justo en el ¨abre facíl¨

-La mayor de las mentiras-masculló Miguel mientras intentaba abrirlo por el otro lado.

Alberto dejo las salchicas al lado de Vale y camino hasta el tronco en el que yo los miraba a todos.

-¿Estas bien?-pregunto besando mi mejilla.

Asiento con la cabeza. Los grillos suenan a la distancia.

-Es solo que...son como un concierto de musica clasica.

-¿Quienes?

-Ustedes...miralos; van al mismo ritmo, siguen una misma melodia, todo lo que hacen provoca una serie de cosas impresionantes. Una risa, un empujon, una palabra. Son todos tan distintos, y logran una armonia tan preciosa.

Cuando termine de hablar me senti un poco cohibida y mas cuando Alberto no dijo nada; me gire para mirarlo.

Me miraba a mi.

-¿Qué?

-Nunca lo habia visto de esa manera-confesó y se volvio hacia ellos-. Somos muy distintos. Y de alguna manera logramos que esto funcione...Quiza porque de eso se trata la amistad. De complementar para descubrir, para mejorar y aceptar.

Asenti y sonrei. De alguna manera, tambien me sentía parte de este pequeño concierto.

-¡Vamos, chicos! Sientense todos. Es hora de las historias de terror-exclamó Miguel despues de lograr abrir la bolsa de bombones y repartirnos largos palitos de madera para ponerlos al fuego.

Una vez que estuvimos alrededor de la fogata, Alexis comenzo a contarnos una experiencia que tuvo cuando el y Raiza grabaron en una casa abandonada. Despues Andrés nos narro con voz de ultratumba uno de sus cuentos favoritos de Poe.  Casi se me sale el corazon cuando pego un grito terrible, simulando al señor Valdemar.

Y asi, cada uno conto una historia: algunas de verdad terrorificas (como la de Val) otras simplemente absurdas (como la de Alberto) pero geniales en verdad. Recargada sobre el hombro de Alberto, me di cuenta de que era mi turno de contar una historia. Pero no me sabia ninguna.

-Lo siento chicos, yo mejor les cuento un chiste-confese y rieron.

-¡Vamos! Aunque sea cuentanos tu cuento de terror favorito.

Estaba en proceso de elegir cuando...un estruendo nos sobresalto a todos. Alexis se giro asustado y Fa corrio hacia Andrés.

-¿Que ha sido eso?-pregunta Val.

-Sono metalico-señalo Andres.

Raiza se gira hacia nosotros pero nos encogemos de hombros, nos ponemos de pie y rodeamos la fogata para acercarnos a ellos.

Por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora