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Entonces, cuando estaba a punto de entrar en panico por no saber que ponerme, un mensaje entro a mi celular.

"Viste formal, por favor."

Era de Alberto. Lo lei dos veces. Si no hubiera dicho porfavor y si no fuera Alberto, me habria puesto solo por molestar un short deshilachado y una camisa con grasa.

Pero era Alberto y habia dicho por favor.

Tomando aire me levante y abri mi closet de nuevo.

Busque hasta el fondo y mi mano se topo con una bolsa plastica gruesa. La tome por el gancho y la saque.

Abri el cierre de la bolsa y mire nerviosa el vestido.

Mi padre me lo habia traido de obsequio en uno de sus viajes a Francia. Pero a mi no me gustan los vestidos y era demasiado...fino para mi gusto.

Pero era...lo unico formal que tenia.

Palpe la tela. Suave, delicada, delgada.

Demasiado corto, pienso.

Era negro y de tirantes finos como el hilo. La falda tenia vuelo y unas piedresillas casi invisibles en el cuello que caia en una V poco pronunciada. La espalda del vestido estaba bastante descubierta.

Temerosa me lo puse, batallando un poco para subir el cierre. Me quedaba como un guante.

Me mire al espejo. Pero no me hice ningun comentario a mi misma.

Eran las 7:30.

Me calze un par de zapatillas negras y deje que mi cabello cayera en ondas castañas a lo largo de mi espalda.

No me gustaban los collares ni los aretes. Las pulseras si pero todas eran sobre libros y decian cosas como: CRUEL, Mundano de shit, Luxen de corazon...etc.

-No puedo creer que este haciendo esto-me digo a mi misma cuando camino al cuarto de mis padres y saco el joyero de mamá.

Tomo un par de piedresillas diminutas de color plata que resultan ser aretes.

Corro a mi habitacion de nuevo y busco un bolso pequeño de mano. No tengo, y lo recuerdo demasiado tarde asi que vuelvo corriendo al cuarto de mi madre y me encuentro con una docena.

Tomo el menos ostentoso y meto mi celular, un par de chicles y mis audifonos.

Quedan 5 minutos para las ocho.

Sintiendome rara me rocio un poco de perfume, el unico que me gusta porque huele muy leve y es para nada dulce.

Solo me pongo rimel. Nunca maquillaje.

Bajo las escaleras y lucho por no entrar en panico.

Esta es mi primer cita. En general. Nunca habia tenido ningun tipo de cita.

Pero habia leido mucho sobre esto y esperaba que toco saliera bien.

A las 8 en punto el timbre sono.

Tome aire. Solte aire. Me mordi el labio inferior y abri la puerta.

Parpadee fuertemente. Para nada discreta.

-Te ves...bien-dijo Alberto un poco cohibido.

Yo no podia hablar. El traje negro, la corbata, la camisa, los zapatos, su cabello...

No...este no era un mortal común. Quiza fuera un semidios. Hijo de Afrodita de seguro.

Trate de componerme y sonrei.

Alberto hizo una reverencia arrancandome otra sonrisa mas. Me tendio la mano y esta vez la acepte.

Me miro sorprendido.

Por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora