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Fa llego en el preciso instante en el que Alberto termino de hablar y nos obligo a entrar. No paraba de parlotear acerca del banquete que estaban a punto de ofrecer.

Estaba...confundida. No podia procesar nada.

Que ya no podria deshacerme de él...

Yo no queria deshacerme de él.

Queria...¿Que queria?

La velada paso, preciosa. Innolvidable.
La comida fue en verdad deliciosa, un banquete esplendido.
La platica fue fluida (excepto entre Alberto y yo) e incluso Andres contó unos chistes divertidisimos sobre Fa.

Nos encontramos tambien con Vale y Miguel, quienes tomados de la mano en todo momento, tambien cenaron con nosotros.

-Deberiamos irnos-dijo Alberto tomandome de la mano.

Haciendo contacto conmigo desde...nuestro momento.

-Llevate el carro de nuevo, Miguel nos llevara-ofrecio Andres tendiendole las llaves a Alberto.

-Gracias, te llamo luego.

Me despedi de sus amigos y Vale me guiño el ojo antes de irme. Le frunci el ceño y ella señalo con su cabeza a Alberto. Me puse colorada.

El camino al auto fue...¿denso? No era incomodo, solo raro.

Me abrio la puerta del copiloto.

Me alise el corto vestido y respire temblorosamente. Me quite el antifaz y el gire nerviosa con los dedos.

Alberto entro en el auto, lo encendio y salimos del estacionamiento.

Lo mire.

Tenia la vista fija en el frente, sus nudillos se marcaban por la fuerza con la que sujetaba el volante.

Se habia quitado el saco (y el antifaz) y se habia doblado la mangas de la camisa blanca hasta los codos.

-Nos iremos de viaje-soltó de repente despues de unos minutos.

No dije nada. ¿Que se suponia que debia de decir a eso?

Sin embargo mi estomago se revolvio. ¿Se iria?

-Iremos todos. A Mazamitla. Fa, Andres, Miguel,Vale, Alexis...Y...quiero que nos...que me acompañes. Quiero que vengas conmigo.

Abri los ojos sorprendida.Queria que lo acompañara.

Quiero que nos...que me acompañes. Quiero que vengas conmigo.

-Yo...¿estas seguro? No soy precisamente la mejor compañia y...apenas conozco a tus amigos...

-Si no te sientes agusto con ellos...-comenzó a decir apresuradamente mientras se detenia en un alto.

-¡No! No es eso. Mas bien no se si ellos se sientan agusto conmigo.

Alberto me miro por un segundo y despues se hecho a reir.

-Kali, les caes mejor que yo.

Sonrei.

-Quiza es porque soy mas guapa.

El se puso serio de repente.

-Nadie es mas guapo o guapa que yo.

Mi sonrisa se ensancho.

-Eso, amigo mio, es porque no me conocias. Antes no tenias conocimiento sobre esta belleza que opaca la tuya.

Alberto hizo ese movimiento con sus labios que comenzaba a gustarme demasiado.

-¡AVANZA CABRON!-grito un señor calvo pasando por un lado del auto sacandonos de nuestra ensoñacion y Alberto avanzo enseguida.

-Si quiero ir-conteste y Alberto se giro para mirarme.

Estaba radiante.

No dijimos nada mas durante el resto del trayecto.

Llegamos a mi casa y Alberto se estaciono frente a la puerta trasera.

Abrio mi puerta y me tendio la mano para bajar. De nuevo, acepte su mano y me impulse hacia adelante para bajar.

Alberto cerro la puerta y me gire para despedirme.

-Ha sido increible-confesé.

Alberto metio sus manos en los bolsillos del pantalon y sonrio.

-Eso es porque ibas conmigo.

Mil replicas ironicas y graciosas se me ocurrieron en ese momemento. Pero no dije ninguna.

Porque quiza tuviera razon.

Me acerque y bese su mejilla.

-Gracias, por todo.

Me miro perplejo.

Di media vuelta, con el corazon desbocado y avance para la puerta de mi casa.

Una mano me sujeto.

Me gire y sus labios presionaron los mios.

Suavemente.

No fue mas que un roce.

-Descansa Kali.

Esa noche no pude dormir.

Por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora