Vuelvo la cabeza y lo veo allí parado, una parte de mi no quiere alejarse de él, pero otra me dice que corra y no mire atrás.
Siempre pensé que estos habían sido los peores días de mi vida, pero ahora visto de aquí, no han sido tan malos si obviamos la sensación de soledad, cosa que ya he cambiado ahora las tengo a ellas.
Tengo diez días para aprovechar de la compañía de mi familia, también está el tema de la Manada, le devolvere el poder a mi padre, no sé si estoy preparada, además está el problema de que ahora soy la reina del Inframundo, no sé si podré compatibilizar ambos puestos.
Esto es algo que debo hablar antes con papá, necesito su consejo.
Me acerco a la puerta de casa, todos deben de estar dormidos, hay un pequeño problema no tengo llaves, tendre que llamar y despertarlos a todos. Vaya!
Cuando estoy dispuesta a llamar la puerta se abre de golpe tras la puerta veo al ser más maravilloso del mundo su mirada su sonrisa solo me despiertan amor y ternura..
- Mamá, te he echado de menos. Le digo mientras me fundó en un abrazo, un abrazo interminable, un abrazo cargado de emocion, de anhelo, pero sobre todo de amor, de amor del bueno.
Mamá al final logra separarme de sus brazos, coge mi brazo y me lleva con ella a la cocina, me prepara una taza de leche con cacao, siento como si tuviera ocho años, algo me preocupara y esperara que ella con su consejo me devolviera la tranquilidad y la seguridad. Y la verdad es lo que quiero, lo que necesito en estos momentos.
- Mamá, todo ha cambiado tan rápido.. digo dejando caer un suspiro - Ahora soy la reina del Inframundo, estoy casada por decirlo de alguna manera con él. He visto tantas cosas horribles... Pero también he visto cosas buenas, cosas por las que luchar...
- El te ha hecho daño? Dice mamá preocupada.
- No, le digo omitiendo la vez que casi me ahoga, después de eso nunca me ha vuelto ha hacer daño.
- Ya cogió tu pureza? Dice ella haciendo que mi cara cambia a un color rojizo por la vergüenza.
- Mamá! Me da vergüenza hablar de eso contigo. Le digo avergonzada.
- Hele mi amor, tu padre y yo hicimos a tu hermanos y a ti de esa manera... No dejo.que siga hablando me muero de vergüenza, no necesito ni si quiera imaginar a mis padres haciendo eso.
- Mamá, por favor déjalo no necesito detalles, le digo levantando un poco mi voz.
- Lo siento mamá, solo es que me resulta un poco incómodo hablar de esto contigo. Pero si ya dejé de ser virgen! No fue como lo había imaginado pero en fin por lo menos fue con mi compañero. Digo dejando caer un suspiro.
- Ya sabes mi historia, mi primera vez no fue consentida, a mí me fue robada pero un día al fin apareció tu padre y todo eso cambio.
- La diferencia es que ese hijo de perra te compro mamá y papá te liberó, el era tu compañero, pero a mí no me han comprado, nadie me puede liberar.. El es mi compañero, mamá lo intente asesinar.. le digo llena de vergüenza.
Ella se acerca, acaricia mi pelo, deja un beso sobre mi cabeza. No dice nada, se mantiene callada, eso me hace sentir bien, no necesito nada más.
- Que hacen las mujeres más bonitas de mi vida? Cuando volviste a Helena? Porqué no m avisaste Briana? Dice papá acercándose a mi y dejando un beso sobre mi cabeza.
- Hace un rato Papa, le digo sonriéndole.
- Ya no te irás más, ya todo termino, ahora podrás ser feliz.
- No, papá! No es tan sencillo, creo que deberías de sentarte.
Le he explicó todo lo acontecido durante los últimos quince días, omito las partes sexuales y también el incidente que casi me cuesta la vida. Pero por lo demás no le omito nada. Después de algo más de una hora escuchando toda mi verborrea al fin se levanta y se dirige a mi.
- Helena, sabes que siempre podemos luchar? No tienes porqué aceptar algo que no te agrada. Me dice mi padre con mucha ternura.
- Lo se papá, pero siento que debo de luchar por esas mujeres, además no deseo que la guerra vuelva.. y otra cosa espero que no enviaras al consejo los papeles de cambio de Alfa.
- No, no tuve tiempo además todavía me falta una firma...
- Está bien papá, no lo hagas, al menos por el momento, siento demorar tu jubilación pero siento que ahora no es el momento, tengo que ver cómo hago para vivir entre dos mundos. Siento que en algún momento tendré que decantarme por uno de los dos.
- Bueno mi amor, respeto tu decisión, lo que tú hagas estará bien, no he educado a una irresponsable y sin corazón. Tú eres mucho más, eras única y especial.
- Papi, y si salimos a correr con nuestros lobos por la Manada, hace tanto tiempo que no lo hacemos, di que si, venga di que si..
Le pongo ojitos se que no se puede resistir.- Vamos princesa, siento que te voy a dar una paliza, no podrás seguirme el ritmo, el inframundo te ha dejado oxidada. Dice saliendo hacia la calle y comenzando a reír.
**
Los siguientes días, pasan tan deprisa que ni cuenta me doy, disfruto de las pequeñas cosas, de mi familia, de mis amigas, ellas son tan felices con sus parejas, se las ve tan enamoradas, si tan solo mi relación con Belfegor pudiera ser así. Pero el no sabe amar, esa palabra no está en su vocabulario.
Y si..Una idea pasa por mi cabeza, nunca he sido de las que huyen de una pelea, siempre he plantado cara, y si consigo que el pueda amar, es un reto muy complicado, nuestra relación es tóxica desde el minuto cero. Pero que las cosas se pusieran difíciles, nunca me ha impedimento lograr mis objetivos.
Pero que tengo perder, más dolor? Humillaciones? Faltas de respeto? Eso es lo que tengo ahora mismo. Quizás lo intente.
Hacer que me ame tanto que hasta le duela! Esa será mi nueva meta a partir de ahora. Sin olvidar a mis nuevas amigas y a las que estoy por hacer, me recuerdo a mi misma que no son dos hay otras cuarenta y ocho mujeres allí abajo. Quizás no solo haya humanas, también puede que haya hembras de otras especies.
Bien! Pues ellas y romper el corazón de hielo de Belfegor serán de ahora en adelante mi prioridad.

ESTÁS LEYENDO
Alfa Helena
WerewolfHelena, Helena ese es mi nombre. Hija de un gran Alfa y mejor hombre. Su nombre pesa sobre el mío. Uzziel el inmortal, el alfa de los ojos tristes. Ese que lleva sobre su espalda tantas muertes... Sobre mis hombros reposa su legado, todas las mirada...