Capítulo 🔥🌡️
Narra Belfegor
No estoy de buen humor y eso que tengo todo lo que puedo desear. La reunión con mis hermanos a sido una perdida de tiempo.
Tener la osadía de reclamarme! Eso no hace nada más que enfurecerme. Pero quién demonios se creen que son! Bueno la verdad es que son demonios...No soy el primero en tener una mujer a mi lado, Lucifer ha tenido a su compañera aquí por años y todos le dimos el visto bueno, en ese momento no hubo ninguna queja pero si soy yo el que trae a su compañera se arma el caos.
He dejado todo claro, nadie y cuando digo nadie me refiero a nadie! tiene derecho a poner un dedo en encima de mi mujer. Las consecuencias a tal osadía serán extremas.
La presentación a salido bastante bien, si obviamos que su cara cambio cuando trajeron la comida. Esa es una de la cosas a las que se deberá acostumbrar. Nosotros no somos como ellos, tenemos necesidades diferentes eso va en nuestra naturaleza.
He terminado de ducharme, sentía que no debería oler, ni tener sangre seca sobre mi cuerpo, supongo que a ella eso lo debe de agradar. No se porque pienso en lo que ella puede sentir, pero es algo que no he podido evitar.
Envuelvo mi cuerpo de cintura para abajo con una toalla, dejo mi torso al descubierto, cubierto de pequeñas gotas.. salgo del baño y entro en la habitación. Ella está sentada frente a la ventana, ha terminado su cena. Parece no haber notado mi presencia, me acerco lentamente a ella y me situo a su espalda.
Su respiración se agita cuando mi lengua acaricia la piel de su cuello, un gemido sale de su boca, consiguiendo que mi excitación aumenté. La volteo bruscamente, la atraído hacia mi cuerpo, puedo ver ese odio en sus ojos pero también hay algo más que no se descifrar.
Mi boca se lanza desesperada contra la suya, esperando ser rechazado o mordido pero no es así, ella devuelve mi beso de una manera salvaje y primitiva.
Desgarro su vestido de un tirón, ella intenta taparse con las manos, pero eso no se lo voy a permitir, quiero deleitarme con cada centímetro de su cuerpo, lamer toda su piel.
La levanto del suelo y la llevo a la cama, la dejo allí por una vez en mi vida intento ser suave, pero creo que no le sale demasiado bien.
Suelto mi toalla, dejándola caer al suelo dejando a su vista todo mi esplendor, ahora no veo odio en sus ojos, esos ojos que ahora me miran solo emanan miedo y lujuria.
Me posicióno sobre ella, esa lencería que cubre su cuerpo solo me estorba, no puedo negar que no resalta sus encantos por qué mentiría. Pero ahora mismo solo me estorba, de otro tirón desgarro las prendas.
Su piel clara, suave, sus pechos pequeños y tulgentes, su sexo me llama. Deboro su boca hasta que me siento saciado, mis caricias son bruscas, no puedo ser suave, simplemente no se como hacerlo, no está mi naturaleza, demasiado me estoy conteniendo ya..
Abro sus piernas, respiró hondo, por una extraña razón no quiero dañarla, se que es pura y le va a doler. Pero de verdad que voy a intentar contener toda mi oscuridad...
Compruebo que hay humedad, me posicióno sobre ella para después comenzar a introducirme, ella da un grito, no lo estoy haciendo bien? Pero es demasiado tarde ahora no puedo parar. De un solo movimiento estoy totalmente dentro de ella. Está muy apretada, levanto mi cabeza y veo como ella está llorando.
Una extraña sensación recorre mi cuerpo, que es esta sensación que me angustia. No me gusta me hace sentir mal, sentir débil..
Me acerco a su oído:
- Relajate pronto dejara de doler.. quiero que seas tu la que me montes, así podrás controlar los movimientos. Pero recuerda pequeña te estoy cediendo el control solo por esta vez. Termino de decirlo y la volteo, ella ahora es la que está sobre mi. Agarró sus pechos y me centro en sus pezones ahora erectos por la excitación.
Un suave balanceo mueve sus caderas, retiro mis manos de sus pechos y las sitio en su trasero, unido más mi pelvis a la suya, llegando con mi miembro hasta el fondo de su interior. Poco a poco comienza a montarme sus movimientos son más rápidos, en la oscuridad de la habitación solo se escucha el choque de nuestros cuerpos. Ella arquea su espalda, agarra fuerte mis brazos y se deja llevar por las oleadas de placer, cae tendida sobre mi cuerpo, sudorosa, temblorosa y exhausta.
De un movimiento la volteo, está vez tomo yo el control, mis embestidas son rápidas, duras profundas, ya no me puedo contener más, minutos después el placer llega a mi cuerpo, desbordado por todo mi ser. Me libero en su interior, es como haber vuelto al cielo del que una vez fui espulsado.
Me retiro de ella y me posicióno a su lado, observo su cuerpo, la verdad es que me he contenido bastante, apenas algún corto y algún que otro morado. Está vez no he probado su sangre, la próxima vez no seré tan clemente.
Veo como ella se duerme, estoy cansado por primera vez en todo el día, me permito bajar la guardia y yo también me quedo dormido.
Me despierto cuando la noto sobre mi cuerpo, no abro los ojos hasta que el puñal sobre su mano no está cerca de mi piel. Sujetó con fuerza su mano y lanzo el puñal lejos, haciendo un ruido sordo al caer.
- Jajaja.. pequeña Alfa, no creerías que iba a ser tan fácil deshacerte de mi. Ahora que debería hacer contigo.. quizás castigarte?
Sus ojos antes llenos de ira, ahora estan apagados por el miedo, está bien lo reconozco está hembra despierta mis sentidos es valiente y temeraria. Me voy a divertir mucho con ella...
Ahora solo me queda pensar en cuál va a ser el castigo por intentarme matar...
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Alfa Helena
Hombres LoboHelena, Helena ese es mi nombre. Hija de un gran Alfa y mejor hombre. Su nombre pesa sobre el mío. Uzziel el inmortal, el alfa de los ojos tristes. Ese que lleva sobre su espalda tantas muertes... Sobre mis hombros reposa su legado, todas las mirada...